?Qu¨¦ ha cambiado desde la crisis de 1994?
Si bien no podemos garantizar que ya no ocurrir¨¢n crisis econ¨®micas en el pa¨ªs, es cierto que el contexto institucional y econ¨®mico que dio lugar a la de 1994 ha cambiado significativamente
Hace unos d¨ªas se cumplieron 30 a?os de la ¨²ltima gran devaluaci¨®n que sufri¨® el pa¨ªs. As¨ª es, el 19 de diciembre de 1994 se anunci¨® un intento por ampliar en 15% la banda dentro de la cual se mov¨ªa el tipo de cambio en M¨¦xico. Este anuncio ya implicaba de por s¨ª una depreciaci¨®n importante del peso mexicano. Sin embargo, este intento fracas¨® rotundamente ante las enormes presiones que enfrent¨® inmediatamente el peso mexicano y el 21 de diciembre de ese a?o se anunci¨® el fin del r¨¦gimen de bandas cambiarias en el pa¨ªs. En consecuencia, a partir del siguiente d¨ªa se adopt¨® el esquema de libre flotaci¨®n que contin¨²a vigente hasta el d¨ªa de hoy. En cuesti¨®n de d¨ªas, la paridad cambiaria pas¨® de 3.46 pesos por d¨®lar a un nivel de alrededor de 5.5 pesos por d¨®lar, un ajuste cercano al 60%. La crisis econ¨®mica y financiera que se desat¨® en el pa¨ªs fue de proporciones hist¨®ricas.
La devaluaci¨®n trajo consigo inflaci¨®n y un aumento significativo en las tasas de inter¨¦s nominales. La privatizaci¨®n bancaria de los a?os previos hab¨ªa venido acompa?ada de una expansi¨®n crediticia importante. Sin embargo, la mayor parte de estos cr¨¦ditos se hab¨ªan acordado a tasas de inter¨¦s variables, lo cual provoc¨® un aumento inmediato en los compromisos de pago de los deudores. Muchos de estos ya no pudieron cumplir con sus pagos y la crisis econ¨®mica se convirti¨® en una crisis financiera may¨²scula. Mucha gente perdi¨® las propiedades que reci¨¦n hab¨ªa adquirido o tuvo que entregar los activos que hab¨ªa utilizado como colateral para recibir sus cr¨¦ditos.
Por otro lado, el pa¨ªs no ten¨ªa ya suficientes reservas internacionales para hacer frente a los compromisos internacionales, lo que estuvo a punto de llevarnos a una nueva situaci¨®n de impago del servicio de la deuda externa. El gobierno de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional entraron al rescate y nos prestaron lo suficiente para evitar caer en moratoria. En contraparte, el pa¨ªs se vio forzado a implementar un severo programa de ajuste econ¨®mico, el cual contribuy¨® a la profundizaci¨®n de la crisis de 1994-95, una de las peores que ha vivido el pa¨ªs en toda su historia.
?Qu¨¦ ha cambiado de entonces a la fecha? ?Podr¨ªa repetirse esta historia o estamos ya vacunados contra este tipo de crisis econ¨®mica-financiera? Si bien no podemos garantizar que ya no ocurrir¨¢n crisis econ¨®micas en el pa¨ªs, es cierto que el contexto institucional y econ¨®mico que dio lugar a la crisis de 1994 ha cambiado significativamente. Veamos cu¨¢les han sido algunos de estos cambios.
El primero y m¨¢s importante es el del r¨¦gimen cambiario. Desde la crisis de 1994-95 ya nunca hemos intentado tener un tipo de cambio fijo, semifijo o controlado. Las terribles experiencias de los a?os previos nos han ense?ado que el pa¨ªs funciona mejor con un tipo de cambio libre o flotante. Este r¨¦gimen cambiario nos ha permitido absorber distintos choques de una manera menos traum¨¢tica y con cierta estabilidad por periodos relativamente prolongados.
Otro cambio importante es el relativo a la vulnerabilidad de nuestras relaciones econ¨®micas con el exterior. A principios de los a?os noventa, por ejemplo, el d¨¦ficit en cuenta corriente en M¨¦xico lleg¨® a ser de entre 6% y 7% del PIB, lo que implicaba enormes necesidades de financiamiento externo. El grueso de este financiamiento ocurr¨ªa mediante endeudamiento o inversi¨®n de cartera (ya sea a trav¨¦s del mercado accionario o de dinero) y solo una parte relativamente menor se financiaba con inversi¨®n extranjera directa. Esto hac¨ªa que la econom¨ªa mexicana fuera extraordinariamente vulnerable frente a decisiones de los inversionistas. Ahora, esto ha cambiado dr¨¢sticamente. En primer lugar, el d¨¦ficit se ha achicado significativamente. El d¨¦ficit en cuenta corriente m¨¢s grande que hemos tenido en el siglo XXI ocurri¨® en 2015 y fue de solo 2.6% del PIB. El a?o pasado el d¨¦ficit fue de solo 0.3% y se espera que en los pr¨®ximos seis a?os no exceda de 0.5% del PIB. Un d¨¦ficit de esta magnitud es perfectamente financiable con pura inversi¨®n extranjera directa, lo que pr¨¢cticamente elimina la dependencia y vulnerabilidad externa del pa¨ªs.
Hay otros dos cambios relevantes que han contribuido a reducir el riesgo en M¨¦xico de una crisis similar a la de 1994. Por un lado, la mayor estabilidad econ¨®mica del pa¨ªs ha permitido que los cr¨¦ditos de mediano y largo plazo, incluyendo a los hipotecarios, ahora ocurran a tasas de inter¨¦s fijas, lo que evita que est¨¦n sujetos a fluctuaciones at¨ªpicas de corto plazo. Y, por el otro, la mayor transparencia en la informaci¨®n p¨²blica, incluyendo la relativa a la magnitud de las reservas internacionales. Cabe recordar que un problema importante en la crisis de 1994 era el desconocimiento que se ten¨ªa sobre la capacidad de pago del pa¨ªs, ya que en esos a?os la cifra de las reservas internacionales solo se daba a conocer una o dos veces al a?o. Ahora, en cambio, esta informaci¨®n se conoce en forma semanal, lo que da certeza y tranquilidad a analistas e inversionistas.
A lo anterior hay que sumar otros aspectos institucionales relevantes como la creaci¨®n del Instituto de Protecci¨®n del Ahorro Bancario (IPAB), el mantenimiento de la autonom¨ªa del Banco de M¨¦xico y la creaci¨®n de las Unidades de Inversi¨®n (UDIs) y del Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF). En resumen, la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs es hoy muy diferente a la que ten¨ªamos en 1994. El pa¨ªs es mucho m¨¢s estable y est¨¢ mucho mejor preparado para hacer frente a situaciones econ¨®micas adversas. Una crisis como la de 1994 est¨¢, afortunadamente, muy lejos de ocurrir.
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