Madrid y los dioses

Madrid no es precisamente una ciudad demasiado afecta a lo divino, con algunas excepciones como Cibeles, Neptuno, Santa Gema, el Cristo de Medinaceli o la sangre licuada de San Pantale¨®n.

Tambi¨¦n cuentan bastante el Cerro de los ?ngeles o las apariciones de El Escorial. Tenemos dos v¨ªrgenes absolutamente castizas: La Paloma y La Almudena. La catedral de Madrid, en cambio, es una de las menos agraciadas de Espa?a y acaso del extranjero. Por otra parte, pocas capitales habr¨¢ por ah¨ª donde haya tantos librepensadores.

Sin embargo, el se?or Arzobispo se lleva de maravilla con las autoridades locales y comarcales. No s¨¦ c¨®mo se lo han hecho pero consiguen golear en todas las elecciones. Por eso sospechan algunos que Madrid es una las urbes m¨¢s sacristanas del mundo. Sin embargo, que no se enga?en los implicados.

Personalmente conozco a mucha gente de derecha que no va a misa ni se traga con facilidad lo que digan los obispos o el Papa. Uno de ellos me dijo as¨ª: "No me cambio de partido porque me da pereza. Pero he cambiado de opini¨®n. La libertad para poder cambiar de opini¨®n debiera constar en la lista de Derecho Humanos. ?nicamente no cambian nunca de opini¨®n los dioses y los necios".

A prop¨®sito, a lo mejor el alcalde, la Presidenta y el cardenal lo tienen todo ama?ado.