Venta privada
El que fuera mano derecha de Buffet niega haber cometido irregularidades
El gigantesco acuerdo de Warren Buffett pisote¨® las conversaciones sobre fusiones y adquisiciones de este a?o. En el interior de la sala principal de su congreso anual en Nueva Orleans, el jueves, los abogados y los banqueros que se encargan de los elementos esenciales de montar empresas se ci?eron a su orden del d¨ªa cuidadosamente elaborado de debatir las perspectivas de los acuerdos, de los activistas y de las batallas por los poderes. En los pasillos del Waldorf Astoria, sin embargo, la conversaci¨®n cambi¨® a las inesperadas repercusiones de la adquisici¨®n de Lubrizol por parte de Berkshire Hathaway por 9.000 millones de d¨®lares.
La noticia bomba de que David Sokol, uno de los principales lugartenientes del or¨¢culo de Omaha, hab¨ªa dimitido lleg¨® en v¨ªsperas del acto, pero tuvo un efecto inmediato en la 23? conferencia del Instituto de Derecho Empresarial Tulane. Los asistentes tardaron en abandonar sus habitaciones y en bajar a la conferencia, al estar pegados a sus televisores por la aparici¨®n matutina de Sokol en la CNBC para defender su compra de acciones de Lubrizol, el fabricante de lubricantes que luego recomend¨® comprar a Berkshire Hathaway, la empresa de Buffett.
Aunque cautivados por la entrevista, aquellos que la vieron se quedaron en su mayor¨ªa rasc¨¢ndose la cabeza por la decisi¨®n de Sokol de dar m¨¢s cuerda a la historia, especialmente cuando podr¨ªa convertirse f¨¢cilmente en el objetivo de una investigaci¨®n de la Comisi¨®n del Mercado de Valores estadounidense. Claro que tambi¨¦n las ¨¢guilas jur¨ªdicas del ¨¢rea financiera de las empresas reunidas en Nueva Orleans coincidieron en su mayor¨ªa en que las acciones de Sokol fueron m¨¢s irresponsables que il¨ªcitas. Como es f¨¢cil ser sabio despu¨¦s del hecho, calcularon que le habr¨ªa resultado f¨¢cil vender sus acciones de Lubrizol en el mercado o incluso a Berkshire. Para algunos de los abogados, parec¨ªa como si la cultura campechana fomentada por Buffett pudiese haber regresado finalmente para atormentarle.
La alegr¨ªa por el mal ajeno finalmente se apag¨®, y as¨ª todo el mundo pudo salir para buscar un bocadillo o un estofado t¨ªpico de Nueva Orleans en el barrio franc¨¦s. Los que planificaron el seminario pudieron descansar tranquilamente al saber que sus inquilinos volver¨ªan a una sesi¨®n planificada que encajaba perfectamente con el cotilleo del d¨ªa. La ¨²ltima mesa redonda de la tarde se llamaba Gesti¨®n de crisis e investigaciones internas. -
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