Antes de entrar, dejen salir
El anuncio de que no ser¨¢ candidato a las generales de 2012, que hizo el pasado s¨¢bado d¨ªa 2 ante el Comit¨¦ Federal, m¨¢ximo ¨®rgano entre Congresos, el secretario general del Partido Socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, confirma lo que era de conocimiento general, nada a?ade en t¨¦rminos informativos, estaba descontado. Pero como sabemos, y aqu¨ª se viene advirtiendo, nada, ning¨²n hecho, permanece igual a s¨ª mismo despu¨¦s de haber sido difundido como noticia. De modo que solo a partir de ahora la decisi¨®n comunicada empieza a destilar sus efectos propios en sucesivos c¨ªrculos conc¨¦ntricos. La escena del s¨¢bado, con sus emociones y la l¨¢grima furtiva de Trinidad Jim¨¦nez, bien hubiera podido verificarse bajo el lema de "antes de entrar, dejen salir", que figuraba ante las puertas de los antiguos vagones del Metro de Madrid. Apuntemos antes de seguir el tenor respetuoso de su redacci¨®n en tercera persona del plural, en coherencia con el trato de usted que entonces se daba a los usuarios del transporte p¨²blico a pesar de las apreturas.
La contienda, si se desencadenara, en absoluto se circunscribir¨ªa al ¨¢mbito interno del partido
Volvamos a la cuesti¨®n. Primero, conviene acotar el per¨ªmetro del anuncio sabatino. Zapatero afirm¨® que no ser¨¢ candidato, pero acto seguido aclar¨® que seguir¨¢ en la presidencia del Gobierno hasta agotar la legislatura que ha de extinguirse preceptivamente en marzo de 2012. Consider¨® que ese era su deber y dijo contar con los apoyos parlamentarios suficientes para semejante prop¨®sito. Para llegar hasta esa stacione termini asegur¨® que contaba con los diputados de sus aliados fijos discontinuos abanderados por el Partido Nacionalista Vasco y por Converg¨¨ncia i Uni¨®. Esos respaldos son los que le permitir¨ªan continuar con las reformas emprendidas en aras de recuperar la credibilidad necesaria por parte de la Uni¨®n Europea. Sin ella el horizonte de las instituciones financieras, de la competitividad, de las nuevas normas para la negociaci¨®n colectiva y de los servicios profesionales se ensombrecer¨ªa. Porque adem¨¢s abrir la provisionalidad, declararse interino, equivaldr¨ªa en su opini¨®n a enviar un mensaje equivocado y pernicioso a los mercados en los que existimos, nos movemos y somos.
En segundo lugar, ZP se?al¨® que continuar¨¢ como secretario general del Partido Socialista, cuyo congreso ordinario est¨¢ marcado en el calendario de mayo de 2012, es decir, con posterioridad a las urnas de marzo. En tercer lugar, vino una proclama diferencial para abominar del dedazo y entregarse a la convocatoria de elecciones primarias, donde se decidir¨¢ qui¨¦n se haya de enfundar la camiseta de candidato socialista. La qu¨ªmica y la farmacopea nos ense?an que no hay venenos, solo dosis venenosas de eficacia diferente seg¨²n se trate de ars¨¦nico o de huevos fritos, tambi¨¦n letales en cantidades mucho mayores. El secretario general se decanta por las primarias como sistema de selecci¨®n, lo cual le permitir¨¢ seguir en el papel de ¨¢rbitro. Otra cosa es que llegado el momento concurra m¨¢s de un candidato, como resultar¨ªa de las impaciencias registradas, o que, en circunstancias como las actuales, prevaleciera la racionalidad de comparecer unidos en busca de la victoria o al menos de la honorable derrota.
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha modulado su decisi¨®n en esos tres planos y ha excluido tambi¨¦n dimitir de la presidencia del Gobierno para que se produjera la investidura de otro socialista que hubiera tenido un a?o para foguearse y concurrir a los comicios desde esa posici¨®n. Insiste en que es su facultad la administraci¨®n de los tiempos, pero a partir de ahora otros reclamar¨¢n con criterio propio su propia manera de administrarlos, conforme a los objetivos que se hayan propuesto. Desde el kil¨®metro cero de la carrera para ser candidato y secretario general del PSOE, cada uno de los aspirantes m¨¢s o menos confesos medir¨¢ sus fuerzas, sumar¨¢ sus apoyos por federaciones o por baron¨ªas, contar¨¢ la significaci¨®n de sus afines y contrastar¨¢ sus ambiciones con sus probabilidades. Pero la contienda, si se desencadenara, en absoluto se circunscribir¨ªa al ¨¢mbito interno del partido. De modo que los aliados medi¨¢ticos pueden llegar a ser m¨¢s importantes que los aliados pol¨ªticos. El juego limpio exigir¨ªa que ninguno de los aspirantes aceptara elogios de aquellos medios empe?ados en la destrucci¨®n de sus rivales, pero es poco probable que esa actitud prevalezca.
Entre tanto, cunde la melancol¨ªa entre las figuras pol¨ªticas que solo se mantienen como resultado del mero capricho del presidente porque adivinan su regreso a la oscuridad el d¨ªa en que dejen de recibir la luz del foco presidencial. Y otro d¨ªa trataremos de los efectos colaterales del anuncio de Zapatero sobre el Partido Popular.
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