Per¨²: elecciones 'posmodernas'
La presidencia peruana es cosa de cinco, que es el n¨²mero m¨¢ximo de candidatos que puede acceder a tan alta magistratura. Pero ninguno de ellos tiene la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de hacerlo en primera vuelta, el pr¨®ximo domingo, y cuando en junio se celebre la votaci¨®n decisiva con balotaje -peruano contempor¨¢neo-, el vencedor puede ser alguno de los inicialmente menos favorecidos.
El reparto de sufragios -si hay que creer a las encuestas- parece calculado para alimentar las esperanzas de todos. El que m¨¢s votos congrega, el protoind¨ªgena y excomandante Ollanta Humala, apenas sobrepasa el 25%; y el que menos, el exalcalde de Lima Luis Casta?eda, casi llega al 15%. Y aunque todos dicen cosas parecidas cabe formar con sus candidaturas sendos bloques relativamente homog¨¦neos.
Como ya ocurri¨® en 2006 con Alan Garc¨ªa, el pa¨ªs pol¨ªtico apoyar¨ªa en la segunda vuelta a Casta?eda
Dos de los candidatos operan te¨®ricamente fuera del sistema: Humala, populista de izquierda, que para no repetir el error de 2006, cuando cay¨® derrotado por el hoy presidente Alan Garc¨ªa, abjura de todo lo que le pudiera vincular con el bolivariano Hugo Ch¨¢vez, y que preferir¨ªa no saber ni siquiera que existe Evo Morales, presidente ind¨ªgena de la vecina Bolivia; y Keiko Fujimori, hija del presidente Alberto Fujimori, que cumple una pena de 25 a?os por delitos contra los derechos humanos, populista que pretende no parecer de derechas ni de izquierdas y cuyo principal objetivo ser¨ªa amnistiar al paternal preso, rentabilizando la nostalgia caudillista.
Los tres restantes se dirigen a un mismo electorado de centroderecha: Alejandro Toledo, tan ind¨ªgena como Humala pero candidato posracial, que ya ha sido presidente; Pedro Pablo Kuczynski, empresario y ex primer ministro; y Luis Casta?eda, que hasta hace unas semanas lideraba todas las encuestas y dicen que se ha desplomado por cultivar un perfil m¨¢s que bajo subterr¨¢neo, mientras los dem¨¢s hablaban por los codos. El analista de El Comercio de Lima, Juan Paredes, califica el plantel de "espectro electoral absolutamente cerrado, a la defensiva"; integrado por bloques herm¨¦ticos, con votos en propiedad m¨¢s que de una tibia preferencia.
Pero los portentos no hacen m¨¢s que empezar. Alan Garc¨ªa, del ¨²nico partido con historia que permanece -el APRA- pese a desarrollar una pol¨ªtica que ha debido hacerse estremecer en la tumba al fundador Haya de la Torre, ha sido todo un macro¨¦xito: crecimiento por encima del 5% desde 2006, del 7,7% en 2010, y se aventura que otro tanto este a?o, con solo un 3% de inflaci¨®n. Y, sin embargo, el gran partido de antigua solera izquierdista no presenta candidato despu¨¦s de que su Dilma Rousseff, la exministra Mercedes Araoz, abandonara la carrera electoral ante una pobre respuesta popular. Y el propio presidente deja el cargo con un exiguo 26% de apoyo, aunque nadie duda de que, tras el constitucional periodo de carencia, volver¨¢ a la carga en 2014. Pero no todo es tan alentador. Dos terceras partes en valor de las exportaciones provienen de la miner¨ªa y est¨¢n infladas por un boom de los metales preciosos, plata de la que Per¨² es el segundo productor mundial, y oro, el sexto. Lima ha firmado tratados de libre comercio con China, Corea, Tailandia y Singapur, y negocia con Jap¨®n.
El comentarista Tuesta Soldevilla habla de "protopartidos" y "electores posmodernos"; aquellos que se disfrazan de coalici¨®n, y un cuerpo electoral del que se autoexcluye una parte del pueblo porque desconf¨ªa de las formaciones convencionales. As¨ª es como compiten en vez de partidos cuatro grandes coaliciones, m¨¢s uno solo casi en solitario, el de Humala, y los candidatos se presentan antes como l¨ªderes de movimientos que jefes partidistas. Pero ese recelo se extiende tambi¨¦n a los candidatos, que, tanto dentro del centroderecha como en el extramuros del populismo, solo interesan a sus seguidores, de forma que en segunda vuelta la opini¨®n tendr¨¢ que votar sobre todo por el mal menor, contra quien no quiera que gane. Y si a esa instancia pasan Humala o Fujimori ambos ser¨ªan derrotados con relativa facilidad por Casta?eda, hoy el ¨²ltimo en las preferencias de voto, porque, como ya ocurri¨® en 2006 en beneficio de Garc¨ªa, el pa¨ªs pol¨ªtico de toda la vida se unir¨ªa para impedir que un protoind¨ªgena o la hija de un presidiario se alzaran con el santo y la limosna.
Per¨², que sue?a con transformarse en una especie de agregado econ¨®mico de China en Am¨¦rica Latina, tiene la necesidad de remodelarse pol¨ªticamente, de estructurar una izquierda y una derecha modernas, para sacar todo el partido al gran salto adelante que practica su econom¨ªa.
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