Manipulaci¨®n

Telemadrid ha vuelto a incurrir en la indignidad y la manipulaci¨®n m¨¢s grosera al presentar en un informativo tanto a miembros de ETA como al presidente y vicepresidente del Gobierno de Espa?a bajo el sello de la banda terrorista. Ese burdo tratamiento que etiqueta por igual tanto a un asesino etarra -De Juana Chaos- como a Rubalcaba y Zapatero (blanco y negro, gran logo de ETA sobre la imagen, esa voz grave en off que se utiliza para los asuntos turbios) deber¨ªa ser motivo suficiente para que la direcci¨®n de la cadena auton¨®mica dimitiera, como ha pedido el PSOE. Pero ni siquiera ha presentado sus excusas. Lejos de ello, Telemadrid, que se sum¨® desde el primer d¨ªa a la teor¨ªa de la conspiraci¨®n de los atentados del 11-M, ha alegado que se trat¨® de un recurso para "diferenciar" lo que declararon en su momento ambos pol¨ªticos y lo que indicaba la versi¨®n etarra en sus actas sobre el proceso de paz.

El largo historial de manipulaci¨®n informativa que tan frecuentemente perpetra la cadena p¨²blica desde que en 2003 Esperanza Aguirre (PP) accedi¨® a la presidencia de la Comunidad no presagiaba una respuesta distinta. Hace tiempo que una parte importante de los periodistas de Telemadrid dejaron de firmar sus informaciones. Varias huelgas, entre ellas dos que dejaron sin se?al a la cadena; el dictamen de la comisi¨®n deontol¨®gica de los periodistas espa?oles, que se?al¨® que un reportaje sobre el supuesto coladero de inmigrantes en la T-4 faltaba a la verdad; y el visionado diario de sus informativos por parte de una audiencia menguante aporta pocas dudas sobre la naturaleza del aparato propagand¨ªstico en que Aguirre ha convertido a Telemadrid.

Ser¨ªa una ingenuidad considerar que el resto de las televisiones p¨²blicas no reman a veces en favor de los dirigentes del momento, pero as¨ª como RTVE ha hecho un importante ejercicio de distanciamiento del control pol¨ªtico, tanto Telemadrid como el Canal 9 de Francisco Camps (PP) en Valencia han recorrido el camino inverso de manera perversa y se han convertido en ejemplos de manipulaci¨®n sin parang¨®n. Ambos son, adem¨¢s, canales p¨²blicos que arrastran d¨¦ficits millonarios; p¨¦rdidas a afrontar con dinero de los contribuyentes que tendr¨¢ que detraerse de otros servicios p¨²blicos quiz¨¢ m¨¢s esenciales que estos canales dise?ados a la medida de las ambiciones electorales de quienes los gestionan.