Matar o morir
Es imposible narrar la guerra desde fuera de la guerra. Es imposible penetrar en los sentimientos de los soldados, en sus miedos, en sus obsesiones si no se vive como ellos durante un tiempo bastante largo. La guerra es un caos sin certezas, un mundo suspendido. La guerra desnuda la educaci¨®n y la cultura dej¨¢ndola en lo esencial, en un ¨²nico dilema: matar o morir. El libro de Sebastian Junger es el resultado de cinco viajes al valle de Korengal entre junio de 2007 y junio de 2008. En ese tiempo perdieron la vida 404 soldados estadounidenses en Afganist¨¢n. La quinta parte de los enfrentamientos del Ej¨¦rcito de EE UU en aquellas fechas los libraron los 150 soldados de la compa?¨ªa Batalla. De todos ellos, los que m¨¢s fuego enemigo recib¨ªan eran los de la 2? secci¨®n. Con ellos convivi¨®, patrull¨® y sufri¨® Junger. El libro conecta con la mejor tradici¨®n del reportaje de guerra. Recuerda la mirada humana de Ernie Pyle, el mejor periodista de conflicto de la primera mitad del siglo XX.
Guerra
Sebasti¨¢n Junger
Traducci¨®n de G. Garc¨ªa / C. Belza
Cr¨ªtica. Barcelona, 2011
288 p¨¢ginas. 20 euros
"No pasa nada por tener miedo", dijo Moreno en voz alta para que todos lo oyeran, "lo ¨²nico que hay que hacer es no mostrarlo", escribe el periodista. Junger se gana el respeto de los soldados por vivir tantos meses en la base Restrepo, "una patada en el culo de los talibanes, como la defini¨® el capit¨¢n Dan Kearney. "Muy bien, ?hoy qui¨¦n la palma?", pregunta un soldado que se dispone a salir de patrulla. Otro pide a sus amigos que borren el porno almacenado en su disco duro antes de que el Ej¨¦rcito lo mande de vuelta a su familia. El humor transformado en un segundo chaleco antibalas. La 2? secci¨®n es una familia; es el regreso a la tribu, con sus propias reglas, como la de dar una paliza al nuevo teniente para comprobar que es de fiar. El equipo siempre antes del individuo. A nadie le importa morir; morir es f¨¢cil, es solo un instante, un tr¨¢nsito, lo que no quieren es vivir con el peso de haber fallado. "Las cuestiones morales de la guerra no parecen despertar gran inter¨¦s entre los soldados, y el ¨¦xito del conflicto a largo plazo, o su fracaso, tampoco revisten la menor importancia para ellos. Sienten tanta preocupaci¨®n por este tipo de cosas como un pe¨®n de granja por la econom¨ªa global; esto es, pero reconocen la estupidez cuando la tienen delante de sus narices", escribe Junger.
Quince meses en Restrepo, durmiendo en barracones en los que apenas se puede estar de pie, sin agua caliente, sin apenas cambiarse el uniforme, quemando las heces, patrullando en una loter¨ªa macabra en la que cada uno piensa que ser¨¢ su ¨²ltimo d¨ªa, no puede pasar por la vida de unos veintea?eros llenos de coraje sin dejar huellas. La muerte de los amigos, no la muerte lejana, filos¨®fica, sino la muerte cercana, a un metro, deja en ellos una tristeza profunda. Nunca ser¨¢n los mismos. Nadie puede compartir lo vivido porque no hay nadie capaz de entender c¨®mo es el infierno. Est¨¢n condenados a una brutal soledad interior. Junger viaj¨® a Korengal junto a Tim Hetherington. Filmaron 150 horas. De ellas sali¨® un extraordinario documental, Restrepo, ganador en Sundance, y este gran libro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.