Errores de Mas
La deriva propagand¨ªstica en el debate sobre el d¨¦ficit amenaza con perjudicar a Catalu?a
Nada peor que politizar o hacer propaganda cuando se trata de algo tan serio como ajustar el d¨¦ficit fiscal por exigencia europea. Eso es lo que est¨¢ haciendo el nuevo Ejecutivo de la Generalitat encabezado por Artur Mas. Acompa?ado por una torpeza de Hacienda: la negativa a adelantar, en la forma tradicional, los recursos (1.450 millones) del Fondo de Competitividad, imprescindibles para que Catalu?a haga su ajuste en condiciones.
El d¨¦ficit presupuestario espa?ol no lo originan las autonom¨ªas, a las que se debe solo una peque?a parte, aunque creciente y descontrolada, y que ha sido subsanada en 2010 gracias al mayor ahorro del Estado. Y a la inversa, el objetivo de cerrar 2011 con un desbalance auton¨®mico del 1,3% sobre el PIB no es un capricho de Madrid: es un tope acordado por el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, al que concurren todas las comunidades.
Administraci¨®n central y comunidades aut¨®nomas deben ejecutar los sacrificios que a cada parte corresponden para cumplir con los compromisos libremente adoptados por Espa?a ante la Uni¨®n Europea. De lo contrario, quienes sufrir¨¢n ser¨¢n todos los espa?oles sin distinci¨®n. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de Portugal.
El gobierno de Mas ha cometido tres errores en un asunto que merita prudencia y discreci¨®n, cuando los mercados todav¨ªa olfatean las debilidades financieras del Reino. El primero es un ¨¦nfasis excesivo en el presunto desastre de la herencia recibida de su predecesor, el tripartito de izquierdas. Decir que "la caja est¨¢ vac¨ªa", que no se podr¨¢n "pagar las n¨®minas" o que se induce a "maquillar" el presupuesto acaba revolvi¨¦ndose contra quien lo formula. Los nacionalistas m¨¢s que nadie deber¨ªan creer en la unidad y permanencia del Estado (en este caso, de la Generalitat, que tambi¨¦n lo es), y no caer en frivolidades. Al cabo, Mas ha debido optar por una emisi¨®n de bonos a particulares, en unas condiciones ligeramente mejores que las del tripartito en oto?o, gracias a que los mercados han mejorado su percepci¨®n, la de Espa?a.
El segundo error es el ruido, el desorden y la inequidad en el anuncio de los recortes presupuestarios. Si la Sanidad absorbe el 25% del gasto de la Generalitat, es l¨®gico que deba quedar afectada. Ahora bien: ?es acertado el cierre general de quir¨®fanos por las tardes? ?No ser¨ªa mejor algo m¨¢s de valent¨ªa con el copago? ?Era justo este el momento para suprimir el impuesto de sucesiones, que beneficia a los m¨¢s ricos y en nada contribuye al crecimiento ni al empleo?
El tercer error es desviar el debate sobre el recorte o alternativamente el incremento de impuestos hacia una renegociaci¨®n financiera que adelanta el "pacto fiscal" prometido por Mas para 2012. Eso es tambi¨¦n renegociar traspasos, como los edificios hospitalarios para poder aumentar la deuda. Las cortinas de humo nunca generan claridad. Y menos cuando coinciden con el clandestino voto por la independencia del presidente catal¨¢n en un refer¨¦ndum alegal. O un camino o el otro.
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