Francia estrena hoy la ley que proh¨ªbe usar el velo integral
Los gendarmes podr¨¢n multar a las musulmanas, pero no descubrirlas
A partir de hoy, no deber¨ªa poder verse a ninguna mujer con velo integral en las calles francesas. Pasado el tiempo de la reflexi¨®n, ha llegado el de la aplicaci¨®n del veto, aprobado el pasado oto?o por el Parlamento tras m¨¢s de tres a?os de acalorado debate. La legislaci¨®n dej¨® entonces un periodo de pedagog¨ªa de seis meses. Cumplido el plazo, son ahora los agentes de seguridad los encargados de velar por aplicar la norma de la forma m¨¢s adecuada.
Para responder a las numerosas dudas pr¨¢cticas, el Ministerio del Interior ha enviado una circular que sirve de modo de empleo. Pese a todo, los sindicatos de polic¨ªa advierten de las dificultades de aplicaci¨®n y consideran "inevitables" los incidentes.
M¨¢s de 2.000 mujeres visten el 'niqab' y el 'burka'. Se enfrentan a 150 euros de multa
La ley proh¨ªbe llevar cualquier vestimenta que "disimule el rostro y por lo tanto haga imposible la identificaci¨®n de la persona", recuerda la circular de nueve p¨¢ginas firmada por el ministro del Interior, Claude Gu¨¦ant. La multa ser¨¢ de 150 euros. El documento, que en ning¨²n momento menciona directamente al velo integral -esencialmente niqab y burka- que visten algo menos de 2.000 mujeres en el pa¨ªs, estipula que no se ven afectadas por la medida ni el uso de pa?uelos, gafas o bufandas, siempre y cuando no dificulten la identificaci¨®n.
La segunda aclaraci¨®n que realiza es la del ¨¢mbito de aplicaci¨®n. La legislaci¨®n prev¨¦ que el veto se extienda a todo el espacio p¨²blico, incluida la calle. Quedan descartados los domicilios privados, las habitaciones de hoteles, as¨ª como los locales de las asociaciones y empresas que no est¨¦n abiertos al p¨²blico. En cuanto a los coches, el interior del veh¨ªculo releva del ¨¢mbito privado, pero el uso del velo integral conduciendo puede ser sancionado por peligroso.
En caso de encontrarse a una infractora, los agentes deber¨¢n "invitar a la persona a mostrar su rostro para controlar su identidad (...) y poder establecer un acta de multa". En caso de que esta se niegue a retirar la vestimenta para ser identificada, los agentes tendr¨¢n que explicarle con "persuasi¨®n" que se expone a ser llevada a comisar¨ªa. Esta opci¨®n no debe suponer m¨¢s que un "¨²ltimo recurso". En cualquier caso, los polic¨ªas o gendarmes carecen de la autoridad para obligar a la persona a retirar la prenda a la fuerza.
"Una vez m¨¢s ser¨¢n los polic¨ªas en el terreno los que tendr¨¢n que gestionar una situaci¨®n que no va a ser f¨¢cil", advierte Philippe Capon, secretario general del sindicato UNSA de la polic¨ªa. "La persona que escoge llevar el velo integral lo hace por compromiso y no creo que un funcionario de la polic¨ªa sea el que consiga hacerle ceder", a?ade con resignaci¨®n. "Adem¨¢s, tenemos otras cosas que hacer, nuestra misi¨®n es asegurar la tranquilidad y la seguridad de los ciudadanos... Le aseguro que el lunes y el martes no se va producir una caza a la mujer con burka", concluye.
La circular introduce tambi¨¦n un matiz interesante: recomienda a los agentes hacer prueba de tolerancia en los alrededores de los "lugares de culto" y evitar as¨ª dar la sensaci¨®n de restringir la libertad religiosa. Pero la definici¨®n de esta suerte de zona transitoria queda abierta a la libre interpretaci¨®n del polic¨ªa. "?D¨®nde acaba esa zona? ?En la parada de metro, la del autob¨²s?", interroga Capon.
Pero sobre todo, los sindicatos temen que la aplicaci¨®n de la ley d¨¦ lugar a situaciones de enfrentamientos, en particular en zonas sensibles y de mayor concentraci¨®n de poblaci¨®n musulmana. "Tarde o temprano estaremos en portada de la prensa porque habr¨¢ alg¨²n tipo de incidente grave, es inevitable", advierte Capon.
Kenza Drider, una joven madre francesa de 32 a?os que particip¨® en el debate parlamentario sobre la prohibici¨®n, asegura que no se negar¨¢ a ser identificada pero que no abandonar¨¢ su niqab. "Seguir¨¦ llevando mi velo como antes, no pienso cambiar nada de mi vida", explica. Dice que casi est¨¢ deseando que la verbalicen para poder recurrir, sola o con otras mujeres afectadas, ante la justicia europea. "Como francesa no tengo ninguna gana de que mi pa¨ªs sea condenado, pero no me queda otra opci¨®n si quiero que se respete mi libertad de religi¨®n".
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