Mas pierde en la calle y los despachos
Casi 22.000 personas colapsan el Barri G¨°tic contra los recortes - Los hospitales se rebelan y alertan de que ser¨¢ imposible reducir el gasto m¨¢s del 5% este a?o
Las protestas contra los recortes sociales impuestos por la Generalitat dieron ayer un salto cualitativo importante en Barcelona con una concentraci¨®n que desbord¨® todas las previsiones. Un acto sindical pensado para ser peque?o, celebrado una tarde de diario y en un espacio, la plaza de Sant Jaumem donde apenas caben 7.000 u 8.000 personas se desbord¨® hasta convertirse en una protesta ciudadana con casi 22.000 asistentes, seg¨²n c¨¢lculos de EL PA?S, y un grito insistente: "?La sanidad y la educaci¨®n no se tocan!". Calles y plazas del Barri G¨°tic se colapsaron, hasta el punto de que varios cientos de personas cambiaron de planes: medio millar se dirigieron al Parlament al grito de "?Mas, dimisi¨®n!", mientras que otros optaron por cortar la Ronda Litoral.
La protesta corta la plaza de Catalunya, la Via Laietana y la Ronda Litoral
Mucho antes de las seis de la tarde, hora fijada para la concentraci¨®n, miles de personas marchaban ya hacia la plaza de Sant Jaume, sede de la Generalitat, en la primera gran manifestaci¨®n a la que se enfrenta el Gobierno de Artur Mas, que est¨¢ perdiendo la mano en los despachos de los hospitales y en la calle. Las protestas acabaron colapsando tambi¨¦n la Via Laietana y la plaza de Catalunya.
Minutos antes de la hora fijada, era pr¨¢cticamente imposible caminar en torno a la estaci¨®n de metro de Jaume I, la m¨¢s cercana a la plaza. All¨ª, cientos de personas bland¨ªan banderolas y hac¨ªan sonar silbatos y tambores para dejar patente su malestar por los recortes. Entre ellos hab¨ªa de todo: profesores, familias, asociaciones de vecinos...
Pero abundaban por encima de las dem¨¢s las personas vestidas con batas blancas con un cresp¨®n negro. Aunque los recortes afectan a todos los ¨¢mbitos sociales, la sanidad ha sido la chispa que ha hecho prender la mecha de la movilizaci¨®n social.
"Hay poco pan para tantos chorizos", "los recortes, para los bancos", "no a la privatizaci¨®n de la sanidad p¨²blica" y "parches para hoy, necrosis para ma?ana" rezaban algunas de las muchas pancartas que portaban los manifestantes. En el punto ¨¢lgido de la protesta, pasadas las 18.30, los empujones fueron la ¨²nica manera de aproximarse hasta el coraz¨®n de la protesta, y las estrechas calles del Barri G¨°tic se hicieron a¨²n m¨¢s angostas ante la imposibilidad de acoger las oleadas de personas que llegaban en metro. Precisamente en este punto se inici¨® un enfrentamiento entre unos manifestantes que intentaban salir y otros que se quejaban de los empujones. Al grito de "?tenemos una mareada!", una enfermera se abri¨® paso, de la mano de su compa?era, que no fue capaz de soportarlo y busc¨® refugio en una de las tiendas de la plaza.
Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana calcularon que la asistencia fue de 10.000 personas. Seg¨²n fuentes municipales, este fue el resultado de sumar 6.000 personas en una plaza de Sant Jaume casi llena y apenas entre 3.000 y 4.000 en las calles aleda?as. Los c¨¢lculos de EL PA?S (v¨¦ase la p¨¢gina 3) fueron muy superiores. Siete redactores desplegados en la zona constataron que la asistencia tambi¨¦n fue masiva por la callede Jaume I hasta la Via Laietana, por Ferran hasta Aviny¨® y por la calle del Bisbe hasta la catedral.
Anna Garc¨ªa, de 53 a?os y madre de un enfermo de c¨¢ncer, asegur¨® que vive el d¨ªa a d¨ªa en el hospital de Vall d'Hebron y "no pueden asumir un recorte como el que pretenden hacer". Garc¨ªa acus¨® a Mas de acometer las medidas ahora: "A¨²n faltan cuatro a?os para las elecciones y espera que nos olvidemos". Los gritos de "?Mas, dimisi¨®n!" sonaron durante toda la marcha.
Los manifestantes que bajaban por el otro lado de la plaza, desde el Portal de l'?ngel, no pudieron acceder a trav¨¦s de las calles colindantes y optaron por llegar a trav¨¦s de la Via Laietana, lugar en el que se llamaba a la calma. Un grupo, organizado en el colectivo Malestar.org, lamentaba que los recortes "comprometen el futuro"."Nos sentimos olvidados por el Gobierno de Artur Mas", se quejaron. Otros j¨®venes, estudiantes en pr¨¢cticas en el Cl¨ªnic, tem¨ªan por su futuro. "Nos iremos directos al paro cuando acabemos la carrera", augur¨® Clara V¨¢zquez, de 22 a?os. Su compa?era, Natalia G., a?ad¨ªa que "el colectivo de las enfermeras es el m¨¢s infravalorado y el que m¨¢s sufrir¨¢ el recorte"
Banderas de sindicatos (CC OO, UGT, SATSE) ondeaban bajo un sol que brillaba m¨¢s de lo que hab¨ªan previsto los asistentes. Hac¨ªa calor. Los compa?eros de los mismos centros se encontraban y abrazaban. Por un d¨ªa, los distintos sindicatos confraternizaban y olvidaban las habituales batallas. "?Manos arriba, esto es un atraco!", "?consejero, dimisi¨®n!", retumbaban los esl¨®ganes. Mientras, los fot¨®grafos disparaban desde el Ayuntamiento.
El ¨¦xito de la concentraci¨®n de ayer confirma que los recortes de Mas ya han perdido la batalla en la calle, cada vez m¨¢s airada y desconfiada con los resultados finales de los recortes. Pero la persona que m¨¢s encarna los recortes, el consejero de Salud, Boi Ruiz, recibi¨® ayer un golpe a¨²n m¨¢s duro de los despachos del Consorcio de Salud y Social de Catalu?a (CSC), una especie de gran patronal de gestores p¨²blicos y concertados que agrupa a la mayor¨ªa de los hospitales comarcales, ambulatorios y centros sociosanitarios, que atienden a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n catalana.
Para el CSC, recortar el 10% en un a?o el gasto de los centros sanitarios catalanes -entre el 8% y el 16%, seg¨²n el hospital- tendr¨¢ "consecuencias graves e irreparables" para el sistema, "supondr¨¢ un enorme desgaste para los profesionales" y causar¨¢ un gran "impacto negativo en la ciudadan¨ªa". La conclusi¨®n del CSC -que coincide en lo esencial con lo afirmado por m¨¦dicos, alcaldes, sindicatos y oposici¨®n pol¨ªtica- es que un recorte del 10% no solo desangrar¨ªa al sistema, sino que "es un objetivo inalcanzable y abocado al fracaso" si se impone de forma unilateral.
Los hospitales del CSC, como antes hicieron otros, concluyen que este a?o es imposible recortar m¨¢s del 5%, apenas la mitad del objetivo fijado por el consejero. El CSC, que no discute la necesidad de la reforma del sistema para garantizar su sostenibilidad, considera que cualquier ahorro adicional debe pasar por "reformas estructurales", que deber¨ªan llevar a cabo los Gobiernos aut¨®nomos y el central. "Tras el 22 de mayo, otras comunidades tambi¨¦n deber¨¢n iniciar reformas, lo que permitir¨¢ abordar algunas a nivel nacional", concluye.
Si el ¨¦xito de la manifestaci¨®n de ayer fue un duro golpe para Boi Ruiz, el comunicado del CSC puede significar el acta de defunci¨®n de los recortes tal como los hab¨ªa concebido el consejero de Salud. Ruiz pr¨¢cticamente se ha quedado solo tras perder en las ¨²ltimas dos semanas cualquier atisbo de apoyo de los sindicatos, la patronal, los m¨¦dicos, los alcaldes y la oposici¨®n.
"Menos material"
El Gobierno de Mas ha tratado de reaccionar esta semana aprobando un est¨¦ril acuerdo que garantiza las urgencias, la asistencia en los casos graves y la atenci¨®n primaria. Fuentes del Gobierno tambi¨¦n se han esforzado en extender la idea de que los recortes a¨²n se est¨¢n negociando y no hay nada cerrado. Pero ayer, en la marcha, todos coincid¨ªan en que los recortes ya son una realidad. "Tenemos menos material y se realizan menos intervenciones", explic¨® un grupo de enfermeras del hospital Cl¨ªnic. "Quieren cerrar una planta entera", afirmaba un berlin¨¦s que trabaja en el de Sant Joan de D¨¦u.
La concentraci¨®n, pese a su ¨¦xito, acab¨® sabiendo a poco. "?Y ahora qu¨¦, ya est¨¢?, se preguntaba una celadora de Bellvitge. "No, esto es solo el principio", avis¨® otra del grupo.
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