Messi mejora a Messi

Engullidos todos los adjetivos, Leo Messi se sigue superando a s¨ª mismo, empe?ado en convertir un equipo magn¨ªfico en algo monumental. Leo cada vez juega mejor y ya no es necesario siquiera que marque goles, cosa que, en cualquier caso, sigue haciendo con voraz apetito. Ya no importa cu¨¢ntos mete y c¨®mo lo hace. Sin ir m¨¢s lejos, su ¨²ltimo gol en Donetsk, el n¨²mero 48 en lo que va de curso, simboliza perfectamente esa sensaci¨®n. En el Donbass Arena parec¨ªa silbar mientras, otra vez, maravillaba por simple. Ya lo dice Guardiola: "Ha convertido en habitual lo extraordinario y parece que ya nada sorprende".

La nueva versi¨®n de Messi sigue generando goles como churros, porque pervive el ego¨ªsmo y el placer del goleador, pero al mismo tiempo regatea mejor, combina como nunca y ha mejorado tanto su criterio al intervenir que practica un descanso activo durante los partidos. As¨ª que alcanza a jugar m¨¢s que ninguna otra temporada. Y, claro, m¨¢s juega, m¨¢s la l¨ªa.

Nada identifica mejor a los azulgrana que el estado de las piernas del delantero

Rotas las comparaciones, Messi es todo lo visto en el pasado comprimido en un solo futbolista cuyo futuro no se alcanza a adivinar: demoledor como Puskas o Samitier, elegante como Cruyff, inacabable como Di St¨¦fano, genial y trascendente como todos ellos, a los 23 a?os es dif¨ªcil adivinarle el techo. Messi es Messi y se mejora a cada paso que da desde la m¨¢s absoluta naturalidad porque no tiene mejor objetivo que disfrutar. Y normalmente, cuando eso ocurre, su equipo gana. "Se enfurru?aba cuando no marcaba, pero eso ya no sucede. Ahora sabe que su aportaci¨®n al equipo va m¨¢s all¨¢ de ese detalle", admiten en el cuerpo t¨¦cnico.

En esas, vuelve Messi en un campo que le resulta especial y no lo niega. "El Camp Nou", sostuvo el delantero de Rosario cuando el periodista le pregunt¨® por su campo favorito. "Y el de ?uls (Newells Old Boys), por lo que represent¨® para m¨ª", a?adi¨® al recordar sus sue?os de ni?o, de muy ni?o, de antes de aterrizar en Barcelona. "Y de ahora, el Bernab¨¦u", dijo el mismo d¨ªa, har¨¢ un a?o, durante una charla en Abu Dabi la v¨ªspera de marcar un gol con el coraz¨®n en el Mundial de clubes, reci¨¦n reinventada su historia como falso delantero centro, a punto de convertir al Barcelona en el mejor equipo del mundo. No le peg¨® de cabeza, seg¨²n dijo, por asegurar el remate. "?C¨®mo se le pudo ocurrir?", sigue pregunt¨¢ndose Xavi, que solo atina a encontrar una respuesta: "Es el mejor".

Messi creci¨® jugando donde quiso, se amold¨® a la banda cuando Rijkaard le dio bola en el primer equipo, y jug¨® de 9 con Guardiola hasta que, d¨¢ndole una vuelta de tuerca al invento, le invit¨® a esconderse en tierra de nadie, convencido de que no ten¨ªa sentido encajonar el esp¨ªritu. Desde entonces, pica La Pulga por donde quiere, barriendo el juego de ataque de manera perif¨¦rica.

A estas alturas, nada identifica mejor al Barcelona que el estado de las piernas de Messi, a quien se le supone una cabeza tan limpia y predispuesta a disfrutar. Se da por hecho que nada le hace m¨¢s feliz que seguir jugando y hacer jugar, algo que tranquiliza a Guardiola, consciente de que mientras Leo disfrute, al Barcelona le queda margen de mejora.

"Le vemos feliz", advierten sus compa?eros, que avisan: "En los entrenamientos es a¨²n peor, as¨ª que nada de lo que hace en el campo puede sorprendernos". Imparable, lleva 48 goles en los 45 partidos que ha jugado este a?o. Poco importa si sigue empatado con Zarra (48 la temporada 1950-51 si se suman los de la Copa Duarte) o si todav¨ªa le ganan Puskas (si le cuentan los dos que marc¨® en la Intercontinental en 1960). En el fondo, a Leo le da igual: lleva 175 goles en su carrera (117 en Liga, 34 en Champions, 17 en Copa del Rey, cinco en la Supercopa de Espa?a y dos en el Mundial de clubes, suma nueve tripletes y 36 dobletes).

En los ¨²ltimos 99 partidos ha marcado 95 goles, participa por activa y por pasiva —ha marcado siete goles y dado cuatro asistencias de los ¨²ltimos 20 tantos que el Barcelona ha marcado al Madrid— y aparece en el 55% de los goles del equipo aunque nunca, ni contra el Chelsea, el Inter ni esta misma temporada contra el Madrid, el d¨ªa del 5-0, haya sido capaz de marcar un gol con el portugu¨¦s como entrenador rival.