"Solo ten¨ªamos una opci¨®n y era la del no-golpe"
Xos¨¦ Fortes publica sus memorias de 'guerra' sobre la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica
El Ej¨¦rcito espa?ol de la actualidad le parece "excesivamente bueno", no solo por su car¨¢cter profesional y la informatizaci¨®n de los niveles de mando permitida por los avances tecnol¨®gicos, sino tambi¨¦n por la presencia de las mujeres y el alejamiento de posturas reaccionarias. Al fin y al cabo, lo que pretend¨ªan Xos¨¦ Fortes Bouz¨¢n (Cotobade, 1936) y el resto de capitanes y comandantes fundadores de la Unidad Militar Democr¨¢tica era "mojar la p¨®lvora del ej¨¦rcito franquista", arrancar de ra¨ªz toda idea de golpe de estado. En 1974, con el ejemplo reciente de la Revoluci¨®n de los Claveles en Portugal y el "hecho bi¨®logico" -la muerte del dictador- ya cercana, sacar las tropas a la calle para forzar el fin del R¨¦gimen en Espa?a asegurar¨ªa "una confrontaci¨®n violenta". Fortes piensa pr¨¢cticamente de la misma manera ahora que los d¨ªas en los que se enfrent¨® al consejo de guerra de Hoyo de Manzanares, del que sali¨® con una pena de cuatro a?os de c¨¢rcel y la expulsi¨®n del Ej¨¦rcito. "Con las armas no se juega".
Cuando fue detenido en 1975, ya sab¨ªa que el Ej¨¦rcito 'oficial' segu¨ªa sus pasos
"La Guerra Civil gener¨® un cainismo que no hab¨ªa en otros pa¨ªses", dice
Treinta y cinco a?os despu¨¦s de ser condenado por rebeli¨®n, Xos¨¦ Fortes presenta su autobiograf¨ªa, Cuando las derrotas otorgan la victoria (Destino), un recuerdo de su paso por aquel movimiento clandestino que buscaba democratizar uno de los pilares del franquismo. "Es una memoria de guerra, algo que contar a los nietos", bromea. El humor est¨¢ presente a lo largo de todo el texto - "estoy convencido de que si lo hubiera escrito nada m¨¢s salir de la c¨¢rcel ser¨ªa m¨¢s aristado", confiesa-, as¨ª como las referencias continuas a la literatura y la Universidad. Fue esta instituci¨®n, en la que Fortes curs¨® a distancia la titulaci¨®n de Filosof¨ªa y Letras, la que acab¨® cambiando sus esquemas pol¨ªticos. El solo hecho de ser estudiante ya lo convert¨ªa en sospechoso. "Los servicios de informaci¨®n del ej¨¦rcito -que se hab¨ªa convertido desde los a?os 70 en "un nido de esp¨ªas"- nos acusaban de universitarios y a nuestras mujeres de rojas", recuerda con iron¨ªa. El desprecio de los militares del bunker por la instituci¨®n llegaba a tal punto que el tambi¨¦n militar Alfonso Armada lleg¨® a confesarle que ¨¦l mismo la hab¨ªa abandonado porque "corromp¨ªa".
Fortes no ten¨ªa vocaci¨®n militar. Hijo de un movilizado muerto en 1936 en la batalla de Teruel, vio la posibilidad de sufragarse sus estudios entrando en la Academia de Zaragoza. Tampoco hab¨ªa en ¨¦l un gran inter¨¦s por la pol¨ªtica. Eso s¨ª, admiraba sin cortapisas al ej¨¦rcito alem¨¢n, hasta que en un viaje de Pontevedra a Zaragoza en tren se encontr¨® con una alemana que le hizo ver por primera vez "los efectos catastr¨®ficos de aquella devoci¨®n perruna por el F¨¹hrer".
Once a?os despu¨¦s de aquel encuentro, el 29 de julio de 1975 y a las cinco de la ma?ana, llamaban a la puerta de la casa de Fortes en Pontevedra para detenerlo. Sab¨ªa que el Servicio de Informaci¨®n Bis del Ej¨¦rcito (SIBE) conoc¨ªa desde hace meses la actividad de la UMD, fundada un a?o antes. Con la detenci¨®n empez¨® un largo peregrinaje por las prisiones militares de El Hacho, en Ceuta, A Palma (Ferrol) y San Juli¨¢n de Cartagena. A la Ley de Amnist¨ªa no pudieron acogerse los militares de la UMD hasta 1987. El a?o pasado, recibi¨® junto a otros 13 oficiales de la organizaci¨®n la Medalla del M¨¦rito Militar. Todos los partidos del Parlamento apoyaron el homenaje, salvo el popular. "En el PP todav¨ªa existe la idea de que criticar al Ej¨¦rcito o a la Iglesia es algo perverso", dice.
"Lo nuestro fue una mezcla de virus universitario e influencia portuguesa", asegura ahora. Pero la escena del Terreiro do Pa?o de Lisboa, con los oficiales neg¨¢ndose a disparar pese a las ¨®rdenes de sus superiores, no ser¨ªa posible en Espa?a. "Aqu¨ª la Guerra Civil gener¨® un cainismo que no hab¨ªa en otros pa¨ªses. Solo ten¨ªamos una opci¨®n, y esa opci¨®n era la del no-golpe", insiste. Fortes dedica todo un cap¨ªtulo a glosar las conexiones del UMD con los capitanes portugueses, iniciadas poco despu¨¦s del triunfo de la Revoluci¨®n.
El Ej¨¦rcito al que pertenec¨ªa Fortes Bouz¨¢n "era la dictadura, nunca fue un ej¨¦rcito nacional, sino el de un bando". Hoy todav¨ªa sigue teniendo cuentas pendientes. La primera, reclama Fortes, desvincularse de la Iglesia. "En los Campos El¨ªseos nunca se dijo una misa. Es un espect¨¢culo bochornoso".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.