La angustia econ¨®mica nos atenaza
El pesimismo sobre el futuro se extiende, incluso entre quienes admiten que sus finanzas personales est¨¢n bien - La distinta percepci¨®n de la econom¨ªa familiar y general retrae el consumo
Dejar atr¨¢s la recesi¨®n -un concepto t¨¦cnico equivalente a dos trimestres consecutivos de crecimiento- no supone autom¨¢ticamente salir de la crisis -una idea m¨¢s subjetiva relacionada con la creaci¨®n de puestos de trabajo-. Tampoco tiene por qu¨¦ coincidir mi percepci¨®n sobre la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs con la de mis finanzas personales. La primera suele empeorar a mayor velocidad ya que en su formaci¨®n intervienen numerosos factores externos. Incluso podemos ser muy pesimistas respecto a la situaci¨®n econ¨®mica general aunque a nosotros no nos vaya tan mal. Es lo que los soci¨®logos denominan como "pesimismo estancado" y que en rom¨¢n paladino se explica con el viejo aforismo de las barbas del vecino. M¨¢s all¨¢ de la pura an¨¦cdota, esta divergencia en la confianza puede tener, de prolongarse, efectos negativos que ceben un c¨ªrculo vicioso: aunque la econom¨ªa familiar no es mala, retraso mis decisiones de consumo, lo que a su vez pone m¨¢s trabas para la salida de la crisis.
Un 21% de los parados est¨¢ satisfecho con su situaci¨®n financiera
La actividad sumergida supone un 20% del PIB y alivia la crisis
El crecimiento de la econom¨ªa espa?ola es a¨²n demasiado an¨¦mico para combatir lo que m¨¢s preocupa al ciudadano: el paro. El Gobierno mantiene su previsi¨®n de que el producto interior bruto (PIB) crecer¨¢ este a?o un 1,3%, pero ha revisado a la baja sus estimaciones para 2012 y 2013. Adem¨¢s, ha admitido que la tasa de desempleo ser¨¢ del 19,8% en diciembre pr¨®ximo, cinco d¨¦cimas m¨¢s de lo que hab¨ªa augurado en un principio. En este contexto, ?qui¨¦n se atreve a decir que la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola es buena? Muy pocos. En concreto, solo el 4%, seg¨²n datos de Metroscopia. La percepci¨®n de la econom¨ªa se encuentra estancada en su nivel m¨¢s bajo en dos d¨¦cadas, y el 87% de los espa?oles no ve visos de mejora.
Este pesimismo, sin embargo, contrasta con otro dato estad¨ªstico: son m¨¢s las personas que consideran que su econom¨ªa familiar atraviesa un buen momento (41%) que los que creen que es mala (30%). Tambi¨¦n llama la atenci¨®n que un 21% de los parados se sit¨²an en el grupo de los satisfechos con sus condiciones econ¨®micas. Esta brecha entre c¨®mo se ve la situaci¨®n econ¨®mica general y la percepci¨®n que se tiene sobre las finanzas personales es la mayor en 15 a?os, superior incluso a la que hubo en la recesi¨®n de los a?os noventa del pasado siglo ?A qu¨¦ se debe esta situaci¨®n? Los expertos creen que esta dualidad estriba en factores sociol¨®gicos, econ¨®micos, culturales y pol¨ªticos.
"La econom¨ªa familiar y la general son cosas distintas. Y sus percepciones tambi¨¦n. Est¨¢n hechas de sustancias distintas, con consistencias distintas", reflexiona Josep Lobera, experto de Metroscopia. "As¨ª, mientras la primera est¨¢ enraizada principalmente en lo concreto, en lo cotidiano, la segunda flota como un rumor, se difumina en lo te¨®rico. La primera es vital y no se ve arrastrada f¨¢cilmente por la segunda. En cambio, cuando la situaci¨®n personal es mala, la general no puede ser buena. No es de extra?ar, pues, que la apreciaci¨®n de la econom¨ªa general sea la primera en caer y la ¨²ltima en sobreponerse", a?ade.
La dicotom¨ªa entre las dos percepciones econ¨®micas (la general y la particular) responde en gran medida, seg¨²n los economistas, al importante peso que la econom¨ªa sumergida tiene en Espa?a y que estar¨ªa sirviendo para aliviar en parte las penurias financieras de muchas familias. El ministro de Trabajo e Inmigraci¨®n, Valeriano G¨®mez, cuantific¨® recientemente la econom¨ªa sumergida en un porcentaje cercano al 20% del PIB. Esta cantidad se sit¨²a por encima de la media del periodo 1980-2008 que est¨¢ en torno al 17,5% del PIB, seg¨²n datos de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas). El empleo sumergido ha crecido desde 1980, pasando de alrededor de 1,4 millones de personas a m¨¢s de cuatro millones en 2008, de acuerdo con las cifras de Funcas.
"Sin duda, esta dualidad, tiene mucho que ver con la econom¨ªa sumergida", razona Juan Ignacio Crespo, director para Europa de Thomson Reuters. "La actividad oculta tiene un peso tal que, en mi opini¨®n, el pleno empleo en Espa?a ser¨ªa tener un 9% de tasa de paro [la teor¨ªa se?ala que el pleno empleo se alcanza con un desempleo del 5%]", argumenta este economista.
"Si a este efecto se le a?ade el apoyo familiar, de gran calado en nuestro pa¨ªs, y las pol¨ªticas sociales del Gobierno, se tienen las claves que explican el mayor pesimismo de los espa?oles acerca de la situaci¨®n econ¨®mica en general que sobre sus finanzas personales", a?ade Crespo. En su opini¨®n, con la percepci¨®n econ¨®mica pasa algo similar que con el voto oculto en las encuestas sobre elecciones pol¨ªticas: "En una reuni¨®n de amigos a ver qui¨¦n es el guapo que se atreve a decir que su situaci¨®n es buena con la que est¨¢ cayendo". Est¨¢ claro que el contexto personal y familiar matiza sobremanera la crisis. Tambi¨¦n influye bastante en la percepci¨®n de la crisis tener o no hijos: no le preocupa su situaci¨®n econ¨®mica al 50% de las personas sin descendencia, frente a menos del 37% de los que tienen hijos, seg¨²n datos de Metroscopia. Sin embargo, y con independencia de todos estos matices individuales, lo cierto es que los espa?oles lo ven cada vez m¨¢s negro. El 40% de la poblaci¨®n considera mala la situaci¨®n econ¨®mica general de Espa?a y el 39,5% muy mala, de acuerdo con el ¨²ltimo bar¨®metro del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS). Adem¨¢s, el 42,7% cree que dentro de un a?o la coyuntura seguir¨¢ igual y un 31% incluso dice que estar¨¢ peor.
Los datos del CIS est¨¢n en sinton¨ªa con la Encuesta de Confianza de los Inversores que elabora JPMorgan AM en exclusiva para EL PA?S. En la ¨²ltima oleada, correspondiente al primer trimestre de 2011, el porcentaje de ahorradores que situaban el final de la crisis en Espa?a en un plazo no inferior a dos a?os era del 67,6%, el m¨¢s alto desde que se hace esta encuesta.
Teniendo en cuenta semejante sensaci¨®n de pesimismo colectivo, ?qu¨¦ puede haber pasado para que una parte tan importante de la poblaci¨®n -cuatro de cada 10 personas- tenga una visi¨®n tan distinta de la econom¨ªa que vive cotidianamente y de la econom¨ªa general del pa¨ªs? Josep Oliver, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, atribuye parte de esta dualidad a un pesimismo casi cultural de los consumidores espa?oles, cuya confianza hist¨®rica, en promedio, incluso en ¨¦pocas de bonanza, ha sido m¨¢s bien baja, sobre todo si se compara con la de alemanes o franceses.
"Detr¨¢s del 40% de la poblaci¨®n que reconoce que no le va mal hay un hecho objetivo: desde el comienzo de la crisis se han destruido 2,2 millones de puestos de trabajo, el 10% de los que exist¨ªan en 2007, pero el nivel de empleo absoluto (18 millones) est¨¢ un 50% por encima de la cifra de 1995, cuando Espa?a sali¨® de otra recesi¨®n. Por lo tanto, es cierto que se ha destruido mucho empleo, pero ahora hay m¨¢s familias con m¨¢s de un ingreso que hace 15 a?os", argumenta Oliver.
Otro dato que justificar¨ªa la mayor confianza de los ciudadanos en sus finanzas frente a la realidad econ¨®mica general es la an¨®mala situaci¨®n de los tipos de inter¨¦s. El Banco Central Europeo (BCE) ha elevado el precio del dinero (del 1% al 1,25%, la primera subida desde junio de 2008) y eso ha tenido un efecto inmediato en el Eur¨ªbor, el ¨ªndice al que est¨¢n referenciadas la gran mayor¨ªa de las hipotecas, que ha pasado en lo que va de a?o de un 1,5% a superar el 2%. Sin embargo, ambos indicadores est¨¢n sensiblemente por debajo de su media en la ¨²ltima d¨¦cada debido a la inyecci¨®n de liquidez del BCE para reanimar la econom¨ªa europea tras la crisis. La media para los tipos de inter¨¦s oficiales en los ¨²ltimos 10 a?os es del 2,55%, mientras que para el Eur¨ªbor la normalidad significa el 2,94%. "Las deudas hipotecarias se est¨¢n beneficiando de unos tipos excepcionalmente bajos, lo que rebaja la carga inmobiliaria sobre el conjunto de recursos financieros de las familias, contribuyendo, de paso, a reforzar la idea de que la situaci¨®n personal es mejor que la del pa¨ªs", explica Oliver.
El grado de deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs ha sido mucho m¨¢s r¨¢pido y severo que el de la personal. En 2008, por ejemplo, empezaban a confirmarse los datos de una crisis global de magnitudes a¨²n desconocidas. Todo eran, como ahora, noticias negativas e incertidumbre. "La percepci¨®n econ¨®mica pinch¨®. Los pesimistas pasaron del 40% al 78% en pocos meses", recuerda Josep Lobera. En cambio, la situaci¨®n econ¨®mica personal no vari¨® significativamente para la mayor¨ªa (no as¨ª la incertidumbre). "Solo un 15% de las personas ha cambiado la apreciaci¨®n de su situaci¨®n econ¨®mica en los tres ¨²ltimos a?os", a?ade el experto de Metroscopia.
"Esta dualidad ya pasaba antes de la crisis. El 80% de los espa?oles en 2006 cre¨ªan que el a?o siguiente la dualidad iba a empeorar y, al mismo tiempo, aseguraban que no hab¨ªa razones para ahorrar", indica Jos¨¦ Carlos D¨ªez, economista jefe de Intermoney. En su opini¨®n, la sociedad espa?ola es tendente a la autoflagelaci¨®n. "En Espa?a hay un tic cultural que nos lleva a pensar que nos va a ir mal, que somos un desastre... y cuando uno echa la vista atr¨¢s observa la profunda transformaci¨®n del pa¨ªs en los ¨²ltimos 40 a?os: hemos entrado en el euro, hemos formado a la mejor generaci¨®n de j¨®venes...". D¨ªez reconoce que este pesimismo tiene un claro impacto en el consumo y para ejemplificarlo recurre a los cl¨¢sicos, concretamente a Herodoto: "Tu estado de ¨¢nimo es tu destino". Esta impresi¨®n la comparte Juan Ignacio Crespo: "Si se tiene la sensaci¨®n de que el entorno est¨¢ muy mal uno se pone en guardia, lo que se refleja en un incremento de la tasa de ahorro y en una ca¨ªda del consumo".
A la construcci¨®n de esta percepci¨®n econ¨®mica dual tambi¨¦n contribuyen, seg¨²n los expertos, los partidos pol¨ªticos y los medios de comunicaci¨®n. "El patr¨®n hist¨®rico acerca del comportamiento del consumidor espa?ol refleja un estado pol¨ªtico del pa¨ªs que es, en general, bastante hist¨¦rico y crispado", denuncia Josep Oliver. "Hay un gran ruido medi¨¢tico provocado por la situaci¨®n pol¨ªtica. Sin duda, ver constantes fricciones entre los partidos no anima a mejorar el ¨¢nimo de los consumidores", a?ade este catedr¨¢tico.
Para Juan Ignacio Crespo el estado de ¨¢nimo est¨¢ influido por el "creciente" flujo de informaci¨®n financiera desde los medios. "Si este tipo de encuestas se pudieran hacer por ciudades, probablemente el contraste entre la percepci¨®n colectiva e individual de la situaci¨®n econ¨®mica ser¨ªa mucho mayor en Madrid que en otras localidades de menor tama?o debido al ruido y la influencia de los medios en la opini¨®n p¨²blica de la capital", se?ala el directivo de Thomson Reuters. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) la tasa de ahorro de los hogares se situ¨® en el 13,1% de la tasa disponible en 2010. Esta tasa sigue siendo unos dos puntos superior a la que hab¨ªa en los a?os anteriores al inicio de la crisis, pero supone una disminuci¨®n de cinco puntos respecto a 2009. En la ca¨ªda del ahorro familiar el pasado a?o influyeron cuestiones coyunturales (el aumento del IVA y el fin de algunas ayudas fiscales alentaron el consumo), pero tambi¨¦n qued¨® patente que los ciudadanos empezaron a perder un poco el miedo y los no afectados por la crisis comienzan a gastar m¨¢s. ?Se estar¨¢ imponiendo el yo optimista al pesimista? La respuesta, en los pr¨®ximos trimestres.
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