China intensifica la represi¨®n contra activistas y disidentes del r¨¦gimen
Al menos 54 opositores han desaparecido o sido detenidos desde febrero
El Gobierno chino ha lanzado una dura campa?a de represi¨®n contra disidentes, abogados, artistas y otros intelectuales, en un aparente intento de atajar cualquier posibilidad de que se produzca un movimiento similar a la revoluci¨®n del jazm¨ªn que ha sacudido los pa¨ªses ¨¢rabes desde principios de a?o. Al menos 54 activistas y otros cr¨ªticos con el Gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh) han sido detenidos o han desaparecido desde febrero, seg¨²n inform¨® ayer Chinese Human Rights Defenders (CHRD), una organizaci¨®n de defensa de los derechos humanos, con miembros tanto dentro como fuera de China. Varios han sido acusados oficialmente de querer subvertir el poder del Estado, en algunos casos por hacer circular informaci¨®n sobre los llamamientos a las manifestaciones del jazm¨ªn.
La ¨²ltima detenida es Ni Yulan, abogada defensora de los expropiados forzosos
La ¨²ltima persona en ser detenida ha sido una abogada llamada Ni Yulan, de 49 a?os, conocida por su defensa de personas a las que se les ha expropiado su vivienda. Ni Yulan qued¨® minusv¨¢lida a causa de una paliza de la polic¨ªa en 2002 tras filmar la destrucci¨®n de la casa de un cliente, y fue encarcelada. En 2008, volvi¨® a ser enviada a prisi¨®n y golpeada por la polic¨ªa por defender a gente que hab¨ªa sido expulsada de su casa para hacer sitio a las instalaciones de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn. Fue puesta en libertad en abril del a?o pasado. Su marido, Dong Jiqin, tambi¨¦n est¨¢ desaparecido, seg¨²n CHRD.
La abogada ha sido acusada de "causar alboroto". Seg¨²n fuentes pr¨®ximas a Ni citadas por Reuters, se hab¨ªa cuidado mucho para no verse envuelta en las convocatorias de protestas. Su detenci¨®n es una nueva muestra del nerviosismo de las autoridades y su intenci¨®n de sofocar cualquier movimiento de derechos civiles.
Liu Xiaoyuan, otro abogado, se encuentra igualmente en paradero desconocido desde el jueves pasado. Liu coloc¨® un mensaje en su microblog, en Sina Weibo -similar a Twitter-, ese mismo d¨ªa, en el que aseguraba que era seguido por alguien. Despu¨¦s, no se ha vuelto a saber de ¨¦l. La semana pasada, asegur¨® a la agencia Reuters que hab¨ªa asesorado a la familia del renombrado artista y disidente Ai Weiwei, de 53 a?os, quien est¨¢ en poder de la polic¨ªa desde que fue interceptado el 3 de abril en el aeropuerto de Pek¨ªn cuando iba a viajar a Hong Kong. Las autoridades solo han dicho que est¨¢ siendo investigado por "delitos econ¨®micos".
Otro activista, Yang Qiuyu, de 48 a?os, que lucha por los derechos de los peticionarios, fue arrestado el 6 de marzo y ha sido condenado a dos a?os de "reeducaci¨®n por el trabajo", un sistema que permite a la polic¨ªa y otros departamentos privar a la gente de libertad hasta cuatro a?os sin juicio. Yang pensaba publicar en Internet fotos de las fuerzas de seguridad desplegadas en un barrio de Pek¨ªn en el que hab¨ªa sido convocada una de las protestas. Un joven de 21 a?os que acudi¨® a otra de estas convocatorias en Pek¨ªn fue sentenciado tambi¨¦n a trabajos forzados la semana pasada. Al menos seis abogados de derechos humanos -entre ellos, Teng Biao y Jiang Tianyong- han desaparecido desde febrero.
Las revueltas en Oriente Pr¨®ximo y el norte de ?frica han llevado a las autoridades a lanzar la campa?a de detenciones, con objeto de abortar cualquier conato de levantamiento. Las convocatorias, en febrero, a realizar concentraciones de protesta, efectuadas por una p¨¢gina web en Estados Unidos, fueron recibidas con una tajante respuesta policial.
En China no existe un sentimiento generalizado de ira contra el Gobierno, similar al de Egipto o T¨²nez, gracias a su pujante econom¨ªa, a la creciente influencia internacional del pa¨ªs, y a que el nivel de vida de la gente ha mejorado sin cesar en los ¨²ltimos a?os. Pero hay amplios sectores de la poblaci¨®n descontentos con el PCCh. Desde v¨ªctimas de la corrupci¨®n oficial y las expropiaciones forzosas, a colectivos cristianos, miembros de las minor¨ªas tibetana y musulmana y partidarios de reformas democr¨¢ticas.
La campa?a de acoso, bajo responsabilidad del poderoso Departamento de Seguridad P¨²blica, ha alcanzado tambi¨¦n a la prensa extranjera. A principios de marzo, m¨¢s de una docena de corresponsales fueron llamados a cap¨ªtulo, interrogados en sesiones grabadas en v¨ªdeo y acusados de haber incumplido unas poco claras normativas para filmar o entrevistar en los lugares designados para las protestas en Pek¨ªn y Shangh¨¢i. Fueron amenazados con ser detenidos o retirarles el visado si volv¨ªan a cubrirlas.
El Instituto de Derechos Humanos de la Asociaci¨®n Internacional de Abogados asegur¨® el jueves pasado que est¨¢ preocupado "por la intimidaci¨®n, el abuso y el empeoramiento de la situaci¨®n de los abogados de derechos humanos en China", donde, seg¨²n dijo, "un cat¨¢logo creciente de secuestros por parte de las autoridades chinas ha creado un clima de miedo".
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