Lejos de todo ruido
HOTEL NABIA, culto a la tierra y hospitalidad al pie de Gredos
Se agradece en esta Espa?a rural, cada d¨ªa m¨¢s congestionada de alojamientos tur¨ªsticos de dudosa factura, el que alguien piense en la soledad de los montes. A?orados miradores, nerviosos regatos e insondables umbr¨ªas como las que sirven de escenario a un coqueto emprendimiento iniciado recientemente por los madrile?os Sof¨ªa Bernar y su esposo, ??igo O'Shea. Ellos, al igual que otros antes, pusieron pies en polvorosa con tal de no seguir "ejecutiveando" en la ciudad a costa de su salud y de su felicidad. El valle del Ti¨¦tar les guarda aqu¨ª la espalda, y los desgarros rocosos de Gredos atusan su flequillo nada m¨¢s despertar y ponerse a servir desayunos frente al embalse de El Rosarito.
Hotel Nabia
PUNTUACI?N: 7
Categor¨ªa: 3 estrellas. Direcci¨®n: Ctra. Santuario de Chilla, s/n. 05480 Candeleda, ?vila. Tel¨¦fonos: 920 10 49 26 y 920 37 79 16. Central de reservas: 902 10 38 92 (Rusticae). Web:www.hotelnabia.com. Instalaciones: jard¨ªn, piscina exterior, sal¨®n de estar, biblioteca, comedor. Habitaciones: 10 dobles, 2 suites; todas con calefacci¨®n, aire acondicionado, tel¨¦fono, TV sat¨¦lite, wifi, secador de pelo. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, animales dom¨¦sticos admitidos con restricciones. Precios: desde 100 euros, desayuno e IVA incluidos. Tarjetas de cr¨¦dito: American Express, Diners Club, MasterCard, Visa.
Nabia porque as¨ª se llama la "deidad vetona de los valles selvosos, del agua y de los r¨ªos, de los bosques y de los montes", seg¨²n nos cuentan en su p¨¢gina de presentaci¨®n. Y es que no muy lejos del hotel se aconseja la visita del castro de El Raso, imprescindible para descifrar la historia carpetovet¨®nica en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. De noche, el lugar invita a adentrarse en estos arcanos mitol¨®gicos guiados por las luminarias del jard¨ªn. De d¨ªa resplandece la hierba, la arboleda, las crester¨ªas inmediatas y, a¨²n m¨¢s cercana, la amistosa acogida que los propietarios dispensan a todo bicho viviente, sea o no cliente de su negocio. Aqu¨ª no cuenta el tiempo para nadie, ni casi tampoco el espacio. Pese a que la propuesta arquitect¨®nica podr¨ªa haber sido de m¨¢s alto perfil, el interiorismo, sin embargo, puede gustar m¨¢s o menos, pero expresa con vehemencia el car¨¢cter hospitalario de los propietarios, su gusto campestre y su clasicismo vital contenido.
Imposible permanecer indiferente al celof¨¢n brit¨¢nico (e incluso gustaviano) de sus cretonas estampadas, sus c¨®modas victorianas, sus sillones encamisados, sus arcones de madera con herrajes, sus alfombras bot¨¢nicas, sus ventanales de madera de casta?o... Hasta los edredones de plumas parecen aqu¨ª m¨¢s suaves, m¨¢s envolventes. No hay dos habitaciones iguales, ni las mismas vistas al cabo del a?o. En este pie de sierra hay primavera y verano, oto?o e invierno.
El desayuno se significa como el gran momento del d¨ªa en Nabia. Abundante, casero, deleitante. En un comedor bien luminoso, frente a la l¨¢mina azul de la piscina. Espl¨¦ndido preludio de una relajada ma?ana en la biblioteca con un libro en la mano y el ojo puesto en el paisaje sin ruido de esta otra Espa?a rural.
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