'La mula' sigue sin caminar
La pel¨ªcula de Michael Radford est¨¢ anclada desde hace 16 meses en una mara?a de querellas entre productoras - El rodaje lo termin¨® un director enmascarado
El s¨¢bado 31 de octubre de 2009, justo antes de empezar la media jornada planificada para ese d¨ªa en el rodaje de La mula, el brit¨¢nico Michael Radford reuni¨® al equipo. "Nos dijo que ten¨ªa que ausentarse porque hab¨ªa problemas con la producci¨®n. Fue horroroso. Los actores no sab¨ªamos nada de esas dificultades. Pensamos que ser¨ªan unos d¨ªas, y que rematar¨ªamos la pel¨ªcula a su vuelta porque solo quedaba una semana de trabajo", recuerda Secun de la Rosa, uno de los actores principales. Radford no volvi¨®, y el lunes siguiente apareci¨® un director con un pasamonta?as (probablemente el publicista de origen franc¨¦s Sebasti¨¢n Grousset) que remat¨® esa semana la filmaci¨®n.
Desde entonces y durante a?o y medio, la productora espa?ola Gheko Films, encabezada por Alejandra Frade, por un lado, y las productoras irlandesa (Subotica) y brit¨¢nica (Workhouse, cuyo administrador es Michael Radford), por otro, se han estado enfrentado en tribunales brit¨¢nicos y espa?oles, cruzando querellas por difamaci¨®n e impago y negociando en los bufetes para intentar que La mula, basada en la novela de Juan Eslava Gal¨¢n, llegara a buen fin. El negativo original est¨¢ en una caja fuerte en Londres, pero la semana pasada la versi¨®n espa?ola estuvo a punto de proyectarse en la Mostra de Valencia. Y el final de la batalla no est¨¢ cerca.
Radford: "No voy a aceptar un filme con mi nombre con material de otro"
Seg¨²n la productora espa?ola, el cineasta ingl¨¦s le debe 250.000 euros
El drama sobre la Guerra Civil casi inaugura la Mostra de Valencia
"Tarde o temprano se respetar¨¢n los derechos de todos", dice Alejandra Frade
Radford aprendi¨® espa?ol para rescribir el gui¨®n -exist¨ªa uno previo de Bel¨¦n Mac¨ªas- en un fr¨ªo invierno sevillano junto a Juan Eslava Gal¨¢n, autor de la novela, y para el posterior rodaje en Montoro (C¨®rdoba). "Iba a ser una de mis grandes pel¨ªculas, como El cartero (y Pablo Neruda) y Otro tiempo, otro lugar". El realizador brit¨¢nico, responsable de t¨ªtulos como 1984 o El mercader de Venecia, hab¨ªa sido contratado por Alejandra Frade para llevar a la pantalla la historia de un cabo del bando nacional que, a falta de tres meses para que acabe la Guerra Civil, encuentra una mula y decide esconderla para llev¨¢rsela a casa. La preproducci¨®n se alarg¨® en busca de financiaci¨®n, tanto que el protagonista previsto, ?scar Jaenada, abandon¨® el proyecto y en su lugar entr¨® Mario Casas. Junto a ¨¦l, en el reparto, Mar¨ªa Valverde, Jes¨²s Carroza y Secun de la Rosa, entre otros. "No entiendo lo que hicieron. He trabajado con gente terrible, con productores como Harvey Weinstein; al menos ellos amaban el cine. No voy a aceptar que haya un filme con mi nombre con material rodado por otro", dice el brit¨¢nico.
En el coraz¨®n del embrollo de la producci¨®n, y que lleva a que las partes hablen de la pel¨ªcula como si fueran dos distintas, est¨¢n acusaciones de impagos y deudas mutuas. "Euroimages es el fondo comunitario para coproducciones en Europa. Como el resto de fondos", cuenta Radford, "requiere que todos los productores firmen todos los contratos. Ahora bien, el Reino Unido no es parte de Euroimages, no se beneficia de ¨¦l. La mayor parte de esa ayuda fue a Espa?a y con ella se pag¨® al equipo espa?ol, en vez de hacer un bote com¨²n. La parte m¨¢s peque?a se fue a Irlanda y con ella se financi¨® el revelado de la pel¨ªcula. Mi productora, brit¨¢nica, firm¨® esos acuerdos, porque aunque no eran para m¨ª s¨ª beneficiaba a la pel¨ªcula... Y Gheko Films ya no firm¨® m¨¢s que no fuera en su provecho. Fuimos negociando durante el rodaje, pidiendo que firmaran nuestros contratos para acceder al dinero que nos otorg¨® el UK Film Council [efectivamente, el organismo p¨²blico del cine brit¨¢nico a¨²n tiene 1,5 millones de euros reservados a la pel¨ªcula]. Tampoco pudimos acceder al dinero irland¨¦s del Irish Film Board, asociado a que se invirtiera durante el rodaje. Gheko no quiso firmar los acuerdos, entre ellos el seguro de buen fin [elemento obligado en casi todas las pel¨ªculas estadounidenses y brit¨¢nicas, que garantiza la entrega de la pel¨ªcula tal y como se especific¨® en contratos con productores, inversores y distribuidores; suele suponer el 3% del presupuesto total]. Por todo eso al equipo brit¨¢nico a¨²n se le adeudan 350.000 euros, mientras los espa?oles cobraron al d¨ªa. El 31 de octubre supuso el final del plazo para acceder al dinero irland¨¦s y vi c¨®mo se resquebraj¨® la producci¨®n".
Alejandra Frade cuenta otra historia: "Tengo que decir que con Radford como director no tengo ning¨²n problema; otra cosa es Radford productor. Ese es el que me ha difamado, al que he querellado por calumnias. Le prest¨¦ dinero para que pagara al departamento de arte, deuda que con costas e intereses hoy llega casi a 250.000 euros [Radford asegura que como Gheko no quer¨ªa pagar del bote com¨²n, le obligaron a un firmar el pr¨¦stamo para su empresa Workhouse]. Para que entrara el dinero irland¨¦s, me dijeron de repente que yo ten¨ªa que ingresar 900.000 euros en una cuenta irlandesa, y de paso me hac¨ªan renunciar a mis derechos internacionales. Adem¨¢s, roto el acuerdo, ?c¨®mo no iba yo a rematar la pel¨ªcula? Se larg¨®. ?Qui¨¦n respeta mis derechos como productora?".
Muy resumido, ese el problema financiero. Mientras, Radford ha seguido viniendo a Madrid a negociar; y Frade denunci¨® a Ignasi Guardans, entonces director del ICAA
[el Instituto del Cine, dependiente del Ministerio de Cultura], y a los directores del UKFC y del IFB, por prevaricaci¨®n, cohecho y tr¨¢fico de influencias. "Cuando acced¨ª al expediente de La mula tras el cese de Guardans, vi que hab¨ªan conspirado contra la pel¨ªcula", asegura la productora espa?ola. Guardans responde: "Yo firm¨¦ los papeles del ICAA porque, obviamente, era su director. Una coproducci¨®n tiene un nivel de intervencionismo superior a lo normal, y da igual el porcentaje de inversi¨®n de los tres pa¨ªses: deben respetarse las leyes de los tres. Yo no he hecho la reglamentaci¨®n, sencillamente la he aplicado. No podemos despreciar las reglas jur¨ªdicas internacionales, y sin acuerdo de las tres productoras, no se les puede dar el permiso de exhibici¨®n. Esta semana el juez ha sobrese¨ªdo el caso". Otro juez brit¨¢nico, a petici¨®n de Radford, ha prohibido la proyecci¨®n del filme como medida cautelar. En la web del ICAA, La mula sigue pendiente de calificaci¨®n.
El montaje espa?ol a¨²n as¨ª estuvo a punto de inaugurar la Mostra de Valencia hace 10 d¨ªas. Salom¨®n Castiel, responsable del festival, comenta: "La vimos, nos lo pensamos, pero el contexto jur¨ªdico nos impidi¨® su programaci¨®n". Quienes han visto esa copia aseguran que es un montaje muy plano, publicitario y muy alejado de lo que hubiera hecho Radford. Frade dice que se hizo siguiendo las instrucciones previas del cineasta. Otra fuente apunta a que Radford ha recibido una oferta de Gheko Films para que comprara la parte espa?ola por cinco millones de euros (el presupuesto era de siete), hecho que Frade niega: "Solo le he ofrecido que ya que hemos hecho la versi¨®n del productor, que realice ¨¦l la del director".
?Hay soluci¨®n? Radford, que participar¨¢ en Cannes con su siguiente trabajo, un documental, lo ve dif¨ªcil. Frade cree: "Tarde o temprano se respetar¨¢n los derechos de todos". Secun de la Rosa: "En el rodaje nos quedamos desamparados. De repente, un filme humanista que habla de libertades en mitad de la Guerra Civil viv¨ªa su propia guerra civil. Radford nos hab¨ªa guiado maravillosamente, y esos d¨ªas, por tel¨¦fono, nos dijo que sigui¨¦ramos, porque ya repetir¨ªamos esas secuencias. Los brit¨¢nicos se fueron llorando, estaban muy implicados emocionalmente. Yo nunca he vivido algo as¨ª. Lo m¨¢s curioso es que, en esas jornadas finales, filmamos el plano final en el que Mario y yo nos vamos hundidos sin la mula. As¨ª nos sent¨ªamos nosotros en nuestro interior. No pudo ser m¨¢s representativo".
Esos filmes malditos
El hobbit ha cambiado de director y ha tardado a?os en arrancar; James Bond ha visto su carrera al filo del abismo; por El capit¨¢n Trueno ha pasado medio cine espa?ol; El hombre que mat¨® a Don Quijote se embarr¨® en el desierto de los Monegros y se ha encallado sin remedio en la carrera de Terry Gilliam; Stanley Kubrick lleg¨® a preparar el vestuario de Napole¨®n... En la historia del s¨¦ptimo arte hay decenas de pel¨ªculas abandonadas sin acabar (Don Quijote, de Orson Welles) o enfangandas tras costosos procesos judiciales que dejan su metraje en manos de varios propietarios que no se ponen de acuerdo. La mula no es un caso especial en el cine mundial, pero s¨ª en el espa?ol, donde solo le supera el misterio Manolete, ya estrenada en Francia e Italia y a la venta en DVD en Estados Unidos, y que parece que jam¨¢s llegar¨¢ a una sala espa?ola.
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