"Conservo una marcada conciencia de clase"
Este navarro con rizos enlanados tiene cierto aire de profeta. Lo que ocurre es que a ese aire se unen sus razones objetivas y su ojo certero a la hora de colocar a trav¨¦s del cine debates que se aproximan como una tormenta a nuestras vidas, asuntos cruciales de nuestro tiempo. Cuando el problema de la inmigraci¨®n era una leve sospecha en Espa?a, Montxo Armend¨¢riz lo coloc¨® antes que nadie sobre la mesa en Las cartas de Alou; cuando la herida supurante sobre la memoria hist¨®rica andaba en pa?ales tras la ¨²ltima oleada, ¨¦l rod¨® Silencio roto; cuando el nihilismo juvenil balbuceaba, retrat¨® la generaci¨®n anterior al botell¨®n en Historias del Kronen... Tambi¨¦n firm¨® una obra maestra que viaj¨® a Hollywood titulada Secretos del coraz¨®n y ahora se ha atrevido a reflejar un asunto dur¨ªsimo como el de los abusos a menores en No tengas miedo.
"Navarra es un reflejo de los extremos. La cuna de Euskadi y los carlistas"
Los casos m¨¢s graves de violaci¨®n se dan en los colegios y en las casas"
Para Armend¨¢riz, el cine es entretenimiento y arma social. No ha renunciado a esa visi¨®n desde una conciencia de clase y un fuerte apego a la identidad que ya se observ¨® en Tasio, su primera obra. Hijo ¨²nico de una familia obrera, ni?o trasto e inquieto, creci¨® rodeado de tab¨²es. Quiz¨¢ por eso las pel¨ªculas de Armend¨¢riz son an¨¢lisis profundos de la sociedad en varios planos y a varias escalas que conviven entre s¨ª forjando telas de ara?a como la de Secretos del coraz¨®n. En ellas se entrecruza lo oculto con lo palpable, lo visible con lo invisible, sin saber con certeza qu¨¦ es lo m¨¢s real o lo que nos afecta m¨¢s profundamente.
En No tengas miedo, esta convivencia que lucha a fondo entre sus contradicciones se atrae y se repele. Alcanza una cima y sit¨²a el debate en un punto admirable, sin prejuicios, con elegancia supina, con delicadeza, pero crudamente, como solo lo puede hacer un maestro acompa?ado de tres actores muy valientes para encarnar sus papeles como son Llu¨ªs Homar, Bel¨¦n Rueda y Michelle Jenner.
Hombre discreto, alejado de los focos pero solvente y amante de su oficio, Armend¨¢riz camina sin alterarse por el panorama del cine espa?ol sin enganche al Twitter ni a los focos, sin obsesiones delirantes de estilo y bebiendo de la fuente de la vida y la calle con la sed de los creadores honestos, arriesg¨¢ndose siempre y sin renunciar a plantear temas espinosos sobre la pantalla.
Ya s¨¦ que a usted, como a Orson Welles, no hay cosa que le resulte m¨¢s rid¨ªcula que hablar de sus pel¨ªculas, pero esta nueva obra suya necesita ser bien explicada porque el tema de los abusos es absolutamente tab¨². ?C¨®mo se atrevi¨®?
Por dos razones: por el descubrimiento del asunto a trav¨¦s de psic¨®logos, psiquiatras. Acced¨ª por medio de ellos a las secuelas f¨ªsicas y psicol¨®gicas que aportan una gran riqueza dram¨¢tica para construir una historia. Creo que el cine es un arma fundamental para mostrar ante nuestros ojos problemas sociales que necesitan ser abordados. M¨¢s en un tema del que nadie quiere hablar, que nadie quiere reconocer ni afrontar. Por eso el cine puede resultar ¨²til para dar una se?al de alarma y abordarlo.
Pero es que en este asunto se trata de mostrar sin mostrar, de ser elegante y no expl¨ªcito, narrar desde el punto de vista del tab¨², con supuestos, entredichos, miradas, la sugerencia de lo oscuro.
Era el mayor riesgo de la pel¨ªcula. Trat¨¦ de rodarla formalmente de forma natural, sin artificio, en planos secuencia para que vi¨¦ramos bien lo que ocurre dentro de la protagonista, para que nada altere objetivamente lo que apreciamos en su interior. La clave no era la historia en s¨ª, existen much¨ªsimas, desgraciadamente. La clave era encontrar el punto de vista, la mirada apropiada que narrara el horror en que viven estas personas, c¨®mo estos hechos destrozan vidas...
Para siempre...
Para siempre. Se trataba de enfrentarse a todo ello sin caer en el morbo, ni en otro mont¨®n de circunstancias que acompa?an. Eso es lo que me atrae del cine. Buscas una historia que te seduzca y despu¨¦s descubres algo que enlaza con el cine directamente. En todas las personas que conoc¨ªa ve¨ªa historias de supervivientes, gentes que luchan contra la adversidad de un destino absolutamente injusto y que perseveran en el af¨¢n de buscar una vida digna.
F¨ªjese que en ese drama ¨ªntimo y callado, usted aplica un discurso propio de revoluci¨®n social. Y es que el abuso, la injusticia m¨¢s dura, suele ser la que se vive de puertas para dentro. ?Qu¨¦ cree?
Los abusos son el meollo de una enfermedad social. Un abuso siempre existe en situaciones de poder y sumisi¨®n. Lo m¨¢s triste es que sea un menor y dentro de una familia. Pero esos casos particulares no escapan a lo que ocurre en las sociedades. Aunque las consecuencias personales son terribles: el dominio, el sometimiento de los m¨¢s d¨¦biles, no ser due?o de tu propio cuerpo con todas las secuelas de extra?eza que quedan hasta destrozar vidas en todos los niveles.
Ah¨ª se derrumban todas las categor¨ªas morales y de las sociedades avanzadas. Por mucho que se construya el progreso, la sofisticaci¨®n, el abuso ocurre y responde a los instintos m¨¢s primarios. ?Por qu¨¦?
Nadie puede huir de sus demonios, por muy desarrollada que est¨¦ la sociedad. En Espa?a se reh¨²ye el tema, la gente no quiere ni o¨ªr hablar.
Ese es uno de los mayores riesgos de la pel¨ªcula a priori, que a nadie le va a apetecer entrar al cine. ?C¨®mo les convencer¨¢?
Es que yo creo que el cine tiene esa misi¨®n social de la que hablaba Renoir. ?l dec¨ªa que no le interesaban las pel¨ªculas perfectas, sino aquellas que sirven para tender puentes con el conocimiento humano. En una sociedad como la que nos encontramos es fundamental que el cine, aparte de divertir y entretener, sirva para estas cosas. Pero a m¨ª me interesaba narrar esta historia en positivo, como una lucha de superaci¨®n personal, transmitir que se puede salir del pozo, pero que para eso antes hay que reconocerlo y enfrentarlo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que una victoria vital para estas personas es un peque?o paso, una peque?a decisi¨®n. Las dimensiones del ¨¦xito para ellos son microsc¨®picas vistas desde una situaci¨®n normal.
Mudarse, tomar una peque?a decisi¨®n, resulta algo asombroso. Son gente que pelea con un desgaste mayor que otras.
Resulta muy consecuente con su cine por otros aspectos. No solo por esa superaci¨®n de adversidades, tambi¨¦n por los m¨²ltiples planos de la realidad, los secretos, lo oculto.
Eso me interesaba mucho. Est¨¢ en todas mis pel¨ªculas. Pero es que es com¨²n a la condici¨®n humana: la apariencia y los mundos internos de los que no somos conscientes, pero que resultan responsables de pulsiones y actos fundamentales en nuestra vida.
En eso, 'Secretos del coraz¨®n' era una pel¨ªcula autobiogr¨¢fica, pero para esta ?qu¨¦ ha conocido alrededor suyo ahora para llevarle a contar una historia tan terrible?
Dos cosas, el valor y el coraje de enfrentarse cada d¨ªa a construir una nueva vida, un destino digno frente a un pasado del que no eres responsable. Eso me anim¨® a hacerlo, pero es que mientras me met¨ªa, al hablarlo, me top¨¦ con una gran cantidad de gente incluso cercana que ha sufrido abusos. Al tocar el tema, confiesan.
Este pa¨ªs es poco dado a remover. Pasa con el tema de abusos en el ¨¢mbito de los colegios religiosos. En Irlanda, Alemania, M¨¦xico, hay plataformas; aqu¨ª apenas existen, y no ser¨¢ por falta de casos.
Somos proclives a no remover cosas que duelen o poner en evidencia asuntos que no nos gusta sacar a la luz.
?Y as¨ª va pudri¨¦ndose m¨¢s y m¨¢s todo?
Cierto. Los mayores casos se dan en el ambiente familiar y en el educativo, las violaciones fortuitas son menos comunes y eso concita el apoyo general de las familias. Es en los colegios y las casas donde se dan los problemas graves, y las v¨ªctimas desarrollan un sentido de culpa atroz porque no se atreven a denunciar. Creen que levantar¨¢n sospechas, como aquel cura que dijo que iban provocando. ?En qu¨¦ cabeza cabe? Solo en mentes enfermas.
?Existe la mala conciencia de las v¨ªctimas en mayor grado que la de los agresores?
Es un asunto peliagudo. Ah¨ª entran t¨®picos y prejuicios que deb¨ª apartar al escribir la historia. Quien abusa debe ser juzgado y condenado. Pero no solo en eso termina la valoraci¨®n que debe hacerse. La gran mayor¨ªa de los abusadores han sido v¨ªctimas y, por tanto, necesitan ayuda psicol¨®gica para superar su problema.
En eso ha sido admirable la valent¨ªa de los actores al elegir sus personajes, sobre todo en el caso de Llu¨ªs Homar y Bel¨¦n Rueda, padre y madre de la ni?a abusada. No sabr¨ªa decirle qui¨¦n de los dos es peor, ?quien act¨²a o quien no quiere ver?
Los dos. Ambos son part¨ªcipes de un mismo hecho. Una como encubridora y otro como agresor. En el caso de los actores, es cierto, no son los papeles que les van a proporcionar cari?o y admiraci¨®n del p¨²blico, pero pone de manifiesto su gran profesionalidad. Ser conscientes de la necesidad de hacer una pel¨ªcula as¨ª y de que debe haber int¨¦rpretes que los encarnen.
?C¨®mo les convenci¨®? Por dinero no ser¨ªa. ?Ret¨¢ndoles a salir a la plaza? Les costar¨ªa aceptar.
A la primera dijeron que s¨ª. Llu¨ªs, nada m¨¢s leer el gui¨®n. Era mi primera opci¨®n. Bel¨¦n Rueda se incorpor¨® despu¨¦s. Ley¨® el gui¨®n, vino a verme y me dijo: "Quiero que me expliques por qu¨¦ quieres hacer esta pel¨ªcula. Se lo expliqu¨¦ y la convenc¨ª.
?Y a Michelle Jenner, la hija, le dijo en qu¨¦ se met¨ªa?
En las pruebas no les doy texto de la pel¨ªcula, les doy otras cosas en las que haya situaciones similares. Hizo una prueba estupenda y al pasarle el guion se qued¨® un poco asustada. Me tendr¨¢s que ayudar, me dijo. Por supuesto... Deb¨ªa empezar a ensayar dos meses antes y a preparar con v¨ªctimas, psic¨®logos, libros y pel¨ªculas todo.
?Qu¨¦ le recomend¨® ver?
Bastantes pel¨ªculas, desde Repulsi¨®n, de Polanski, hasta Celebraci¨®n, de Tomas Winterberg; La zona oscura, de Tim Roth; Speak...
Al repasar su filmograf¨ªa es dif¨ªcil encontrar algo malo. De 'Tasio' a 'Obaba', pasando por 'Las cartas de Alou', 'Historias del Kronen', 'Silencio roto' o 'Secretos del coraz¨®n', no hay patinazos. Y todo eso con discreci¨®n. ?Qu¨¦ necesita el cine espa?ol para no meterse en tantos berenjenales y dedicarse sencillamente a hacer buenas pel¨ªculas?
Pues dedicarnos a trabajar y dejarse de parafernalia y pasarelas. Todo depende del concepto que uno tenga del cine. Yo, como Marcel Carn¨¦, encuentro que cada vez hay m¨¢s personas que viven del cine y no para el cine. Se me qued¨® muy grabado aquello. Y a?ad¨ªa que cada vez se hac¨ªan m¨¢s pel¨ªculas, pero ¨¦l ve¨ªa menos cine. Me preocupo de aquello que debo hacer y nada m¨¢s. Tambi¨¦n de la taquilla, no soy alguien con vocaci¨®n de hacer cine para uno mismo; es m¨¢s, uno de nuestros mayores problemas son los extremos.
?En qu¨¦ sentido?
Pues que existe por un lado el cine comercial, puro y duro, y por otro, el cine para ir a los festivales, al margen y a espaldas de circuitos comerciales. Ese margen intermedio donde yo me mov¨ªa, el que sirve para divertir y entretener, pero al tiempo para reflejar la sociedad en la que vivimos, cada vez tiene menos espacio. Puede que sea un s¨ªntoma de nuestra sociedad, del blanco y negro, de la polarizaci¨®n general de las cosas.
?Para eso no es aconsejable pensar en el bien colectivo y huir del egocentrismo creador?
Claro.
Es que en el cine espa?ol se da mucho el ego desbocado, no solo para defender las pel¨ªculas propias, sino para meterse en todos los saraos. ?No har¨ªa falta m¨¢s templanza y menos 'twitteros'? Peter Bogdanovich lo dec¨ªa de una manera muy simple: antes de empezar a rodar una pel¨ªcula se preguntaba para qu¨¦ servir¨ªa.
Yo me lo pregunto, sin lugar a dudas. La gente se extra?a de que tarde tanto. Para m¨ª resulta muy dif¨ªcil sacar las cosas adelante. Primero es complicado encontrar algo que te seduzca, que te interese, art¨ªstica y socialmente, y luego debes ser consciente de que eres capaz de hacerlo. Adem¨¢s debes hallar financiaci¨®n adecuada, no hay inversi¨®n privada que proporcione los medios.
De acuerdo, eso desde el punto de vista pr¨¢ctico, pero desde el punto de vista de la ¨¦tica creadora tambi¨¦n se echa en falta esa honradez, esa crudeza de planteamiento, si se quiere.
Pero es que eso es reflejo de la sociedad en que vivimos. Repetimos lo que ocurre a nuestro alrededor. Nadie pregunta c¨®mo has conseguido no s¨¦ qu¨¦, sino cu¨¢nto has conseguido. Lo ¨²nico que vale es conseguir, tener, ser famoso. Eso no es prioritario del cine. Ocurre en nuestro mundo, pero no es importante. ?Cu¨¢ntos constructores se preguntan si es necesario levantar m¨¢s casas?
Ya, pero a un constructor no le vas a pedir ¨¦tica creativa.
Yo ah¨ª discrepo. El arte es todo aquello bien hecho que sirve para vivir o entender la vida mejor. En ese sentido, aunque sean cosas distintas, cada oficio tiene su parte art¨ªstica y ¨¦tica.
?No ser¨¢ que hablamos de lo artesanal en ese caso?
Bien, lo artesanal, pero debe existir porque si no se centra uno en el trabajo bien hecho, la sociedad se desgaja, se parte. Tienes raz¨®n, obviamente lo art¨ªstico es todo aquello que trasciende una base artesanal, pero ese supuesto artesanal es muy importante, fundamental, para que todo funcione.
Usted antes de entrar en el cine tuvo su pasado en la electr¨®nica. ?De ah¨ª le viene su apego a lo m¨¢s terrenal?
Antes del cine hice varias cosas, una de ellas dar clase de electr¨®nica.
?Era un 'manitas'?
Pues s¨ª, reparaba televisores, montaba juegos de luces psicod¨¦licas en fiestas, me ocupaba de ordenadores y de las primeras sistematizaciones que aparecieron en diversos oficios. Eso me dio un contacto con el mundo real y algo que me ha servido luego para relativizar este mundo: mantener los pies en el suelo. El conocimiento t¨¦cnico y cient¨ªfico de c¨®mo ocurren las cosas y las relaciones personales. Eso me ha servido para no dejarme subyugar por las luces ni el glamour. Es ficticio, una parte de nuestra profesi¨®n que no conduce a nada.
?Estar en la vida m¨¢s que en el cine? A muchos es que se les va la olla con eso, ?no?
Bueno, bueno. Terrible. Yo soy una persona m¨¢s pragm¨¢tica, m¨¢s pr¨¢ctica. Examino pros y contras, pero eso no es ni bueno ni malo, muchas veces se convierte en un inconveniente. A veces me gustar¨ªa ser mucho menos pragm¨¢tico y m¨¢s loco, m¨¢s aventurero, para acometer cosas que no salen de otra forma.
Y ese sentido pr¨¢ctico ?de d¨®nde le viene?
De la educaci¨®n que me dieron mis padres. Vengo de una familia obrera, pero fui hijo ¨²nico. Mis hermanos murieron.
?C¨®mo ocurri¨® aquello?
Eran mayores que yo. Murieron muy peque?os, uno creo que naci¨® muerto, era un tema que no se pod¨ªa tocar.
?Esos secretos del coraz¨®n?
De la familia, aunque no fue muy traum¨¢tico para m¨ª. Lo notaba sobre todo porque estaba muy protegido, demasiado mimado para que no me ocurriera nada. Eran secretos que siempre me han interesado despu¨¦s, en lo cotidiano. Pero en medio de eso me dieron una educaci¨®n absolutamente pr¨¢ctica, por qu¨¦, para qu¨¦ y qu¨¦ efectos producen las cosas que haces antes de meterte en ellas. Luchar por buscarse el currusco les hac¨ªa plantearse cada paso. Yo, aun as¨ª, les coment¨¦ un d¨ªa que quer¨ªa hacer cine. Ten¨ªa 14 a?os, me miraron extra?ad¨ªsimos y me convencieron de que no lo hiciera, que antes me dedicara a algo m¨¢s seguro, de ah¨ª lo de la electr¨®nica, pero siempre tuve el gusanillo.
?Desde cu¨¢ndo?
Desde peque?o, cuando me met¨ªa programas dobles y triples varias veces. Me hac¨ªa ver y conocer mundos ajenos. Yo no conoc¨ª el mar hasta que tuve 12 a?os. Y eso lo ve¨ªa en el cine.
?Qu¨¦ tipo de cine?
Todo, el cine negro, los musicales, las pel¨ªculas del Oeste. Pero tambi¨¦n recuerdo lo que me marc¨® Roma, citt¨¤ aperta en un pase semiclandestino porque descubr¨ª que exist¨ªa un tipo de cine que contaba los sufrimientos y adversidades de gente con la que yo me identificaba.
Pero en Pamplona, en aquella ¨¦poca y en una ciudad alejada del meollo del cine, cuesta imaginar c¨®mo un chaval de su edad tuviera tan claro que quer¨ªa dedicarse a ello.
No ten¨ªa idea de c¨®mo pod¨ªa ser ese mundo. Pero a los 14 a?os, con el primer dinero que gan¨¦ me compr¨¦ una c¨¢mara de fotos, despu¨¦s un super 8 y le¨ªa revistas. Ten¨ªa un conocimiento muy vago de lo que pod¨ªa ser aquello, muy academicista. Sab¨ªa qu¨¦ era el montaje, el revelado, desconoc¨ªa lo que pod¨ªa ser la puesta en escena y la planificaci¨®n, pero iba aprendiendo.
O sea, que era usted un jovencito aplicado.
Bueno, no tanto. Era muy malo.
?De verdad?
S¨ª, de hecho, en el pueblo, mis padres se tuvieron que ir porque no hac¨ªa m¨¢s que darles disgustos.
?C¨®mo?
Pues un d¨ªa dej¨¦ a todo el pueblo sin luz.
?Usted, el futuro electr¨®nico?
Pues s¨ª, no hab¨ªa ca¨ªdo. Olleta no ten¨ªa ni luz ni carretera entonces, cuando yo ten¨ªa unos cuatro a?os pusieron luz el¨¦ctrica. Hab¨ªa un cacharro en la pared que se encend¨ªa y se hac¨ªa la luz. Me contaron que el invento ven¨ªa de una caseta en el monte, que era el transformador. Me fui para all¨¢ con mis amigos y nos pusimos a tirar piedras y hierros a ver si reaccionaba. Hasta que uno hizo ?zas!, dio un petardazo y se qued¨® todo el pueblo a oscuras. Iban diciendo: ?Ha sido Ramon¨ªn! Porque yo era Ramon¨ªn. Eran cosas de esas. Me dec¨ªan mucho: ?Mala hierba nunca muere!
?Y a qu¨¦ pensaba que se refer¨ªan?
Pues no lo sab¨ªa y se lo preguntaba a mi madre. Entend¨ªa que era un insulto por la forma que me lo dec¨ªan. Hasta que me di cuenta de que se refer¨ªan a que era el menor de todos mis hermanos y que eso de alguna manera marcaba.
?Qu¨¦ maledicencia la de la gente!
Bueno, en un pueblo sin luz, ni agua, en los a?os cincuenta...
Suelen decir los mayores que tiempos pasados fueron mejores, pero aquel pa¨ªs era para regal¨¢rselo.
El progreso es bueno para la condici¨®n humana, depende de c¨®mo se utilizan los avances.
?Pero no cree que ahora los espa?oles tienen mejor voluntad, m¨¢s nobles intenciones?
Ah¨ª soy m¨¢s esc¨¦ptico. Yo creo que el desarrollo y el progreso han dado mejores posibilidades a los listillos. Hoy se domina y se sojuzga m¨¢s sofisticadamente, de una manera aparentemente democr¨¢tica por medio del consumo, del mercado. Todo est¨¢ mediatizado en torno a una serie de poderes que controlan eso. Las sociedades tienen su parte buena y mala. Antes est¨¢bamos aislados en lugares reducidos y las tensiones explotaban, pero no s¨¦ si era mejor o peor en ciertos aspectos.
Lleg¨® despu¨¦s a estar en la c¨¢rcel, ?conserva conciencia clara de sus or¨ªgenes?
Conservo una marcada conciencia de clase. Me metieron en la c¨¢rcel porque estaba en las comisiones de barrios y con la muerte de Puig Antich se hicieron unas octavillas. Yo ten¨ªa el enlace. Cuando me detuvieron a m¨ª desapareci¨® media Pamplona y dedujeron: "?ste es importante". Me inflaron a leches y me rompieron dos costillas.
Pegaban bien entonces.
S¨ª, pegaban bien, no consiguieron nada, pero me ped¨ªan cinco a?os. Estuve 40 d¨ªas en la c¨¢rcel y luego lleg¨® la amnist¨ªa. Tambi¨¦n tuvimos suerte porque conmigo detuvieron al hijo de un general y nos beneficiamos todos los que est¨¢bamos en el sumario.
As¨ª que aquella Pamplona donde campaba el Opus con sus ministros colocados en el Gobierno de Franco tambi¨¦n era un nido de rojos liderados por usted.
Sin lugar a dudas.
Qu¨¦ curiosa Navarra. ?C¨®mo es? Def¨ªnamela, si se atreve.
Es una provincia en la que se dan todos los extremos. Es el germen de Euskadi y las guerras carlistas al tiempo. Un reflejo previo de tensiones generales. No es extra?o que fuera la comunidad en la que se escindi¨® el PP en UPN, que sea la pieza de cambio con las campa?as de ETA, esas cosas.
?Pero para usted es m¨¢s Euskadi que Espa?a o al rev¨¦s?
Yo puedo hablar por m¨ª, yo me siento vasco, lo cual no quiere decir que otros no lo hagan as¨ª y lo respeto totalmente. Pero es una sociedad en la que se da esta dicotom¨ªa en todos los ¨¢mbitos.
El chico que arreglaba televisores
Montxo Armend¨¢riz (Olleta, Navarra, 1949) naci¨® en el seno de una familia obrera en plena posguerra. Antes de dedicarse al cine fue profesor del Instituto Polit¨¦cnico de Pamplona, donde ense?aba electr¨®nica, un oficio que hab¨ªa desempe?ado ¨¦l antes.
Su carrera como director de cine comenz¨® en 1984 con Tasio. A partir de ah¨ª ha dirigido un total de siete largometrajes y documentales, como Escenario m¨®vil y La guerrilla de la memoria, junto a Javier Corcuera. Su pel¨ªcula Secretos del coraz¨®n fue candidata a los premios Oscar, y tiene dos Goyas como guionista de Historias del Kronen y Las cartas de Alou. Adem¨¢s, en 1998 gan¨® el Premio Nacional de Cinematograf¨ªa por toda su carrera, que hasta entonces no comprend¨ªa sus dos ¨²ltimas pel¨ªculas: Obaba y No tengas miedo, que se estrena el pr¨®ximo 29 de abril.
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