El PP promet¨ªa en su programa "comunicaci¨®n no partidista"
Corr¨ªa el inicio del curso pol¨ªtico de 2009 y aquellos d¨ªas en que el candidato Feij¨®o ped¨ªa perd¨®n en nombre de la pol¨ªtica y promet¨ªa regeneraci¨®n democr¨¢tica en su gira por Galicia, camino de la presidencia de la Xunta. El 14 de enero de aquel a?o electoral, con la residencia de Monte P¨ªo al fondo y desde la Praza do Obradoiro, el l¨ªder del PP firm¨® ante c¨¢maras y micr¨®fonos el "manifiesto por la prosperidad y bienestar de una Galicia unida y abierta".
El "contrato integral" que rubric¨® con el pueblo gallego establec¨ªa "un compromiso moral y personal" del candidato Feij¨®o con la regeneraci¨®n democr¨¢tica. Ya en el programa electoral, el Partido Popular detallaba la letra peque?a de esos magnos compromisos que los populares contrastaban con el comportamiento del bipartito.
En lo que ata?e a los medios de comunicaci¨®n, Feij¨®o denunciaba que socialistas y nacionalistas "convirtieron las pol¨ªticas de comunicaci¨®n e imagen institucional en pol¨ªticas de publicidad y propaganda ejercitada sin ning¨²n tipo de control". El bipartito, lamentaba entonces el PP y su presidente, "prometi¨® al principio de la legislatura la Lei de Publicidade Institucional y, porque no se pusieron de acuerdo, ni siquiera lleg¨® a ser discutida en el Parlamento".
Sin rastro de la ley
Como alternativa, los populares propon¨ªan en su biblia de campa?a "una pol¨ªtica de comunicaci¨®n institucional y no partidista". Para lograrlo, se compromet¨ªan a legislar con un objetivo claro: "La pol¨ªtica de ayudas a los medios de comunicaci¨®n debe tener un soporte legal, como sucede en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos". El Partido Popular gallego vaticinaba que, al llegar al poder, "las convocatorias de ayudas dirigidas a los medios de comunicaci¨®n" se har¨ªan "de acuerdo con la Lei de Publicidade e Comunicaci¨®n Social da Xunta, y siempre con transparencia".
Dos a?os despu¨¦s de que Feij¨®o regresase por la puerta grande al Gobierno gallego, no quedan siquiera los ecos de aquella proclamas. Tampoco hay rastro de aquella ansiada ley que equiparar¨ªa a Galicia con las democracias europeas avanzadas. Y mientras, la Xunta de Alberto N¨²?ez Feij¨®o sigue pagando a los medios de comunicaci¨®n a cambio de que publiquen noticias favorables, como hicieron todos los Gobiernos gallegos -tambi¨¦n el bipartito- desde que Manuel Fraga patentase la f¨®rmula.
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