Caducidad pol¨ªtica
?Deber¨ªan tener los pol¨ªticos fecha de caducidad? La renuncia de Zapatero a competir por un tercer mandato, como ya hiciera Aznar, ha reactivado el debate acerca de la conveniencia de limitar a dos periodos de cuatro a?os el tiempo m¨¢ximo que un presidente tendr¨ªa que estar al frente del Gobierno. A favor de esta restricci¨®n se esgrimen argumentos tanto de ¨ªndole internacional -a los dirigentes de la mayor parte de las democracias americanas s¨®lo se les permite una reelecci¨®n consecutiva- como de raigambre propia. Sin ir m¨¢s lejos, el pasado domingo Emilio Guevara, en un interesante art¨ªculo publicado en estas mismas p¨¢ginas, alud¨ªa al denominado "hueco foral" por el que el diputado general de ?lava, transcurridos tres a?os, no pod¨ªa regresar al cargo antes de "descansar" otro trienio.
Hay quien afirma que las autolimitaciones temporales asumidas por Aznar y Zapatero podr¨ªan marcar el ejemplo a seguir por futuros gobernantes, por lo que no ser¨ªa preciso establecer restricciones legales en esta materia. Personalmente, albergo serias dudas sobre ese hipot¨¦tico desapego a las poltronas por parte de los mandatarios. De hecho, aunque Aznar ya hab¨ªa aludido a su deseo de no volver a presentarse a una nueva cita con las urnas, la tardanza y el suspense con el que se produjo su famoso dedazo dio p¨¢bulo a todo tipo de elucubraciones en torno a su intenci¨®n final. Algo parecido puede decirse de Zapatero. Nos quedar¨¢ la duda de si su decisi¨®n hubiera sido otra de no estar en la UVI la econom¨ªa espa?ola. Pero es que incluso la "ejemplar" democracia norteamericana tuvo que dotarse de su 22? enmienda para que los inquilinos de la Casa Blanca no ocupasen tan elegante mansi¨®n durante m¨¢s de ocho a?os, despu¨¦s de que Franklin D. Roosevelt ganara cuatro comicios de forma consecutiva.
Si de m¨ª dependiera, establecer¨ªa dicho tope para cualquier presidencia: Gobierno, autonom¨ªas, Diputaciones y, sobre todo, Ayuntamientos. Es precisamente a nivel municipal donde encontramos algunos de los ejemplos m¨¢s llamativos de longevidad en el arte de atornillarse al sill¨®n consistorial. Francisco V¨¢zquez ocup¨® durante 23 a?os la alcald¨ªa de A Coru?a. Su marca puede ser batida tras las elecciones de mayo por Od¨®n Elorza en Donostia y Rita Barber¨¢ en Valencia, que ya acumulan 20 a?os como regidores. Aun as¨ª quedan todav¨ªa muy lejos del alcalde del municipio alicantino de Almudaina, un aut¨¦ntico Matusal¨¦n pol¨ªtico: 39 a?os de mandato ininterrumpido. Y luego dicen que el poder desgasta.
El principal problema para limitar la vigencia de nuestros l¨ªderes es que incurrir¨ªamos en una contradicci¨®n respecto a lo que sucede con la m¨¢s alta magistratura del Estado, que es vitalicia y hereditaria. Por cierto, la pasada semana se conmemor¨® el 80? aniversario desde que mi ciudad se impuso en el sprint por ser la primera localidad en proclamar la Rep¨²blica. Zorionak!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.