A Mou le gustar¨ªa ser Cruyff

El bipartidismo en el f¨²tbol espa?ol se ha acentuado tanto que ha acabado por afectar tambi¨¦n a la Copa, torneo que ¨²ltimamente serv¨ªa para la movilizaci¨®n social de los clubes de clase media o incluso de menor presupuesto, equipos del calado de Sevilla, Valencia, Espanyol, Betis, Atl¨¦tico, Mallorca, Deportivo y Zaragoza. Aunque el Bar?a es el equipo que m¨¢s veces la ha ganado (25), solo ha disputado cuatro de las ¨²ltimas 20 finales, las mismas que el Madrid, que totaliza 17 t¨ªtulos, solo uno desde 1990, el que gan¨® en 1993 en Mestalla. Ocurre que la Copa ha dejado de ser un torneo menor desde la llegada al Camp Nou de Guardiola, campe¨®n en 2009, y de Mourinho al Bernab¨¦u. Al barcelonismo le mueve el sentido de la competitividad y al madridismo la necesidad de buscar en todos los torneos el punto de inflexi¨®n a un gobierno azulgrana que se fragu¨® precisamente el 5 de abril de 1990 en Valencia. Los papeles se han cambiado de tal manera que hoy Mourinho aspira a convertirse en Cruyff.

El cruyffismo comenz¨® propiamente el d¨ªa en que el incipiente dream team gan¨® a La Quinta del Buitre la final de Mestalla. El Madrid hab¨ªa acudido en 1990 a Valencia con la intenci¨®n de "ganar la Copa para brindar por la Liga", palabra de Hugo S¨¢nchez, mientras que el presidente, Ram¨®n Mendoza, suspiraba por condenar a Cruyff y arruinar el ¨²ltimo proyecto de Josep Llu¨ªs N¨²?ez. A rega?adientes, N¨²?ez se hab¨ªa entregado a Cruyff en 1988 con el mismo desespero que hoy Florentino P¨¦rez ha claudicado ante Mou. La inversi¨®n millonaria del constructor barcelon¨¦s exig¨ªa un gran triunfo para mantener al entrenador, y la Recopa del a?o anterior era poca cosa, de manera que la final de Copa se present¨® como un ultim¨¢tum para Cruyff, peleado con la junta, dispuesto incluso a facilitar el pase de Milla al Madrid. Un paisaje que parcialmente remite al que se vive hoy en Chamart¨ªn. Ahora es el barcelonismo el que quiere condenar a Mourinho. "Aquel partido salv¨® la cabeza de Cruyff", recuerda Julio Salinas. "All¨ª empez¨® la ¨¦poca moderna del Bar?a. La derrota habr¨ªa supuesto el inicio de un en¨¦simo proyecto".

El madridismo vive la Copa con menos dramatismo, m¨¢s que nada porque a¨²n quedar¨¢ por disputar la semifinal de la Liga de Campeones y Mourinho no est¨¢ en la cuerda floja, a pesar de que la Liga est¨¢ muy cerca del Bar?a. A un partido, sin embargo, los azulgrana pueden ser m¨¢s accesibles que en un torneo a largo plazo. Florentino no ha invertido cerca de 500 millones en dos a?os para ser subcampe¨®n. Apuesta por Mourinho y aspira a que la Copa se convierta en el inicio de un traspaso de poderes como fue el fichaje de Figo. Ahora es Mou, un t¨¦cnico tambi¨¦n con pasado azulgrana, el que desaf¨ªa al Bar?a de Guardiola, heredero del dream team. El salto de calidad que ha dado el Bar?a en los ¨²ltimos 20 a?os, desde que gan¨® aquella Copa de 1990 cuando alguno de sus directivos hab¨ªa empezado a escribir ya la necrol¨®gica deportiva del t¨¦cnico, ha sido descomunal.

Los azulgrana han ganado 10 de las 20 Ligas de su historia desde la final de Mestalla, adem¨¢s de tres Copas de Europa. Durante el mismo per¨ªodo de tiempo, de 1990 a 2011, el Barcelona ha tenido nueve entrenadores (Cruyff, Rexach -dos veces-, Robson, Van Gaal -dos veces-, Serra Ferrer, De la Cruz -un partido-, Antic, Rijkaard y Guardiola), por 20 del Madrid (Toshack -dos veces-, Di St¨¦fano, Antic, Beenhakker, Floro, Del Bosque -dos veces-, Valdano, Arsenio Iglesias, Capello -dos veces-, Heynckes, Camacho -dos veces-, Hiddink, Queiroz, Garc¨ªa Rem¨®n, Luxemburgo, L¨®pez Caro, Schuster, Juande, Pellegrini y Mourinho). Todav¨ªa resulta m¨¢s trascendente la comparaci¨®n si solo se tiene en cuenta lo ocurrido en los banquillos desde 2003 -dos t¨¦cnicos en el Camp Nou por 11 en Chamart¨ªn- y en la secretar¨ªa t¨¦cnica: Begiristain y Zubizarreta ante Valdano, Sacchi, Floro, Butrague?o y Pardeza. En la presidencia, en cambio, el Madrid ha tenido solo uno menos que el Barcelona, siempre que se contabilicen los que han ejercido el cargo en periodo preelectoral. El cambio de Laporta a Rosell, presidentes antag¨®nicos, no ha supuesto ninguna variaci¨®n en el juego, garantizado por Guardiola.

Hoy es el Bar?a el que presume de cantera y a Messi se le compara con Di St¨¦fano. Una situaci¨®n que dif¨ªcilmente se habr¨ªa producido si el dream team de Cruyff no hubiera ganado contra pron¨®stico la final contra La Quinta del Buitre. Apost¨® Cruyff por una alineaci¨®n revolucionaria ante la sorpresa de un Madrid que se?al¨® al ¨¢rbitro Garc¨ªa de Loza como culpable de la derrota. Mourinho aspira hoy a tener la suerte de Cruyff, inspirador del f¨²tbol de Guardiola.