Santos y pecadores
Retiran de las calles a los mendigos y a los ateos, acusados de contaminar el paisaje urbano, unos con sus harapos y otros con sus blasfemias. Mendigar y blasfemar eran en otros tiempos, siempre demasiado recientes, conductas delictivas, a los mendigos se les aplicaba la Ley de Vagos y Maleantes, luego bautizada como de Peligrosidad Social en pro de lo pol¨ªticamente correcto, y a los ateos se les condenaba por la ley anti blasfemia aunque blasfemar no fuera cosa de descre¨ªdos sino de creyentes contrariados, de cristianos viejos y deslenguados. Para blasfemar de verdad hay que creer en el dios al que se ofende y desafiarle. Una blasfemia atea no tiene sentido ni fuelle y se desactiva seg¨²n sale de los labios.
Los mendigos no son como los coches, muchos de ellos se resisten a abandonar las calles
A los ateos la Delegaci¨®n del Gobierno les ha puesto en su sitio, en ninguna parte, pero a los mendigos habr¨¢ que ponerlos en alg¨²n lado para que no estorben. No hace mucho que la ¨ªnclita Ana Botella explic¨® las dificultades que padec¨ªan los servicios de limpieza para ejercer su labor en el centro de Madrid porque los mendigos estorban mucho, suelen instalarse en puntos estrat¨¦gicos de la ciudad y no se les puede, al menos de momento, desplazar a manguerazos.
La idea de crear un "mendig¨®dromo" no parece muy acertada, los mendigos se hartar¨ªan pronto de mendigarse los unos a los otros y no es probable que los turistas tuvieran mucho inter¨¦s en visitar un sitio como ese. Pero a lo mejor s¨ª, porque uno de los h¨¢bitos m¨¢s extendidos de los turistas es hacer comparaciones con sus pa¨ªses de origen y sentirse superiores. Los mendigos ambulantes, que no pernoctan en las plazas duras y hu¨¦rfanas de bancos, regresan al final de la jornada a sus asentamientos chabolistas de los alrededores de la urbe, espacios insalubres donde toda incomodidad tiene su asiento. Los mendigos no solo afean el paisaje urbano, sus poblados emborronan los campos recalificables y hacen que descienda el precio del terreno.
El poblado chabolista de El Gallinero es el rinc¨®n m¨¢s miserable de uno de los asentamientos ilegales m¨¢s grandes de Europa, as¨ª lo se?alaban los reporteros Pilar ?lvarez y Juan Diego Quesada en un enjundioso reportaje publicado el s¨¢bado pasado en estas p¨¢ginas. En El Gallinero, a menos de 15 kil¨®metros de la Puerta del Sol, entre barro, basura y ratas corretean dos ni?os que atienden, cuando atienden, por los nombres de Armani y Versace, iconos de la moda, santos patronos de un pante¨®n laico, blasfemo y parad¨®jico. Entre las basuras de El Gallinero corretea un ni?o que se llama Aznar y que se sospecha que no atiende nunca cuando le llaman. Al ni?o Aznar le cargaron con el sambenito sus pap¨¢s, gitanos, rumanos y madrile?os de adopci¨®n. Aznar presid¨ªa por entonces los destinos de la naci¨®n de acogida y los progenitores debieron pensar que su nombre obrar¨ªa como un salvoconducto y le proteger¨ªa. Hoy llamarse Aznar no protege de nada ni siquiera de las iras de su c¨®nyuge empe?ada en borrar a los mendigos del paisaje. Su jefe, el alcalde Gallard¨®n ha vuelto a utilizar su m¨¦todo favorito para solucionar el problema, el soterramiento, pero los mendigos no son como los coches, muchos de ellos se resisten a abandonar las calles y las plazas para ser confinados en albergues carcelarios y comer la sopa boba. Para erradicar la mendicidad habr¨ªa que erradicar antes los motivos que conducen a ella, pero aqu¨ª solo se combaten los s¨ªntomas y los servicios sociales se confunden con la Beneficencia de toda la vida, una limosnita por Caridad.
Uno de los motivos esgrimidos por la Delegaci¨®n del Gobierno para prohibir la procesi¨®n atea era que su itinerario discurr¨ªa por una zona con m¨²ltiples parroquias y atravesaba calles y plazas con denominaci¨®n religiosa. A los convocantes les resultaba imposible trazar un itinerario alternativo en una ciudad en la que te topas a cada paso con la Iglesia. Los organizadores del frustrado desfile piensan trasladar la convocatoria al pr¨®ximo 13 de mayo, en pleno mes de Mar¨ªa y de elecciones.
Si no me equivoco, el 13 de mayo celebra la Iglesia la festividad de la Virgen de F¨¢tima de acendrada devoci¨®n popular en estas tierras. Mayo es un mes mariano y los socialistas repiten la jaculatoria del chiste: "Virgencita, Virgencita que me quede como estaba". Los comicios se celebrar¨¢n el 22 de mayo, festividad de Santa Rita de Casia providencial patrona de los casos imposibles y este art¨ªculo se escribi¨® el martes 19 de abril, festividad de San Rufo.
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