"Ah, pero ?hay un partido importante esta noche?"

A eso de las siete de la tarde, casi toda la ciudad estaba ya con la mente puesta en una sola cosa: la final de Copa. Sentada en un vag¨®n de la l¨ªnea 6 de metro, una mujer de unos 40 a?os avisaba a su amiga: "si gana el Real Madrid, yo me voy a Cibeles, vamos vamos... ?Hay que verlo!".

Pero no todos los ciudadanos decidieron que el mundo deb¨ªa paralizarse por el acontecimiento. En representaci¨®n del sector de madrile?os ajeno al evento de anoche, ante la taquilla de los cines Renoir de Cuatro Caminos, Irene y su amiga Teresa compraban entradas para una pel¨ªcula francesa. Lo de la gran final no estaba ni contemplado: "?Hay f¨²tbol hoy?, ?Un partido importante?", preguntaba Irene y su sorpresa parec¨ªa real. Admit¨ªan haber o¨ªdo algo sobre f¨²tbol, pero nada de la final de ayer.

En El Asador de la Esquina del Bernab¨¦u el maitre Alberto Andreu terminaba los preparativos para la cena. Confesaba su pasi¨®n madridista por mucho que su apellido suene "al otro bando". Las paredes del restaurante estan plagadas de televisores. Pero Andreu aceptaba que ver¨ªa todo el partido, "hay que cuidar a los clientes", por lo que su plan era ir de mesa en mesa intentando perderse lo menos posible. En una taberna irlandesa a cinco minutos del comienzo del choque no queda una mesa libre y tampoco muchos huecos donde estar a pie y ver el espect¨¢culo. En la planta de arriba hay un vencedor claro: los madridistas. Camisetas blancas, 57; camisetas azulgranas, 0. Miguel, de 20 a?os, entr¨® en el local con un grupo de siete amigos, todos madridistas. "Soy gato total", comentaba orgulloso. Pero en la porra que hicieron entre los amigos admit¨ªa que ha sido pesimista. "He apostado por 2-0 barca, porque lo vi muy dif¨ªcil. Ahora estoy esperando con todo mi alma no ganarla" dec¨ªa con sus ojos pegados a la pantalla.

La Castellana not¨® el efecto del partido: desierta. Los pocos veh¨ªculos eran casi todos autobuses y alg¨²n taxi.