Juan March, la historia de un banquero sin ley
Se dijo que Juan March hab¨ªa cruzado la frontera hacia Portugal; que estaba hospedado en el hotel Estoril, en Lisboa. Pero pronto se desminti¨®. Estaba en Gibraltar, en el hotel Rock. Hab¨ªa llegado en un coche propiedad de Raimundo Burguera, un autom¨®vil con matr¨ªcula de Baleares. Burguera era administrador de una de las fincas de Juan March, El Tesorillo, entre La L¨ªnea y Algeciras, y era bien conocido en la aduana porque sol¨ªa hacer ese recorrido. (...)
En Gibraltar [en el a?o 1933] se encontraba en territorio conocido; recib¨ªa numerosas visitas, incluidas la del capit¨¢n y el teniente de Carabineros, as¨ª como del jefe de polic¨ªa, que le eran en todo favorables y leales. La prensa brit¨¢nica hab¨ªa puesto en duda que pudiera prosperar la petici¨®n de extradici¨®n que el Gobierno republicano hab¨ªa cursado a Londres. A pesar de ello, decidi¨® embarcarse hacia Francia. El 10 de noviembre parti¨® rumb¨® a Marsella a bordo del trasatl¨¢ntico ingl¨¦s Scrachard. Burguera se qued¨® en Gibraltar; a March le acompa?aban Eugenio Vargas y Ruiz Alb¨¦niz, que no se separaba de ¨¦l. (...)
March quer¨ªa volver a Espa?a como diputado, y, por tanto, tras el fin de la "tiran¨ªa socialista"
Se aloj¨® en el Grand Hotel [de Par¨ªs]. En el mismo hall se despach¨®. Estaba seguro de que se har¨ªa justicia contra los ministros Indalecio Prieto, Jaume Carner y Marcelino Domingo, a quienes acus¨® de prevaricaci¨®n. No se trataba ya de los dos millones que le pidieron para hacer la revoluci¨®n, ni tampoco de los "auxilios morales y materiales" que alguno de ellos hab¨ªa recabado de ¨¦l, sino de malversaciones p¨²blicas realizadas en provecho personal. A las dos semanas de ingresar en prisi¨®n, amigos de Carner ?dijo March? encargaron un estudio de sus negocios en Marruecos, al mismo tiempo que los ministros negociaban oficialmente la rescisi¨®n de su contrato con la Sociedad Internacional. Al presidente de esta le habr¨ªan dicho que no se preocupara por la conformidad de March porque iba a pasar el resto de su vida en la c¨¢rcel. Afirm¨® incluso que los grupos de Aza?a y Domingo hab¨ªan subordinado el apoyo al futuro Gobierno a su mantenimiento en prisi¨®n, porque ten¨ªan miedo de lo que pudiera descubrir en relaci¨®n con la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. (...)
La S?ret¨¦ francesa hab¨ªa recibido informaci¨®n de que la fortuna de "cientos de millones" de Juan March, amasada a partir del contrabando de armas y de tabaco, se hab¨ªa visto "engrosada por sus servicios a los alemanes durante la guerra" y que sus sentimientos eran abiertamente franc¨®fonos. Pero el prefecto de polic¨ªa, a petici¨®n del exministro Louis Malvy, amigo ¨ªntimo del financiero mallorqu¨ªn como sabemos, le asign¨® un inspector. March apenas se movi¨® del hotel. Las primeras noticias fueron que ten¨ªa intenci¨®n de pasar el invierno en la Costa Azul, recuper¨¢ndose; tambi¨¦n se habl¨® de su posible estancia en una residencia suiza. Se especul¨® con que el tal Vargas hab¨ªa sido enviado a Grecia para preparar un posible traslado de March a aquel pa¨ªs, en el que la extradici¨®n era imposible. Porque, efectivamente, unos d¨ªas m¨¢s tarde, el 18 de noviembre, lleg¨® tambi¨¦n al Gobierno franc¨¦s la petici¨®n de extradici¨®n. March, sin embargo, se sent¨ªa seguro en Francia. El ministro de Exteriores pidi¨® a la S?ret¨¦ que no procediera al arresto, aunque s¨ª a una estrecha vigilancia que garantizara el cumplimiento de la orden en caso necesario.
Juan March apostaba por presentarse a las elecciones y volver a Espa?a como diputado, y, por tanto, inmune, en cuanto terminara la "tiran¨ªa socialista". Los elementos de la derecha gaditana que le hab¨ªan visitado en Gibraltar le hab¨ªan ofrecido presentarse a las elecciones por C¨¢diz, pero March decidi¨® hacerlo por Baleares. Al d¨ªa siguiente de su fuga, el Partido Republicano de Centro anunci¨® en Palma de Mallorca que la candidatura anunciada de Juan March Servera pasar¨ªa a ocuparla su padre. Se decidi¨® despu¨¦s de saberse que el Tribunal de Garant¨ªas Constitucionales no examinar¨ªa su acta hasta despu¨¦s de la constituci¨®n de la nueva C¨¢mara y tras haberse nombrado la nueva comisi¨®n de responsabilidades. El hijo primog¨¦nito de Juan March se hab¨ªa quedado en Mallorca organiz¨¢ndolo todo.
As¨ª, mientras March segu¨ªa en Par¨ªs, sin apenas salir del hotel m¨¢s que para visitar a un especialista en reumatolog¨ªa, el 19 de noviembre se celebr¨® la primera vuelta de las elecciones a Cortes. Se produjo un realineamiento espectacular del sistema de partidos. Los cat¨®licos de la CEDA irrumpieron con enorme fuerza, obteniendo 115 esca?os, seguidos por el Partido Radical, con 102. En Baleares triunf¨® la coalici¨®n de las derechas. El Partido Republicano de Centro, el antiguo Partido Liberal en el que militaba Juan March, se hab¨ªa presentado esta vez junto con los regionalistas y las derechas. (...) Juan March obtuvo su acta de diputado con 102.340 votos.
El 8 de diciembre se celebr¨® la solemne apertura de las primeras Cortes ordinarias de la Rep¨²blica. No hubo esta vez multitudes en la calle, ni paradas militares, ni vivas a la Rep¨²blica. De hecho, entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones, cuando se supo de la victoria de cat¨®licos y radicales, destacados elementos de la izquierda republicana y socialista pretendieron que se diera marcha atr¨¢s y que se formara un Gobierno capaz de garantizar lo que ellos consideraban imprescindible continuidad de la Rep¨²blica. No hubo tal, pero las izquierdas mantuvieron en todo momento su suspicacia respecto a aquellas Cortes. En el hemiciclo, la CEDA era ahora el grupo parlamentario m¨¢s numeroso, seguida de cerca por el Partido Radical. Desaparecida la coalici¨®n de izquierdas, el Partido Socialista vio reducidos a la mitad sus diputados, mientras los partidos de izquierda republicana sufr¨ªan un serio descalabro. Muchas de las grandes figuras de las Constituyentes perdieron su esca?o y la mayor¨ªa de los diputados volv¨ªan a ser nuevos. (...)
Eran, sin embargo, buenas noticias para Juan March, como lo fue el d¨ªa 16 la formaci¨®n de un Gobierno presidido por Alejandro Lerroux. En la comisi¨®n de actas, los socialistas quisieron impugnar la del mallorqu¨ªn por supuestas incompatibilidades con la Hacienda p¨²blica. Su propuesta result¨® derrotada. Les apoyaron los diputados de Esquerra, los republicanos gallegos y dos ministros; se abstuvieron algunos radicales, los regionalistas catalanes y el resto del Gobierno. Votaron en contra la mayor¨ªa de los radicales, los agrarios y los mon¨¢rquicos. Lleg¨® al pleno el 16 de enero. Indalecio Prieto pidi¨® votaci¨®n nominal, pero Juan March fue declarado diputado por 186 votos contra 54. La aceptaci¨®n del acta de Juan March equival¨ªa, en opini¨®n de El Socialista, a la rehabilitaci¨®n del "pirata de los negocios turbios", hecha por un Parlamento que no ten¨ªa la dignidad del que lo expuls¨®. Pero en aquellos momentos ten¨ªa mucho mayor inter¨¦s pol¨ªtico el debate sobre la compatibilidad del acta de Jos¨¦ Calvo Sotelo, apoyado por los tradicionalistas y el Bloque Nacional mon¨¢rquico, ansiosos por verle ocupar su esca?o como nuevo l¨ªder de la derecha m¨¢s radical.
Juan March, de Mercedes Cabrera. Editorial Marcial Pons. Se publica el 25 de abril. Precio: 24 euros.
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