Un enjambre 'spanglish'
Para¨ªso del calor y la contaminaci¨®n, concentra el mayor n¨²mero de millonarios y de 'sin techo' de EE UU
Hemos encontrado un lugar adorable entre ¨¢rboles junto al r¨ªo, los requisitos para un gran asentamiento". As¨ª describi¨® el franciscano Juan Crespi, uno de sus primeros colonos, lo que ser¨ªa casi 250 a?os m¨¢s tarde el gran Los ?ngeles. Esa combinaci¨®n de sol, palmeras y estrellas que se extiende a los pies de las letras de Hollywood. Un sol que ha hecho de esta ciudad con m¨¢s de 10 millones de habitantes una isla de calor con temperaturas cada vez m¨¢s elevadas y una poluci¨®n que coloca la calidad del aire entre las peores del pa¨ªs; unas palmeras que ni siquiera son californianas y sustituyeron a su flora local hasta convertirse en el horizonte m¨¢s conocido de esta ciudad y un para¨ªso urbano que aloja al mayor n¨²mero de millonarios de EE UU y tambi¨¦n el mayor volumen de sin techo del pa¨ªs.
Los ?ngeles no es una ciudad, son 88 agrupadas en lo que se llama el Gran Los ?ngeles, con m¨¢s de 10.000 kil¨®metros cuadrados, el condado m¨¢s extenso de todo EE UU capaz de albergar a la cuarta parte de la poblaci¨®n californiana. Tambi¨¦n es la m¨¢s abierta al Pac¨ªfico, con unas costas m¨ªticas donde conviven los tiburones de Steven Spielberg con las curvas neum¨¢ticas de los vigilantes de la playa ba?adas por unas aguas fr¨ªas donde circulan las ballenas de Moby Dick y esas otras m¨¢s mutantes y humanas fruto de la explosi¨®n de obesidad en una poblaci¨®n donde todos quieren ser descubiertos. Una urbe de contrastes donde todo es superlativo. Su r¨ªo es ahora un lecho de cemento por el que circul¨® Terminator, mientras que los verdaderos caudales de la ciudad son de asfalto con un trazado de 900 millas de autopista. Una jungla de cemento donde la naturaleza se resiste a morir y la convivencia con coyotes, zorrillos, zarig¨¹eyas, ciervos, mapaches, viudas negras o serpientes de cascabel es cotidiana y convierte a los ping¨¹inos, flamencos y c¨®ndores en el pan nuestro de cada d¨ªa en cuanto se descuidan los del zoo. Una cotidianidad latente como la existencia de ese otro Los ?ngeles menos buc¨®lico y m¨¢s violento, con un millar de pandillas que han reclutado a m¨¢s de 85.000 miembros por toda la ciudad y un departamento de polic¨ªa plagado de esc¨¢ndalos y abusos donde el cine se vuelve a dar la mano con la realidad.
The melting pot lo llaman los que todav¨ªa hablan ingl¨¦s, porque en el 54% de los hogares angelinos se habla otro idioma que el ingl¨¦s. "Olla gitana" podr¨ªa ser su traducci¨®n, ese perolo de ciudad el que cabe todo y se cuece una buena. De nuevo, lo natural y lo urbano se dan la mano en Los ?ngeles, porque cuando no la sacude un terremoto lo hace un disturbio social como el que dej¨® medio centenar de muertos hace casi dos d¨¦cadas tras la paliza que cuatro polic¨ªas blancos propinaron a un conductor negro. Fue un incidente grabado antes del YouTube en una ciudad a la vanguardia, marcando tendencias, y donde siempre hay una c¨¢mara apuntando. De ah¨ª que son m¨¢s los que llegan en busca de una oportunidad que los que se marchan, con 3,4 millones de angelinos nacidos fuera del pa¨ªs. Y hayan nacido donde hayan nacido, el 44% de la poblaci¨®n se autodenomina hispana, un n¨²mero que encaja a la perfecci¨®n con ese nombre tan espa?ol con el que los franciscanos bautizaron la ciudad. Hablamos de los legalmente censados. De los ilegales, en 2009, la Oficina de Inmigraci¨®n calcul¨® que hab¨ªa unos 2,6 millones en la ciudad, una cuarta parte de los que alberga todo el pa¨ªs. Por algo Los ?ngeles es, como dicen los mexicanos, la segunda ciudad m¨¢s grande de M¨¦xico despu¨¦s del "DeFectuoso" Distrito Federal. Da igual que a ambos pa¨ªses los separe una frontera.
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