Bienvenidos a la nuclear de Hamaoka, en la zona m¨¢s s¨ªsmica del mundo
La central japonesa est¨¢ situada en la confluencia de tres placas tect¨®nicas
Si hay un pa¨ªs con probabilidad de sufrir un gran terremoto ese es Jap¨®n. Y dentro de Jap¨®n la regi¨®n de Tokai, al sur de Tokio. Pues justo all¨ª, sobre la confluencia de tres placas tect¨®nicas y donde el Gobierno japon¨¦s sit¨²a el mayor riesgo de gran se¨ªsmo en los pr¨®ximos 30 a?os, se encuentra una nuclear con cinco reactores. Se llama Hamaoka y hasta el accidente de Fukushima estaba orgullosa de retar a la sismolog¨ªa. El incipiente movimiento antinuclear japon¨¦s exige su cierre.
El centro de visitantes de Hamaoka es como un parque tem¨¢tico nuclear para ni?os. Un dibujo animado amarillo llamado Yuyu explica a los peque?os que el combustible MOX (que utiliza uranio y plutonio) es un "combustible de ensue?o", al que califica como limpio y reciclable. Hay toboganes y colorines para explicar la fisi¨®n del ¨¢tomo como un juego.
El incipiente movimiento antiat¨®mico japon¨¦s exige su cierre
El centro tiene una torre de 17 plantas que ofrece una vista espectacular de la central: sus cinco reactores blancos sobre una enorme duna frente al Pac¨ªfico. El primero se conect¨® a la red en 1976 y los dos primeros ya est¨¢n en desmantelamiento.
Los responsables de la nuclear, propiedad de Chubu Electric, no esconden que est¨¢n en una de las peores zonas s¨ªsmicas del planeta. Los paneles detallan que all¨ª ha habido al menos cuatro grandes terremotos: de magnitud 8,4 en 1498; de 7,9 en 1605; de 8,4 en 1707, y de 8,4 en 1854. La cadencia es de un terremoto cada 100 o 150 a?os. Como el ¨²ltimo fue hace 157, el mapa oficial del Gobierno japon¨¦s sit¨²a all¨ª la mayor probabilidad de que se registre un gran se¨ªsmo en 30 a?os. La Agencia Meteorol¨®gica de Jap¨®n afirma que "en la bah¨ªa de Suruga habr¨¢ un terremoto de magnitud 8, el terremoto de Tokai". Los japoneses conocen ese eventual se¨ªsmo como "el gran Tokai".
El sistema es discutible y un art¨ªculo en Nature de un profesor de la Universidad de Tokio pidi¨® que se eliminara la predicci¨®n porque los ¨²ltimos grandes terremotos, incluido el del 11 de marzo, han tenido el epicentro fuera de las zonas previstas. Aun as¨ª, los japoneses, que desde hace m¨¢s de un mes viven pendientes de Fukushima, se empiezan a preguntar: ?qu¨¦ demonios hace ah¨ª una nuclear?
Yukie Tokura, vecina de Kakegawa, a 20 kil¨®metros de la planta, ironiza: "Bienvenidos a la nuclear situada en el lugar m¨¢s peligroso del mundo". Como otros japoneses, esta mujer acaba de adquirir la convicci¨®n antinuclear. Esta energ¨ªa produjo el 29% de la electricidad en 2010. Hasta Fuku-shima nunca le preocup¨® vivir cerca de los reactores. Tokura, de 44 a?os y que residi¨® en Londres, no entiende la pasividad de sus vecinos, que apoyan mayoritariamente la planta: "Me manifest¨¦ en Inglaterra contra la guerra de Irak, pero aqu¨ª nadie protesta, hay que ir muy poco a poco". Entre los cr¨ªticos est¨¢ Ohisi Kazuo, concejal de un pueblo cercano. "El epicentro del 11 de marzo estaba lejos de Fukushima. ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa aqu¨ª si el epicentro est¨¢ justo debajo?", se pregunta inquieto.
Los japoneses son poco dados a manifestaciones, aunque con Fukushima algo puede estar cambiando. Tokio ha acogido ya dos marchas antinucleares con miles de personas, principalmente j¨®venes. Su primer objetivo era Fuku-shima; el segundo, Hamaoka.
Fukushima ha ayudado como nadie al movimiento antinuclear. Entre los ecologistas corre con sorna una frase: "Fukushima nos ha dejado sin trabajo". Seg¨²n una encuesta del diario Asahi, en 2007 solo el 28% de los japoneses estaba en contra de la energ¨ªa nuclear. La semana pasada el porcentaje ascend¨ªa al 41%, seg¨²n un sondeo del mismo diario.
Los manifestantes han recogido una pol¨¦mica latente. El sis-m¨®logo de la Universidad de Kobe Katsuhiko Ishibashi ya alert¨® de un desastre tipo domin¨®, suma de terremoto y accidente nuclear, en Hamaoka. Ishibashi fue miembro del grupo oficial que en 2006 revis¨® la seguridad nuclear ante riesgo s¨ªsmico, pero dimiti¨® con un portazo. En 2007 escribi¨® en The International Herald Tribune un duro art¨ªculo: "El Gobierno, junto a las el¨¦ctricas y la comunidad acad¨¦mica, ha desarrollado el h¨¢bito de infraestimar el riesgo de grandes terremotos". A?ad¨ªa que "el riesgo de que ocurriera una pesadilla es especialmente alto en Hamaoka".
Ishibashi es esquivo con la prensa pero acaba de declarar a dos revistas: "La nube radiactiva podr¨ªa llegar al ¨¢rea metropolitana de Tokio [a unos 200 kil¨®metros] y habr¨ªa que evacuar a m¨¢s de 10 millones de personas". El diario Mainichi us¨® esta semana esa cita en una columna titulada expl¨ªcitamente "Hamaoka debe ser apagada".
No fue el ¨²nico. Kiyoo Mogi, expresidente del comit¨¦ encargado de prevenir los terremotos, pidi¨® en 2007 la clausura inmediata de Hamaoka. Lo hizo tras el terremoto de 2007, que super¨® las bases de dise?o de la nuclear de Kashiwazaki-Kariwa.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Jap¨®n (NISA) niega la mayor. Un responsable asegura que si algo han demostrado Kashiwazaki-Kariwa y Fukushima es que las centrales resisten terremotos incluso superiores a los esperados. En el primer caso hubo un vertido al mar y un incendio, pero menor. En el segundo, alega, el problema no fue el terremoto, sino el tsunami, de 15 metros de alto y que arrambl¨® con los generadores di¨¦sel de emergencia, que estaban semienterrados.
Hamaoka est¨¢ dise?ada para soportar un terremoto de 8,5, pero no tiene protecci¨®n contra tsunamis (est¨¢ elevada sobre una duna). La el¨¦ctrica ha anunciado la construcci¨®n de una barrera antimaremoto. La nuclear vive ahora a la sombra de Fukushima, como demuestra su tercer reactor. Este estaba en revisi¨®n el 11 de marzo y deb¨ªa conectarse a la red a final de mes, pero a¨²n sigue parado. Chubu ha retrasado la construcci¨®n del sexto reactor all¨ª y ha pospuesto el uso de combustible MOX. Tras Fukushima, Jap¨®n revisar¨¢ su pol¨ªtica energ¨¦tica. Hablar¨¢n de Hamaoka.
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