Peligro de 'exitoman¨ªa'
Am¨¦rica Latina tiene el viento en popa. Las econom¨ªas crecen y la inflaci¨®n dej¨® de ser un dolor de cabeza. Las d¨¦cadas de la fracasoman¨ªa parecen haberse quedado definitivamente atr¨¢s. Sin embargo, planea el riesgo de padecer un s¨ªndrome inverso, de sucumbir a cierta exitoman¨ªa que invitar¨ªa a dejarse llevar por la ola que se levant¨® la d¨¦cada pasada. De ello son conscientes muchos dirigentes que ven c¨®mo se aprecian sus tipos de cambio, presionados por la avalancha de capital de corto plazo que fluye hacia la regi¨®n. Las bonanzas de materias primas pueden conllevar encerrar los pa¨ªses en callejones sin salida, de bajo valor a?adido y poco empleo cualificado.
El riesgo de quedarse atrapado en este c¨ªrculo no es menor para la regi¨®n. Se calcula que, solo para el sector de materias primas, entre 2010 y 2015 llegar¨¢n a la regi¨®n inversiones por m¨¢s de 150.000 millones de d¨®lares. Las exportaciones de materias primas ya dominan ampliamente en Ecuador (78%), Per¨² (75%), Chile (60%) o Argentina (55%), sin hablar de Venezuela, donde lo representan todo. Desde este punto de vista, M¨¦xico sigue siendo una excepci¨®n con exportaciones de materias primas abarcando apenas 21% del total. En algunos (pocos) casos ha conseguido subir la cadena de valor, a?adiendo valor agregado a los productos b¨¢sicos. La alta gastronom¨ªa peruana o las tecnolog¨ªas empleadas por la parapetrolera argentina Tenaris son claros ejemplos de ello.
Si la regi¨®n aprovecha la ventana de oportunidad, esta d¨¦cada ser¨¢, sin duda, latinoamericana
Un instrumento clave para innovar -as¨ª lo fue para Israel, un pa¨ªs que hoy d¨ªa ostenta el mayor n¨²mero de empresas cotizadas en el NASDAQ despu¨¦s de EE UU- es el capital semilla (venture capital) y el private equity. En esa l¨ªnea, Chile lanz¨® un ambicioso programa (Start Up Chile) para estimular el despliegue de empresas innovadoras. Otros, como Brasil, buscan estimular proveedores locales tirando de sus campeones nacionales, como Petrobras o Vale, para impulsarlos, emulando aqu¨ª la estrategia de Noruega en el pasado. Este caso es, de hecho, llamativo. El pa¨ªs escandinavo ha conseguido producir una diversificaci¨®n muy amplia a partir del mismo sector petrolero. Dispone hoy de m¨¢s de 200 empresas punteras en sectores tecnol¨®gicos vinculados a la s¨ªsmica, la log¨ªstica o los servicios energ¨¦ticos.
En el ¨¢mbito econ¨®mico, lo que importa es al final la capacidad de los Estados y de las empresas para dar saltos productivos, es decir, emprender una diversificaci¨®n m¨¢s all¨¢ de las materias primas. Este tipo de salto lo dio tambi¨¦n Finlandia, un pa¨ªs rico en madera, que ha conseguido hacer emerger un gigante tecnol¨®gico como Nokia. No hay raz¨®n por la cual pa¨ªses de Am¨¦rica Latina no puedan dar estos saltos.
Brasil lo muestra: su industria agraria se est¨¢ transformando en una de las m¨¢s productivas e innovadoras del mundo; de la mano de Petrobras, emulando a la noruega Statoil, est¨¢ provocando que suministradores tecnol¨®gicos se vuelvan m¨¢s competitivos; a partir de la ca?a de az¨²car, Cosan y otros, est¨¢n desarrollando bioetanol, otra manera de darle valor a?adido a un producto base como la ca?a de az¨²car.
La comparaci¨®n de Venezuela y Noruega tambi¨¦n es ilustrativa: hace m¨¢s de medio siglo, ambos pa¨ªses ostentaban niveles de desarrollo comparables; hoy d¨ªa, Noruega y Venezuela, ambos pa¨ªses petroleros, presentan sendas de desarrollo dr¨¢sticamente opuestas. Uno no ha dejado de enriquecerse y otro de empobrecerse. Mientras Noruega consigue exportar siete veces m¨¢s petr¨®leo por habitante que Venezuela, el crudo apenas representa el 35% del total de sus exportaciones y supera el 90% en el caso de Venezuela. Noruega ha conseguido dar saltos productivos, diversificar sus capacidades y empresas, construir gigantes mundiales de la industria de tankers, explosivos, o s¨ªsmica. Sus riquezas le han permitido emprender una carrera hacia la innovaci¨®n y diversificaci¨®n. Aqu¨ª el oro negro no ha sido una maldici¨®n, al contrario.
El reto en todo caso no es menor para la regi¨®n. Es llamativo, por ejemplo, que, a pesar de ser el primer productor y exportador de cobre del mundo, Chile, uno de los pa¨ªses punteros de la regi¨®n, no tiene ninguna multinacional de escala global como proveedor de veh¨ªculos, excavadoras o explosivos para este sector. Todas son extranjeras: Caterpillar y Joy Global cotizan en Nueva York; Komatsu, en Tokio; Atlas Copco y Sandvik, en Estocolmo; Boart Longyear, Leighton y Orica son australianas; Weir, escocesa; Hatch, canadiense. Todas ellas generan empleo a gran escala y de fuerte valor a?adido. La chilena Coldelco, primera productora de cobre del mundo, emplea menos de 20.000 personas, es decir, mucho menos que las multinacionales suecas, proveedoras del sector minero, Sandvik (44.000 empleados) y Atlas Copco (30.000). Sus ingresos son siete veces inferiores a los de Caterpillar, que emplea cinco veces m¨¢s personas que la minera chilena.
Se abre una d¨¦cada ¨²nica para Am¨¦rica Latina. Con toda probabilidad, las riquezas que poseen los pa¨ªses de la regi¨®n seguir¨¢n siendo altamente demandadas, en particular por China e India. Estos pa¨ªses seguir¨¢n creciendo a ritmos elevados, pero tarde o temprano este fil¨®n de crecimiento ex¨®geno se agotar¨¢. Dicho de otra manera: tiene una ventana de oportunidad temporal ¨²nica para dotarse de un tejido industrial m¨¢s potente, aumentar la productividad y subir la cadena de valor. De lograrlo, esta d¨¦cada ser¨¢ sin duda una d¨¦cada latinoamericana.
Javier Santiso es profesor de econom¨ªa de ESADE Business School.
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