Abel Ferrara, ante el apocalipsis
El director regresa a la ficci¨®n con un filme intimista sobre el fin del mundo
Nueva York tiene muchos rostros y el que ha escogido el director Abel Ferrara (Nueva York, 1951) para filmar su pr¨®xima pel¨ªcula, 4:44-Last day on Earth (4:44-?ltimo d¨ªa en la Tierra) es particularmente sucio y descarnado. Ese es el sabor de las vistas a medianoche desde la terraza de un angosto loft del barrio del Lower East Side donde se desarrolla casi la totalidad del filme. Como en gran parte de su filmograf¨ªa, muestra la cara oscura de la ciudad de los rascacielos, escenario de las tortuosas pel¨ªculas de las que este autor es sin¨®nimo: Teniente corrupto, El funeral o El rey de Nueva York. "Esta ciudad siempre tendr¨¢ un sitio en mi cine. No puede ser de otra manera. Nac¨ª aqu¨ª, crec¨ª aqu¨ª, no s¨¦ c¨®mo ocultarlo". Lo explica deprisa, con la ansiedad caracter¨ªstica de un director en pleno rodaje. Ha concedido a EL PA?S unos minutos durante la pausa de la cena para contar su regreso a la ficci¨®n. "Vayamos a hablar a un bar", dice primero. Es el instinto natural de este enfant terrible entregado durante d¨¦cadas a m¨¢s de un exceso pero que supo dejar a un lado la vida al l¨ªmite. "Bueno, mejor no, que no hay tiempo", se corrige, frenando en seco y apoy¨¢ndose junto a un portal.
"No ser¨ªa la primera vez que una sociedad desaparece de la faz de la Tierra", avisa
Tras seis a?os inmerso en la realidad de documentales como Chelsea on the Rocks o Mulberry street, este cineasta controvertido se ha embarcado en una pel¨ªcula cuyo tema central, para sorpresa de quienes veneraban su universo de polic¨ªas corruptos, strippers y narcotraficantes, es el fin del mundo. "Supongo que no es una casualidad. El tema est¨¢ en el aire, en el zeitgeist. Lars Von Trier tambi¨¦n est¨¢ trabajando en algo parecido [Melancholia, que se estrenar¨¢ en el Festival de Cannes]. Mira lo que ha ocurrido en Jap¨®n, a¨²n no sabemos lo que va a pasar con esos reactores nucleares, y no se trata solo de tsunamis o terremotos. Nosotros tenemos responsabilidades. No ser¨ªa la primera vez que una sociedad evolucionada desaparece de la faz de la Tierra".
El mundo se ha enfrentado a su propio final muchas veces en el cine de acci¨®n. Lo habitual es que esa idea sirva de excusa para mostrar un despliegue interminable de efectos especiales, obligar a los protagonistas a correr despavoridos y al h¨¦roe del filme a salvar al planeta in extremis. Pero la observaci¨®n intimista del fin del mundo no es tan habitual en el celuloide. De ah¨ª que 4:44-?ltimo d¨ªa en la Tierra sea en cierto modo una rareza, ya que la acci¨®n transcurre precisamente en la intimidad de un loft compartido por una pareja, un actor, al que da vida Willem Dafoe, y una pintora, interpretada por Shanyn Leigh. "Ambos esperan el fin. Ella est¨¢ en paz consigo misma, es budista, cree en la reencarnaci¨®n. ?l en cambio est¨¢ inquieto, no acaba de aceptarlo", explica el director, que ha salpicado la pel¨ªcula de realidad. "La presencia de Internet y de la televisi¨®n es un recurso constante desde el que el mundo se asoma a ese ¨²ltimo d¨ªa", comenta. Telediarios sobre c¨®mo el hombre destruy¨® la capa de ozono (el filme sugiere vagamente que esa es la causa del fin), mensajes reales de personajes como el Dal¨¢i Lama e incluso una conversaci¨®n por Skype en la que Willem Dafoe se despide de su padre (filmada con el padre real del actor) son los aderezos de una historia que para este int¨¦rprete es, sobre todo, una excusa para indagar en lo m¨¢s ¨ªntimo. "El fin del mundo es una convenci¨®n temporal para hablar de lo que a Abel realmente le interesaba: de las relaciones personales. ?T¨² no piensas en la muerte, en las personas a las que quieres, en tus responsabilidades hacia ellos? Es lo mismo que les ocurre a los personajes de esta pel¨ªcula solo que aqu¨ª todo es m¨¢s apremiante". El actor de rasgos felinos y mirada turbadora ha trabajado varias veces con Ferrara, un director "que ha sabido desarrollar una est¨¦tica y un gusto muy concreto que me interesa".
Seg¨²n el director de fotograf¨ªa, Ken Kelsch, "no es f¨¢cil trabajar con Ferrara. Pero vuelvo a ¨¦l porque tiene una visi¨®n y eso es hoy de lo que carece el cine". Para este director independiente con m¨¢s de tres d¨¦cadas de experiencia, "el cine ha cambiado porque todo el mundo tiene acceso a una c¨¢mara y puede hacer pel¨ªculas. Pero c¨®mo hacer buenas pel¨ªculas no ha cambiado. Las buenas pel¨ªculas salen del coraz¨®n, no de las c¨¢maras".
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