?Qu¨¦ sabes de Osama Bin Laden?
Los documentos secretos reflejan la obsesi¨®n del Ej¨¦rcito estadounidense por Al Qaeda - La "explotaci¨®n" de la "inteligencia" del preso es el objetivo principal
Los documentos secretos del Departamento de Defensa sobre los presos de Guant¨¢namo demuestran que el objetivo principal del penal es "explotar" hasta la saciedad la informaci¨®n de cada preso sobre sus presuntas actividades en la yihad global y sobre las pistas que pueden conducir hasta Bin Laden, Ayman al Zawahiri y el mul¨¢ Mohamed Omar cuando se va a cumplir una d¨¦cada desde su desaparici¨®n. Interrogadores militares, agentes de la CIA y un equipo de psiquiatras se ocupan de intentar sacar de cada preso todo su "potencial informativo" empleando t¨¦cnicas inconfesables que nunca aparecen reflejadas en sus informes. La salud del preso no es un impedimento para mantenerlo encerrado si se cree que oculta informaci¨®n valiosa.
Los reclusos se valoran en funci¨®n de su conocimiento sobre la 'yihad'
Cuando ya no sirven, se propone su entrega a sus pa¨ªses de origen
El yemen¨ª Ayman Saeed Abdul Batarfi, de 41 a?os, m¨¦dico de Bin Laden en las cuevas de Tora Bora (Afganist¨¢n), el ¨²ltimo lugar donde se vio con vida al jefe de Al Qaeda, ha permanecido preso en Guant¨¢namo siete a?os pese a sufrir paranoia y esquizofrenia y estar en una lista de enfermos "de alto riesgo". Todo por sus conocimientos sobre la salud del terrorista saud¨ª. "El detenido declara que Osama Bin Laden tiene problemas de ri?¨®n debido a su exposici¨®n a las armas qu¨ªmicas usadas por los rusos [en Afganist¨¢n]. Bin Laden tiene problemas renales a causa de las bombas t¨®xicas... Tambi¨¦n sufre baja presi¨®n sangu¨ªnea y tiene que tomar sal en todas sus comidas. Camina aproximadamente 30 kil¨®metros al d¨ªa en las monta?as, esto afecta probablemente a sus ri?ones", revela su informe, fechado en 2008.
Los conocimientos de cada recluso son lo ¨²nico que los interrogadores militares y civiles reconocen no controlar en este limbo jur¨ªdico donde no existen derechos y es en ese campo donde, seg¨²n demuestran estos informes secretos, ponen todo su empe?o: informaci¨®n, informaci¨®n y m¨¢s informaci¨®n. "Explotaci¨®n" hasta que el preso o sus compa?eros aporten datos del gigantesco y complicado puzle que retrata la difusa imagen de Al Qaeda y de sus grupos asociados en todo el mundo.
La obsesi¨®n por controlar los conocimientos que esperan de cada detenido es tan notoria que incluso los militares norteamericanos proponen la entrega a sus pa¨ªses de origen de algunos presos de escaso valor "solo si se garantiza que podr¨¢n compartir la informaci¨®n que se obtenga en su destino". Los jefes militares de Guant¨¢namo no dan un paso sin recibir algo a cambio y los informes demuestran c¨®mo en su intercambio de informaci¨®n polic¨ªas y servicios secretos de numerosos pa¨ªses, incluido Espa?a, visitaron el penal e interrogaron a sus nacionales esposados y atados con argollas al suelo, as¨ª como a otros presos relacionados con sus investigaciones. "Venimos de parte del Gobierno espa?ol", le dijeron a Hamed Abderram¨¢n, el talib¨¢n ceut¨ª, los polic¨ªas y agentes espa?oles del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) durante su primera visita en la Navidad de 2003, seg¨²n su relato. Hasta el siniestro servicio secreto paquistan¨ª, penetrado por los salafistas, interrog¨® a los 67 presos de ese pa¨ªs. Mustaf¨¢ Ait Idr, exmiembro del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), entregado por Bosnia a EE UU, insult¨® a los esp¨ªas argelinos que le interrogaron, seg¨²n relata su ficha.
Los campos de entrenamiento terrorista de Bin Laden en Afganist¨¢n por los que pasaron m¨¢s de 30.000 yihadistas de una veintena de grupos asociados a Al Qaeda y las casas de acogida en ese pa¨ªs y en Afganist¨¢n son otro de los objetivos preferentes de los interrogadores. Al tuerto Abu Zubayd¨¢, m¨ªtico reclutador saud¨ª de Al Qaeda que se cre¨ªa "mal musulm¨¢n" antes de llegar a Afganist¨¢n en 1991 para unirse al movimiento talib¨¢n, le han exprimido como a un lim¨®n para conocer los entresijos de Jaldan, uno de los campos donde se planificaron operaciones suicidas. Pese a ser una leyenda en la yihad global y haber sufrido torturas en una c¨¢rcel secreta antes de llegar a Guant¨¢namo, Zubayd¨¢ asegura que no es miembro de Al Qaeda, seg¨²n su ficha. La historia y secretos de Al Guraba, el campo de entrenamiento de los sirios en Kabul, la han obtenido gracias, entre otros, al testimonio del sirio Masum Abd¨¢ Mohamed, de 39 a?os, que en 2010 fue transferido a Alemania tras permanecer ocho a?os preso.
Todos los detenidos han sido sometidos a la prueba del pol¨ªgrafo y los informes que recomiendan o no el traslado de los presos recluidos en Guant¨¢namo recogen sus supuestas contradicciones o mentiras ante la m¨¢quina: "El detenido contin¨²a mostrando t¨¦cnicas de contra interrogaci¨®n durante su interrogatorio" es una de las coletillas m¨¢s empleadas por los jefes del Departamento de Defensa en los informes de evaluaci¨®n que env¨ªan a la sede militar en Miami (Florida). La guerra qu¨ªmica y la fijaci¨®n de los yihadistas por conseguir la denominada "bomba sucia" es otro de los objetivos de inteligencia que se persigue en Guant¨¢namo. Al empresario paquistan¨ª Saifula Abdul¨¢ Paracha, de 64 a?os, uno de los presos de mayor edad, le capturaron en Bangkok en 2003 con una agenda digital que conten¨ªa 1.265 nombres, tel¨¦fonos, direcciones de correo electr¨®nico y referencias de agentes qu¨ªmicos, biol¨®gicos y nerviosos. La ficha de Paracha, que se code¨® con Bin Laden despu¨¦s de vivir en Chicago, Nueva York, Washington y San Francisco, es una buena muestra de c¨®mo se le ha "explotado" en este terreno. Varios presos han relatado los supuestos planes de este empresario para "establecer un programa nuclear para Al Qaeda en Afganist¨¢n". Otros aseguran que planeaba ataques con armas biol¨®gicas en EE UU y Reino Unido. El preso de Tayikist¨¢n Umar Bin Hamza, de 31 a?os, entrenado como m¨¢rtir, revel¨® que recibi¨® cursos sobre venenos en Kabul en los que experimentaron con conejos. "Vio un v¨ªdeo en el que un perro mor¨ªa en una habitaci¨®n al inhalar el humo venenoso", dice su informe.
Los presos que organizaron los ataques del 11-S, como el paquistan¨ª Jalik Seij Mohamed o el yemen¨ª Ramzi Binalsib, detenidos en Pakist¨¢n y secuestrados en c¨¢rceles secretas hasta su reaparici¨®n en Guant¨¢namo, ya fueron "explotados" en limbos desconocidos por lo que los informes que recomiendan que sigan en el penal recogen sus largas autoinculpaciones, pero no especulan sobre qu¨¦ m¨¢s se puede obtener de ellos como ocurre con el resto de los presos. Ya est¨¢n secos. Exagentes de la CIA han relatado las torturas a las que ambos fueron sometidos fuera de Guant¨¢namo para obtener toda la informaci¨®n que se esperaba de ellos. Ahora ocupan celdas en Strawberry Fields, el t¨ªtulo de la canci¨®n de los Beatles con el que se ha bautizado al campo donde siguen encerrados los 16 reclusos m¨¢s valiosos.
Los documentos de Guant¨¢namo recogen las rutas empleadas por los yihadistas desde sus pa¨ªses de origen hasta Afganist¨¢n o Pakist¨¢n, el circuito secreto de mezquitas africanas, europeas, Finsbury Park en Londres es la m¨¢s nombrada, y asi¨¢ticas donde recalan en sus periplos viajeros, las supuestas ONG que financian al yihadismo internacional, los hawaladares que mueven su dinero sin dejar rastro o como muchos exmiembros del movimiento Tabligt, que predica la paz, dejaron esa senda para aprender a montar un fusil AK-47 en 60 segundos. Un relato gigantesco arrancado a muchos detenidos con t¨¦cnicas donde todo vale para obtener un solo dato que sirva para reconstruir un atentado ya perpetrado como el 11-S, ataques pospuestos o fallidos como el del milenio de Los ?ngeles, el de los aviones en el oeste de EE UU o planes terroristas futuros.
Nada se escapa a los interrogadores de Guant¨¢namo como demuestra el informe donde se recomendaba en 2006 que continuara detenido el saud¨ª Salman Mohamed, de 29 a?os, y se argumentaba que su potencial de inteligencia estaba sin explotar, pero que la muerte de uno de sus hermanos limitar¨ªa los resultados. "No ha cooperado y ha sido evasivo desde el inicio de los interrogatorios. Si mejora la cooperaci¨®n del detenido su m¨¢s significada informaci¨®n provendr¨¢ de los lazos de su familia con Al Qaeda. Su hermano Isa ha muerto limitando el valor de la informaci¨®n de esta persona". Ocho meses despu¨¦s fue entregado a Arabia Saud¨ª.
"El papel del detenido en la huida de Osama Bin Laden desde Tora Bora requiere m¨¢s investigaci¨®n que su espec¨ªfico apoyo a Al Qaeda", afirma la evaluaci¨®n secreta que hacen los militares norteamericanos de Guant¨¢namo sobre Awal Gul, un afgano de 49 a?os, al que atribuyen haber ayudado a huir desde esa monta?osa regi¨®n de Afganist¨¢n en el oto?o de 2001 al terrorista m¨¢s buscado del planeta y a su escudero egipcio Al Zawahiri. "El detenido deber¨ªa conocer la ruta de salida de Bin Laden y su s¨¦quito para escapar desde Afganist¨¢n a Pakist¨¢n...", dice el informe. La ficha de Awal, de 10 folios, la firma el almirante de la Armada Mark H. Buzby, y concluye con un largo rosario de ¨¢reas de "potencial explotaci¨®n" de la informaci¨®n que a juicio de sus captores ten¨ªa este preso de "alto riesgo y valor": Bin Laden y sus posibles refugios, bases de operaciones, casas clandestinas, alijos de armas, cuevas de Tora Bora, personal de los talibanes, terrorismo biol¨®gico, operaciones, yihadistas extranjeros, log¨ªstica y hasta informaci¨®n de los atentados contra la Embajada de EE UU en Kenia.
Ese era el enorme caudal informativo que los interrogadores de Guant¨¢namo todav¨ªa esperaban obtener de este preso el 19 de febrero de 2008, seis a?os despu¨¦s de su ingreso en el penal, pero el barbudo Awal Gul, antiguo estudiante de t¨¦cnicas de electricidad convertido en comandante talib¨¢n en la base 4 de Jalababad (Afganist¨¢n), muyahidin contra los sovi¨¦ticos, miembro de una red de tr¨¢fico de drogas y finalmente encargado de la seguridad de Bin Laden, muri¨® el pasado mes de febrero en el penal tras sufrir un colapso en la ducha despu¨¦s de haber estado haciendo ejercicio. Se acab¨® la "explotaci¨®n de inteligencia" que se esperaba de ¨¦l cuando ya hab¨ªa admitido haber visto a Bin Laden "solo tres veces". El militar norteamericano que dos a?os antes redact¨® su informe asegur¨® que el preso gozaba "en general de buena salud", una coletilla que aparece en las fichas de muchos presos. Se investigan las causas de su muerte.
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