La muerte de Bin Laden desata la alerta mundial
Espa?a refuerza la seguridad en sus embajadas y pide a empresas y cooperantes en el Magreb, el Sahel, Afganist¨¢n y Pakist¨¢n que extremen la precauci¨®n.- Rubalcaba advierte de que los pr¨®ximos meses pueden ser "delicados" para los intereses espa?oles en el extranjero.- Debate en el Gobierno de EE UU sobre la conveniencia de publicar las fotos del cad¨¢ver
La muerte de Bin Laden a manos de un comando de ¨¦lite de EE UU, anunciada en televisi¨®n por Barack Obama, ha abierto una nueva dimensi¨®n en la lucha contra el terrorismo internacional. La desaparici¨®n f¨ªsica del l¨ªder de Al Qaeda, responsable de los atentados del 11-S, ha sido recibida con euforia en Occidente, pero tambi¨¦n con cautela ante el temor de que sus seguidores inicien una campa?a de atentados como venganza. Esa posibilidad ha desatado la alerta mundial y ha llevado a los Gobiernos de EE UU y de Europa a reforzar la seguridad tanto de sus embajadas como de sus tropas en el extranjero y a pedir a sus ciudadanos, especialmente a los que se encuentran en el exterior, que extremen la prudencia. "La guerra contra Al Qaeda y su sindicato del terror no ha terminado", ha advertido la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton.
El presidente espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ha celebrado hoy una reuni¨®n con los ministros de Exteriores, Interior y Defensa para estudiar nuevas medidas de prevenci¨®n. El Gobierno reforzar¨¢ la seguridad de sus embajadas en el norte de ?frica, el Sahel, Afganist¨¢n y Pakist¨¢n y se pondr¨¢ en contacto con las empresas y cooperantes que trabajan en esas regiones para alertarles de que hay que extremar la precauci¨®n, informa Efe. El vicepresidente primero del Ejecutivo, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, ha anunciado estas medidas, tras la reuni¨®n. "No creo que la muerte de Bin Laden suponga un riesgo adicional para Espa?a", ha subrayado Rubalcaba al comentar un posible relevo en la c¨²pula de Al Qaeda, aunque s¨ª ha insistido en que puede haber represalias y ha se?alado que, para los intereses espa?oles en el extranjero, "las pr¨®ximas semanas y meses pueden ser delicados". Por el momento no se ha incrementado el nivel de alerta antiterrorista decretado porque se considera suficiente.
Los 1.500 militares espa?oles que participan en la misi¨®n de la OTAN en Afganist¨¢n (ISAF) han pasado la noche con "normalidad" pero, al igual que el resto de misiones del Ej¨¦rcito en el exterior, han recibido la orden de extremar las precauciones, en especial en sus desplazamientos y patrullas, seg¨²n fuentes militares consultadas por Servimedia.
Las reacciones que la muerte de este personaje pueden provocar en el mundo son impredecibles. Por si acaso, el presidente estadounidense insisti¨® ayer en que Bin Laden no era un l¨ªder musulm¨¢n y en que Estados Unidos no est¨¢ en guerra contra esa confesi¨®n religiosa. "Dada la incertidumbre y la volatilidad de la actual situaci¨®n", asegura el Departamento de Estado, "urgimos a los ciudadanos estadounidenses en ¨¢reas donde estos acontecimientos pueden causar violencia antiestadounidense a limitar sus viajes fuera de sus casas y hoteles y a evitar concentraciones y demostraciones masivas".
No obstante, la alegr¨ªa por la muerte del terrorista m¨¢s buscado del mundo es patente. EE UU siente que la venganza por los atentados del 11-S ha sido consumada y prueba de ello es que la Zona Cero de Nueva York, escenario principal de la matanza, se convirti¨® en lugar de celebraci¨®n tras conocerse la noticia. Este jueves ir¨¢ tambi¨¦n el presidente Obama, que se reunir¨¢ all¨ª con familiares de las v¨ªctimas. "Estamos experimentando la misma unidad que tras el 11-S", dijo el presidente en una cena con congresistas.
?Qu¨¦ hacer con las fotos del cad¨¢ver?
Pero el final no estar¨¢ del todo escrito hasta que Estados Unidos decida qu¨¦ hacer con las fotograf¨ªas tomadas sobre el terreno al cuerpo sin vida del terrorista m¨¢s buscado de todos los tiempos. Fuentes oficiales han asegurado que esas im¨¢genes existen y que podr¨ªan hacerse p¨²blicas a lo largo del d¨ªa de hoy. En ellas supuestamente se ve el rostro de Bin Laden deformado por un impacto de una bala pocos cent¨ªmetros por encima de su ojo izquierdo que le destroz¨® parte del cr¨¢neo. El cad¨¢ver tambi¨¦n presenta heridas de bala en su pecho. Las mismas fuentes aseguran que los militares grabaron un v¨ªdeo del supuesto entierro en el mar del cad¨¢ver menos de 12 horas despu¨¦s de su ejecuci¨®n, respetando as¨ª las tradiciones isl¨¢micas.
La Administraci¨®n estadounidense debate sobre la conveniencia de publicar todo este material. Algunos miembros del Gobierno de Obama son reacios a ense?ar fotos del cad¨¢ver porque consideran que podr¨ªa inflamar a los sentimientos de los extremistas isl¨¢micos. Pero tambi¨¦n existe un temor creciente a que la teor¨ªa conspirativa de que Bin Laden sigue vivo gane adeptos si no hay constancia gr¨¢fica de la muerte del terrorista.
El presidente cree que la operaci¨®n demuestra que "no hay nada que no se pueda hacer" si Estados Unidos trabaja de forma coordinada. "Somos afortunados por tener a ciudadanos que han dedicado sus vidas a protegernos (...) Como comandante en jefe, no podr¨ªa estar m¨¢s orgulloso", aplaudi¨® Obama, que felicit¨® de forma especial a las autoridades militares y de inteligencia que organizaron y perpetraron el operativo, en particular al secretario de Defensa saliente, Robert Gates.
El asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Brennan, detall¨® posteriormente en rueda de prensa desde Washington que la operaci¨®n, seguida en "tiempo real" desde EE UU, se llev¨® a cabo sin informar a Pakist¨¢n, pa¨ªs aliado en la guerra contra el terrorismo, extremo que ha confirmado esta madrugada el propio presidente Zardari. Brennan manifest¨® que es "inconcebible" que Bin Laden haya estado escondido tanto tiempo en Pakist¨¢n sin ayuda de dentro del pa¨ªs. "No voy a especular con el apoyo en Pakist¨¢n", contest¨® Brennan a los periodistas en relaci¨®n al posible conocimiento de las autoridades paquistan¨ªes de la localizaci¨®n del terrorista saud¨ª. Tras sus declaraciones, el embajador de Pakist¨¢n en EEUU, Husain Haqqani, declar¨® que su pa¨ªs realizar¨¢ una "investigaci¨®n profunda" para recopilar los fallos de inteligencia que impidieron conocer que Osama bin Laden estaba en su territorio.
El consejero de la Casa Blanca calific¨® la decisi¨®n tomada por Obama como "una de las m¨¢s valientes que jam¨¢s haya adoptado ning¨²n presidente". Seg¨²n Brennan, las pruebas sobre la estancia de Bin Laden en esa casa eran "circunstanciales", aunque la confianza de la CIA en acertar con el objetivo era "creciente". El asesor estadounidense ha dicho tambi¨¦n que tras 15 a?os persigui¨¦ndole, ya incluso antes del 11-S, Obama aprovech¨® la "oportunidad" y aprob¨® la operaci¨®n.
Sepultura seg¨²n el rito isl¨¢mico
Brennan aclar¨® adem¨¢s que el l¨ªder de Al Qaeda fue enterrado en el mar de acuerdo con la pr¨¢ctica musulmana. El ritual isl¨¢mico requiere que el cuerpo se entierre en las 24 horas posteriores a su fallecimiento. Seg¨²n fuentes oficiales, la decisi¨®n se tom¨® porque resultaba complicado encontrar un pa¨ªs dispuesto a sepultar al terrorista m¨¢s buscado del mundo. Fuentes oficiales han informado asimismo de que las pruebas de ADN confirman que muri¨® en el ataque militar a la residencia donde estaba.
A preguntas de los reporteros acreditados en la Casa Blanca, Brennan a?adi¨® que EE UU "no va a bajar la guardia" en la lucha contra Al Qaeda. La muerte de su mentor brinda "una oportunidad para destruir la organizaci¨®n", afirm¨® Brennan. El asesor de seguridad explic¨® adem¨¢s que el n¨²mero dos de la red terrorista, el m¨¦dico egipcio Ayman al Zawahiri, cuenta con "detractores" dentro de la organizaci¨®n, hecho que dificulta su liderazgo.
En la operaci¨®n militar, ejecutada a bordo de en varios helic¨®pteros por el grupo de operaciones especiales Navy Seals, murieron cuatro personas m¨¢s: un hijo mayor de edad del terrorista, su mensajero y un hermano de este y una mujer que, seg¨²n la Casa Blanca, era una de las esposas de Bin Laden. Fuentes del Gobierno de Pakist¨¢n han asegurado al servicio de la BBC en el pa¨ªs que durante el asalto cinco guardias de Bin Laden cayeron tambi¨¦n y cuatro m¨¢s han sido detenidos, pero no ha podido ser confirmado.
El terrorista m¨¢s buscado por Washington se encontraba en el interior de un complejo de lujo fortificado. La residencia de Abottabad constaba de muros de m¨¢s de tres metros, alambres de espino y solo dos puertas de entrada. Carec¨ªa de ventanas y no ten¨ªa ni acceso telef¨®nico ni conexi¨®n a Internet. Bin Laden muri¨® de un disparo en la cabeza tras un tiroteo entre las fuerzas de asalto norteamericanas y el grupo que se encontraba con el l¨ªder de Al Qaeda.
10 a?os despu¨¦s del 11 S
La muerte del padre del terrorismo islamista internacional llega casi 10 a?os despu¨¦s de los atentados de Nueva York. Eliminar a Osama bin Laden se hab¨ªa convertido en una obsesi¨®n para Estados Unidos y hab¨ªa sido objeto de numerosas operaciones internacionales. Se especul¨® en diversas ocasiones con su muerte y se ofrecieron millonarias recompensas por cualquier pista sobre su paradero, pero Bin Laden segu¨ªa ah¨ª, presente en las pesadillas de Washington.
Para el orgullo de EE UU resultaba una herida demasiado profunda desconocer el paradero de un tipo alto y desgarbado de 54 a?os, normalmente retratado sosteniendo un Kal¨¢shnikov con su brazo izquierdo. Casi un anciano que se apoyaba en un bast¨®n, dorm¨ªa en el suelo de una gruta y se alimentaba de verduras, yogur, sopa y pan afgano.
Aunque hiciera tres a?os que no aparec¨ªa en p¨²blico, Bin Laden segu¨ªa siendo un s¨ªmbolo. El hombre que hab¨ªa logrado lo que una d¨¦cada atr¨¢s parec¨ªa una quimera: internacionalizar la yihad y extender el terror mediante alianzas con grupos asociados en todo el mundo. Decenas de c¨¦lulas locales, inspiradas en el discurso de Bin Laden, atormentan a los jefes de inteligencia de varios continentes.
La zona cero de Manhattan, en la que se erig¨ªan las dos torres que derrib¨® Al Qaeda, se convirti¨® en uno de los puntos m¨¢s concurridos. Turistas, miembros del cuerpo de bomberos (m¨¢s de 300 de ellos murieron en las labores de rescate tras los atentados) y neoyorquinos de todo pelaje se aglomeraron ante las cercanas pantallas de Times Square desde que aparecieron los primeros rumores de la noticia. La concentraci¨®n se hizo multitudinaria despu¨¦s del anuncio.
Muchas de las reacciones han sido muy duras. "Hab¨ªa so?ado con este momento, pero la muerte creo que es demasiado buena para ¨¦l", asegura desde Anne Marie Borcherdng, que perdi¨® a su novio el 11-S en las Torres Gemelas. "Lo que le gustar¨ªa a mucha gente que est¨¢ aqu¨ª es tener su cad¨¢ver para poder escupirle".
Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, fue de los primeros en reaccionar al anuncio de la Casa Blanca: "Los neoyorquinos hemos esperado casi 10 a?os esta noticia"."La muerte de Osama bin Laden es una importante victoria y un tributo para los que luchan por nuestro pa¨ªs", a?adi¨®. El senador neoyorquino Charles Schumer declar¨®: "El coraz¨®n de los neoyorquinos sigue roto por la tragedia del 11-S, pero [la muerte de Osama bin Laden] aporta algo de consuelo a las v¨ªctimas".
El expresidente de Estados Unidos George W. Bush declar¨® pocos minutos despu¨¦s de la noticia que la muerte de Osama bin Laden es una "victoria para Estados Unidos". Bush, bajo cuya presidencia se produjeron los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y que en sus memorias declar¨® que uno de sus mayores pesares ha sido el de no lograr capturar a Bin Laden, "vivo o muerto", emiti¨® a trav¨¦s de su p¨¢gina en Facebook, nada m¨¢s conocerse la noticia, un comunicado en el que dijo que el presidente Barack Obama le inform¨® de la operaci¨®n. "Esta noche, el presidente Obama me llam¨® para informarme de que las fuerzas estadounidenses mataron a Osama bin Laden, el l¨ªder de Al Qaeda que atac¨® Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001", dijo Bush.
Padre del yihadismo internacional
La base del pensamiento de Bin Laden era similar a los talibanes: interpretaciones ultraortodoxas del islam sun¨ª, al que desea purificar de influencias occidentales. Su ideolog¨ªa, sus hombres, fogueados en acciones de combate, y el muy abundante dinero le permitieron financiar una oscura trama de grupos radicales que act¨²an contra intereses occidentales, preferentemente estadounidenses, all¨ª donde tienen oportunidad.
Osama bin Laden naci¨® en Arabia Saud¨ª en el a?o 1957, en el seno de una acaudalada familia saud¨ª. Su padre fue un importante magnate de la construcci¨®n en su pa¨ªs. Estudi¨® Religi¨®n y Ciencias Econ¨®micas, gradu¨¢ndose en la Universidad Abdul Aziz. Desde 1979 apoy¨® a los rebeldes afganos en su guerra contra la URSS, organizando el reclutamiento de miles de voluntarios de todo el mundo ¨¢rabe, entre otras acciones. Desde 1986 particip¨® personalmente en los combates. Acabada la guerra, regres¨® a su pa¨ªs. Como consecuencia del apoyo saud¨ª a las tropas de EE UU durante la Guerra del Golfo de 1991, rompi¨® su relaci¨®n con el r¨¦gimen saud¨ª y con su propia familia. Se exili¨® en 1991 en Sud¨¢n, donde dirigi¨® una empresa que EE UU consideraba una tapadera terrorista.
Con la inaudita planificaci¨®n de los ataques del 11-S, Bin Laden y Al Qaeda sacudieron con fuerza los cimientos en los que EE UU basaba su pol¨ªtica de seguridad y pusieron en evidencia la necesidad de buscar un nuevo enfoque para reforzar sus fronteras. Casi inmediatamente despu¨¦s, EE UU lanz¨® una serie de ataques a¨¦reos contra los talibanes en la frontera entre Afganist¨¢n y Pakist¨¢n. Ante la negativa de los talibanes a entregar al terrorista, EE UU inici¨® en octubre de 2001 una guerra en Afganist¨¢n que a¨²n contin¨²a, aunque los ataques permitieron derribar al r¨¦gimen fundamentalista que gobernaba el pa¨ªs.
Tras su experiencia en la guerra de Afganist¨¢n, Bin Laden aprendi¨® a vivir como un ermita?o, una habilidad que le sirvi¨® para mimetizarse en el terreno de la misma forma que lo hacen las serpientes. Una y otra vez el l¨ªder de Al Qaeda logr¨® escabullirse y salir indemne de los ataques lanzados por EE UU y sus aliados internacionales, lo que hizo que quedara en entredicho la capacidad de inteligencia y militar del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo. Desde que la pista de Bin Laden desapareci¨® definitivamente en las monta?as de Tora Bora en el invierno de 2001 despu¨¦s de que EE UU depusiera por las armas a los talibanes, solo hab¨ªa una certeza: estaba escondido en Pakist¨¢n. La comunidad de inteligencia barajaba muchas hip¨®tesis: que se encontraba en una regi¨®n remota o confundido con la masa en Karachi, que solo podr¨ªa ser abatido por la traici¨®n en su c¨ªrculo m¨¢s pr¨®ximo o con un ataque por misiles, pero estaba claro que se hab¨ªa desplazado al pa¨ªs vecino de Afganist¨¢n.
Durante a?os, los aviones no tripulados dotados de misiles han sobrevolado las distintas zonas tribales de Pakist¨¢n, el lugar m¨¢s peligroso y vol¨¢til de la tierra. Han matado a decenas de militantes de Al Qaeda, tambi¨¦n a civiles, y se han acercado mucho a sus l¨ªderes, sobre todo al egipcio Ayman Al Zawari, pero al final ha sido un grupo de comandos el que ha cerrado una parte de la historia.
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