Mucho peor que lo de Lehman
La discusi¨®n del d¨ªa en Europa versa sobre la conveniencia o inconveniencia de que alg¨²n pa¨ªs perif¨¦rico (l¨¦ase Grecia) pase de la fase de rescate a la de suspensi¨®n de pagos, reestructuraci¨®n de la deuda, o default.
La semana pasada les promet¨ª rese?ar los argumentos que cuestionan los beneficios de un percance as¨ª, m¨¢s all¨¢ del principal, consistente en el descr¨¦dito que ocasionar¨ªa a la UE, al Eurogrupo y al FMI el fracaso del plan de rescate por ellos elaborado, negociado, aprobado y ensalzado.
Despu¨¦s ha saltado a la palestra en este asunto el economista-jefe del Banco Central Europeo, J¨¹rgen Stark, con buenas razones. Las posiciones ultraortodoxas, nacionalistas y monol¨ªticas sobre la pol¨ªtica monetaria de Stark, para quien apenas existe otro peligro que la inflaci¨®n, real o so?ada, son conocidas: es el talib¨¢n del BCE.
Poca broma: la suspensi¨®n de pagos de Grecia abocar¨ªa otra vez a Francia y Alemania a la recesi¨®n
Pero, justo es reconocerlo sin que duelan prendas, Stark ha estado ahora sembrado. M¨¢s a¨²n, excelente. En el digital heute.de declaraba que un incidente como el aludido podr¨ªa desencadenar en la eurozona una crisis peor que la derivada de la quiebra de Lehman Brothers en 2008: "En el peor de los casos, la reestructuraci¨®n de la deuda de un Estado miembro podr¨ªa ensombrecer la quiebra de Lehman", concretaba.
?Y qu¨¦ trajo Lehman?
"Aceler¨® el colapso de AIG, aboc¨¢ndola al regazo de la Reserva Federal; gener¨® una p¨¦rdida general de confianza en todos los mercados monetarios; congel¨® el mercado de papel comercial, obstaculizando la capacidad de operar de las corporaciones; interrumpi¨® los flujos de la banca de inversi¨®n", recapitulan Simon Johnson y James Kwak en su delicioso 13 bankers, the Wall Street takeover (Random House, Nueva York, 2010). De manera que la "secuencia de la ca¨ªda de las piezas de domin¨® solo se interrumpi¨® gracias a las masivas medidas de rescate gubernamental".
Stark entiende que optar por suspender pagos pueda parecer lo m¨¢s simple, pero defiende que no resuelve los problemas presupuestarios y estructurales del pa¨ªs en apuros. Objeta que el Gobierno de turno deber¨ªa pedir un paquete de ayuda adicional, y que la suspensi¨®n de pagos entra?a el riesgo de que la crisis bancaria subsiguiente arrastrase a toda la eurozona, dada la "estrecha vinculaci¨®n" de sus econom¨ªas.
Bancos. Toca madera, y poca broma. La implicaci¨®n de la banca rica en la Europa pobre es clave. La banca francesa exhibe una exposici¨®n a la deuda soberana de los cuatro sure?os m¨¢s vulnerables del 16% del PIB de la Rep¨²blica. La banca alemana, del 15%. En t¨¦rminos ret¨®ricos, la implicaci¨®n es cruel. Demuestra que, contra lo que defienden los neocons locales y los pelotas del poder, tan responsables de la crisis han sido los pa¨ªses pobres que se endeudaron alegremente, como los grandes bancos de los pa¨ªses ricos que hicieron su agosto prestando a esos pa¨ªses y alimentando sus burbujas.
En la pr¨¢ctica, la cosa ser¨ªa peor. Si los tecn¨®cratas no yerran, en una eventual suspensi¨®n de pagos la quita de la deuda griega debiera alcanzar un 40% del total. Pero muchos piensan, sensatamente, que abierta la veda, proliferar¨ªan los tiros, y que por tanto la suspensi¨®n de pagos griega desencadenar¨ªa la de todos los sure?os.
Eso implica que el problema de la banca alemana no ser¨ªa de la banca, sino de Alemania: un 6% de su PIB (40% de un 15%) estar¨ªa en juego, la depresi¨®n. Y para Francia, peor: un 6,4% de su PIB. Es decir, la suspensi¨®n de pagos/reestructuraci¨®n de la deuda de uno de los pa¨ªses en dificultades, "levantar¨ªa las expectativas de replicarse en otros pa¨ªses", "abrir¨ªa un nuevo cap¨ªtulo de la crisis financiera mundial", y "exigir¨ªa nuevas inyecciones de capitales p¨²blicos en la banca", opinan algunos de los sabios menos insensatos.
Ahora bien, el impacto de la suspensi¨®n de pagos no acabar¨ªa aqu¨ª, en la vuelta a la recesi¨®n, si bien podr¨ªa diferir, ser m¨¢s pesado o m¨¢s liviano, seg¨²n el formato aplicado en cada caso. La crisis bancaria desencadenada podr¨ªa generar un colapso de la confianza, la necesidad de medidas de control financiero, la exacci¨®n de nuevos requerimientos a familias y empresas: una expropiaci¨®n general de la riqueza colectiva.
Algunos partidarios de la suspensi¨®n se llenan la boca con el caso de Argentina en 2001-2002. Ay, ay, ay. Olvidan relatar los tremendos costes sociales derivados de aquella tragicomedia. Y el impacto intangible: ?cu¨¢nto tiempo tarda un pa¨ªs en recuperar su credibilidad como buen pagador? Porque en el mundo de los negocios, como dice un banquero sentencioso, "se entiende que solo suspende pagos quien no tiene ganas de pagar a sus acreedores".
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