Intenci¨®n pol¨ªtica y posibilidades jur¨ªdicas
Cuando el pasado febrero, los dirigentes de la izquierda abertzale presentaron los estatutos de Sortu en los que, por vez primera, rechazaban la violencia de ETA, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, tras admitir su novedad, pidi¨® que no se legalizara la nueva marca porque era conveniente que la izquierda radical pasara por una "cuarentena", alegando las veces que en el pasado hab¨ªa enga?ado a la sociedad.
Algo similar propuso el 17 de abril el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en Durango (Vizcaya) cuando, dirigi¨¦ndose a la izquierda abertzale, dijo: "Cuatro meses no bastan para convencer despu¨¦s de todo lo que ha pasado en 40 a?os de violencia", tras valorar los pasos que hab¨ªan dado de alejamiento de la violencia.
En esa clave pol¨ªtica hay que entender el inter¨¦s com¨²n en el PSOE y el PP en promover la ilegalizaci¨®n, hace un mes, de Sortu, y ahora, de Bildu, materializada en la impugnaci¨®n, presentada ayer por la Abogac¨ªa del Estado ante el Tribunal Supremo.
En esa clave, en la de que tiene que pasar m¨¢s tiempo para que la izquierda abertzale sea cre¨ªble, y en otra, muy ligada a ella: en seguir presionando a la izquierda radical para que siga tirando de ETA y consiga que pase de la actual situaci¨®n de tregua permanente a un cese definitivo de la violencia.
Pero una cosa es la intenci¨®n pol¨ªtica de los dos principales partidos de tratar de impedir la presencia electoral de Bildu, que cuenta con un amplio apoyo en la opini¨®n p¨²blica, a excepci¨®n del Pa¨ªs Vasco, y otra las posibilidades jur¨ªdicas.
En este sentido, el Tribunal Supremo, que decidir¨¢ este fin de semana sobre las candidaturas de Bildu, no lo tiene f¨¢cil. Es cierto como se?ala la documentaci¨®n policial, que recoge la Abogac¨ªa del Estado, en su impugnaci¨®n de todas las candidaturas de Bildu, que la banda terrorista ETA aboga porque la izquierda abertzale participe en una coalici¨®n independentista, como lo es Bildu.
Pero no es menos cierto que la estrategia de la coalici¨®n independentista est¨¢ dise?ada por los dirigentes de la izquierda abertzale -Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria, Rafael D¨ªez Usabiaga...-, tras la ruptura de ETA de la tregua de 2006; que hay, tambi¨¦n, numerosos textos de la banda que reflejan tensiones entre la izquierda abertzale y ETA sobre su disputa por la vanguardia del movimiento independentista; y, sobre todo, que hay pruebas p¨²blicas del progresivo alejamiento de la izquierda abertzale de la violencia de ETA, desde febrero de 2010 hasta hoy.
Para mayor complicaci¨®n judicial, Eusko Alkartasuna y Alternatiba, que acompa?an a la izquierda radical en Bildu, son partidos legales. Con este complejo panorama decidir¨¢ el Tribunal Supremo si acepta o rechaza las candidaturas de Bildu.
La decisi¨®n judicial tendr¨¢, tambi¨¦n, trascendencia pol¨ªtica. Si la opini¨®n p¨²blica espa?ola se inclina por el rechazo a las candidaturas de Bildu, no sucede lo mismo con la vasca. En Euskadi se percibe con mayor claridad el cambio de actitud de la izquierda abertzale en relaci¨®n con la violencia de ETA. Por eso, el Gobierno recalca, en su discurso pol¨ªtico, que son los tribunales quienes decidir¨¢n sobre Bildu y no el Pacto Antiterrorista entre el PSOE y el PP.
Las machaconas declaraciones de algunos dirigentes del Partido Popular identificando con ETA sin matices a l¨ªderes de la izquierda radical que se est¨¢n alejando p¨²blicamente del terrorismo chirr¨ªan en el Pa¨ªs Vasco y se est¨¢n convirtiendo en propaganda indirecta para la izquierda abertzale. De tal modo, que algunos de sus dirigentes dicen que decidan lo que decidan los tribunales, pol¨ªticamente est¨¢n ganando la batalla de opini¨®n en Euskadi.
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