Falcao abate al Villarreal

En efecto, el Oporto es un equipo intenso, valiente y poderoso, como ha venido acreditando en una temporada fabulosa. Con dos atacantes en permanente estado de gracia. La fortaleza de Hulk y la voracidad de Falcao borraron en la segunda parte a un Villarreal desaparecido tras el descanso. Despu¨¦s de haberse marchado al entretiempo con una merecida ventaja, reapareci¨® convertido en otro equipo, mucho m¨¢s blando, vulnerable y ca¨®tico. El Oporto entr¨® en el choque gracias a un pol¨¦mico penalti a Falcao, pero, a partir de entonces, fue un cicl¨®n. Logrando superioridad num¨¦rica en todos los rincones de campo: por cada jugador amarillo, casi siempre hubo tres blanquiazules, se?al del enorme trabajo de su entrenador, Andr¨¦ Villas-Boas. Los cuatro tantos de Falcao, que suman 15 en el torneo, no dejan lugar a dudas de que estamos ante un rematador impresionante, sobre todo de cabeza, que dej¨® a su equipo a las puertas de la final de Dubl¨ªn. La vuelta en El Madrigal se antoja misi¨®n imposible para el Villarreal.

Tras el descanso, los visitantes estuvieron blandos, ca¨®ticos y vulnerables

Y eso que la intensidad de la primera parte ilumin¨® el majestuoso estadio de Drag?o. Fiel a su estilo, el Oporto presion¨® la salida del bal¨®n en campo del Villarreal, lo suficientemente fresco para zafarse de la presi¨®n e irse decididamente a por el gol. La t¨¦cnica de Cazorla, Borja Valero y Cani sirvi¨® para salvar el primer escollo; despu¨¦s se trataba de lanzar la carrera de sus rapid¨ªsimos delanteros, Nilmar y Rossi.

El cuadro de Garrido coron¨® la primera parte con un gol muy coral, producto de la solidaridad de Borja Valero para crearse un espacio entre los centrocampistas lusos y abrir a la derecha a Nilmar, en posici¨®n de extremo derecho. El centro del punta brasile?o acudi¨® a cabecearlo al primer palo Cani, una sorpresa con la que no contaba el portero Helton. Era el filo del descanso y el Villarreal se march¨® feliz: la defensa impenetrable, el centro del campo, solidario, y la delantera, m¨¢s r¨¢pida que la zaga local.

El lateral izquierdo Catal¨¢ tuvo el honor de medirse a esa bestia llamada Hulk por su parecido con el personaje de c¨®mic de la factor¨ªa Marvel. El delantero brasile?o, de 24 a?os, conjuga velocidad con una gran pegada con la izquierda. Otro duelo chispeante fue el de Marchena y Musacchio con el goleador Falcao. El delantero colombiano permaneci¨® agazapado hasta que, al comienzo de la segunda parte, le gan¨® la espalda a los centrales y, al encarar a Diego L¨®pez, cay¨® al c¨¦sped. El dudoso penalti lo transform¨® el propio Falcao y se abri¨® la caja de los truenos.

Ante la adversidad, Bruno reaccion¨® con un ca?o largo a Fernando para levantar el ¨¢nimo de los chicos de Garrido. El Oporto percuti¨® insistentemente por el extremo izquierdo, donde el lateral izquierdo uruguayo ?lvaro Pereira era casi un inquilino. Su segundo gol, sin embargo, lleg¨® por la derecha y de la manera m¨¢s inesperada. Guar¨ªn le gan¨® la carrera a Bruno, alcanz¨® la l¨ªnea de fondo, recort¨® y su disparo lo repeli¨® Diego L¨®pez antes de remacharlo con la cabeza el propio centrocampista colombiano. Villas-Boas brinc¨® en el banquillo: vio que era el momento de hacer sangre.

El Oporto impuso su agresividad en el centro del campo y Garrido respondi¨® d¨¢ndole entrada a Wakaso, su volante m¨¢s intenso. Pero justo cuando el Villarreal se ech¨® adelante y Catal¨¢ abandon¨® la guarida, Hulk mont¨® una contra demoledora. Se deshizo de Musacchio y su centro lo emboc¨® Falcao sin oposici¨®n.

Garrido ya no iba a esperar m¨¢s y agot¨® sus cambios con Matilla y Marco Ruben. Para entonces, Hulk se parec¨ªa cada vez al personaje del c¨®mic y Catal¨¢ no pod¨ªa con ¨¦l ni solt¨¢ndole alg¨²n hachazo. De una de las faltas naci¨® el cuarto del Oporto. El centro templado de Guar¨ªn lo cabece¨® Falcao tras un vuelo impresionante. A estas alturas, la defensa amarilla era un flan en manos de los centros de Hulk y los remates de Falcao. Y sin ninguna capacidad atacante, ahora que Garrido hab¨ªa cambiado la velocidad de Nilmar por el remate de Marco Rub¨¦n, sin ninguna opci¨®n. Falcao y Hulk hundieron al submarino.