?Existe pol¨ªtica econ¨®mica en Galicia?

Un hecho cierto: la perspectiva territorial adquiere mayor relevancia dentro de las pol¨ªticas econ¨®micas nacionales. No solo la demanda de estudios de coyuntura ha aumentado notablemente en los ¨²ltimos a?os, sino que cada vez son m¨¢s numerosos los informes que hacen referencia a la evoluci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas de las regiones o a los niveles de competitividad territoriales.

Empezamos a poder cotejar numerosos estudios que van revelando la situaci¨®n real y la prospectiva de las comunidades aut¨®nomas (CCAA). Por ejemplo, el INE acaba de hacer p¨²blico sus datos de crecimiento econ¨®mico en los ¨²ltimos a?os. De ellos se desprende que las regiones m¨¢s avanzadas de Espa?a prosiguen su camino aunque presentan sobresaltos (Madrid, Catalu?a o Pa¨ªs Vasco, por ejemplo) y que la dispersi¨®n regional es muy apreciable (m¨¢s de dos puntos porcentuales entre las tasas de variaci¨®n de las CCAA). En suma, retrata territorios convalecientes y a¨²pa a regiones con aumentos abultados.

Nuestra autonom¨ªa es la segunda en horas de trabajo y est¨¢ a la cola en productividad

El grupo BIAM, de la Universidad Carlos III, tambi¨¦n ha dirigido otro estudio en el que predice una recuperaci¨®n para este a?o pero indicando que la velocidad de la misma y su perfil va a diferir entre las CCAA, subrayando que Galicia fue la comunidad que ha tenido la recesi¨®n m¨¢s corta con solo cinco trimestres de tasas anuales negativas frente a las siete de Espa?a. El citado equipo estima un crecimiento positivo para este a?o, mostrando asimismo una discrepancia regional entre las tasas de variaci¨®n anuales de m¨¢s de dos puntos porcentuales.

Finalmente, la OCDE acaba de mostrar los resultados sobre la productividad para el conjunto de las regiones europeas. Este estudio de benchmarking subraya, por ejemplo, que Galicia es la segunda CCAA en horas de trabajo y est¨¢ a la cola en los rankings de competitividad y productividad.

Mirando los datos, en Galicia se trabajan alrededor de 155,65 horas al mes, la segunda CCAA que m¨¢s trabaja de Espa?a (cuya media es de 153,12 horas/mes, en tanto que Catalu?a y Madrid, por citar dos ejemplos, trabajan 155,62 horas/mes y 152,90 horas/mes, respectivamente). Pero en competitividad, Galicia se sit¨²a en el puesto 11 de las 17 comunidades, seg¨²n un estudio del BBVA; y en el puesto 182 del ranking europeo de las 268 ¨¢reas estudiadas seg¨²n Eurostat (en este caso, Madrid ocupa el puesto 56 y Catalu?a, el 103).

?Qu¨¦ pasa, pues, en Galicia? A pesar de la euforia institucional de la Xunta, que quiere hacernos creer que todo va bien, existen determinadas eivas que es preciso remarcar. Todav¨ªa son excesivas las actividades en sectores tradicionales que a¨²n no se han adecuado a los nuevos escenarios. O sea, existen determinados sectores tradicionales que son muy intensivos en mano de obra, en donde se presencia una escasa cualificaci¨®n t¨¦cnica y en los que se act¨²a con una deficiente organizaci¨®n. Es aqu¨ª donde perdemos mucha productividad y donde nos alejamos de la competitividad internacional.

En otras actividades industriales presentamos escasa dimensi¨®n en lo que hace referencia al tama?o y al volumen de producci¨®n, con una elevada concentraci¨®n de riesgos en ¨¢reas y mercados muy competitivos, y alta presencia en mercados tradicionales y locales, sin apenas mostrar inter¨¦s por las ¨¢reas emergentes.

En los sectores econ¨®micos avanzados, los vinculados con los productos y servicios de alta tecnolog¨ªa, del campo de la log¨ªstica y en el de la prestaci¨®n de servicios t¨¦cnicos y financieros, la presencia gallega es muy reducida. En suma, nuestra especializaci¨®n es deficiente porque no est¨¢ acorde con los niveles de competividad ni con la presencia en ¨¢reas emergentes que podr¨ªan servir de palanca hacia el desarrollo.

Llegados a este punto, valdr¨ªa la pena insistir en que en Galicia no solo habr¨ªa que buscar paliativos a la escasa productividad, sino tambi¨¦n a la que se denomina "cultura empresarial" o el "emprendedorismo schumpeteriano". Es decir, la estructura empresarial est¨¢ lejos de ser la id¨®nea. Esta reducida cultura empresarial est¨¢ siendo viciada por dos actuaciones de la Xunta de Galicia: la proliferaci¨®n de una pol¨ªtica de subvenciones a las empresas (que acaban anestesiadas y s¨®lo operando a partir de ellas) y por la falta de regulaci¨®n clara y precisa (donde a veces se aprecia arbitrismo, discrecionalidad y falta de concreci¨®n) a la hora de establecer los marcos jur¨ªdicos y legales estables que permitan a las unidades de producci¨®n definir sus propias estrategias.

De aqu¨ª que extraigamos una conclusi¨®n: el futuro del crecimiento gallego se debe sustentar en modelos m¨¢s sostenibles y consistentes que permitan garantizar una mayor competitividad vinculados a mejoras de la productividad.