En las @tripas de Twitter
El fen¨®meno 'tuitero' galopa. La red suma ya 200 millones de usuarios. Se env¨ªan unos 155 millones de mensajes cada d¨ªa. EL PA?S entra en su b¨²nker y habla con su fundador Biz Stone
Fundadores sin t¨ªtulo universitario. 450 trabajadores. Casi todos en la treintena. Sede en San Francisco, California. Cinco a?os en funcionamiento, sin modelo de financiaci¨®n claro y valorada en miles de millones de d¨®lares. Twitter tiene todas las caracter¨ªsticas de una empresa de Internet. Son sus 200 millones de usuarios en todo el mundo y los 155 millones de mensajes que env¨ªan al d¨ªa lo que la convierte en la red social m¨¢s caliente del momento.
Twitter fue creado en marzo de 2006 como un servicio para enviar mensajes en grupo a trav¨¦s de tel¨¦fonos m¨®viles o Internet. Cada usuario puede seguir a quien quiera y ver sus actualizaciones, limitadas a 140 caracteres. ?Qui¨¦n va a querer leerme? ?Qu¨¦ me importa lo que est¨¦n haciendo ahora los dem¨¢s? Fueron las primeras cr¨ªticas y la reacci¨®n instintiva de cualquiera que empezara a utilizar esta red. Twitter se refiere en ingl¨¦s al sonido de los p¨¢jaros. Y a pedazos de informaci¨®n irrelevante.
En 2008, los j¨®venes egipcios empezaron a utilizar Twitter para las protestas: "Supimos que era un gran fen¨®meno"
Durante el ¨²ltimo mes, casi medio mill¨®n de personas se han registrado cada d¨ªa en esta red
"Lo m¨¢s importante es que conecta a las personas, pero no lo llamar¨ªa necesariamente una red social. Es una red de informaci¨®n que pone en contacto a la gente con lo que m¨¢s les interesa", explica Biz Stone, uno de los tres fundadores, en una entrevista para EL PA?S. Stone trabajaba en la empresa Odeo con Evan Williams y Jack Dorsey, los otros dos ejecutivos de la compa?¨ªa, cuando crearon Twitter como un proyecto paralelo. Desde su lanzamiento ha ido tomando forma de la mano de los usuarios.
Stone describe el comportamiento de los internautas con las manos: "Cuando ves una bandada de p¨¢jaros volando juntos parece un procedimiento coreografiado y tremendamente complicado, pero no lo es. En realidad es una forma de comunicaci¨®n muy rudimentaria, en tiempo real, y que les ayuda a comportarse como si fueran uno".
"Desde que comenzamos Twitter en 2006, muchos momentos nos han abierto los ojos", dice Stone. El primero llegar¨ªa en 2007, durante el Festival South by Southwest de Austin, Tejas, dedicado a la innovaci¨®n tecnol¨®gica. Antes de recoger el premio a la mejor web, los tres creadores de Twitter vieron c¨®mo centenares de asistentes se registraban en el servicio, empezaban a seguirse unos a otros, y anunciaban fiestas, coordinaban eventos o comentaban conferencias. "Entonces vimos por primera vez a grupos de gente movi¨¦ndose como uno", recuerda Stone.
En 2008, los j¨®venes egipcios empezaron a utilizar Twitter para organizar protestas: "Supimos que era un gran fen¨®meno", admite Stone. Durante las manifestaciones, un norteamericano anunci¨® en Twitter que acababa de ser detenido en Egipto. No necesit¨® agotar los 140 caracteres. Escribi¨®: "ARRESTADO". Sus compa?eros de la Universidad de Berkeley, en California, alertaron al consulado. Qued¨® libre al d¨ªa siguiente.
Twitter acababa de dejar de ser una red de informaci¨®n inconsistente.
La sede de la empresa, en una calle c¨¦ntrica de San Francisco, parece aislada del ruido que generan 200 millones de twitteros -tres millones en Espa?a- y las decenas de reportajes publicados cada d¨ªa sobre lo que ocurre en el n¨²mero 795 de Folsom Street. Pero todos los empleados tienen cuenta en Twitter y descubren noticias -el terremoto de 2010 en Hait¨ª, la muerte de Michael Jackson o los atentados en Bombay en noviembre de 2008- como el resto de los usuarios.
Los ataques en India coincidieron con la celebraci¨®n de Acci¨®n de Gracias en Estados Unidos y el lanzamiento de Trending Topics, una lista con los temas m¨¢s comentados en Twitter. La palabra "Bombay" aparec¨ªa entre comidas t¨ªpicas americanas y comentarios sobre la Navidad. "Empezamos a buscar entre los mensajes y nos enteramos de la noticia", comenta Stone. "Cuando pasa algo as¨ª nadie se vuelve loco en la oficina. Casi todos nos quedamos callados, como un gesto de reverencia hacia el trabajo que hacemos".
Tambi¨¦n hay celebraciones. Janis Krums colg¨® una fotograf¨ªa ya hist¨®rica en la red: "Hay un avi¨®n en el Hudson". Era enero de 2009. Twitter ten¨ªa 29 empleados y 5 millones de usuarios. A Krums le segu¨ªan apenas dos centenares, pero el mundo no tard¨® en descubrir la imagen. "No necesitas tener un mill¨®n de seguidores, solo se trata de hacer algo interesante. Est¨¢s enviando un mensaje y haci¨¦ndolo p¨²blico. Si tus seguidores lo reenv¨ªan, puede dar la vuelta al mundo", comenta Miguel R¨ªos, analista de datos en Twitter.
"Utilizamos Twitter como cualquier otro, solo queremos saber m¨¢s. Si son buenas noticias nos alegramos; nos callamos si son malas. La oficina es solo un microcosmos de c¨®mo reacciona el resto del mundo", comenta Stone. "El paso siguiente siempre es ?c¨®mo podemos ayudar?".
Twitter ha tenido que responder a esa pregunta varias veces. Su explosi¨®n ha multiplicado la responsabilidad de los creadores y del resto de los empleados.
Una sesi¨®n de mantenimiento en los servidores de Twitter en 2009 amenaz¨® con bloquear el flujo de mensajes que llegaban desde las calles de Teher¨¢n, donde ciudadanos iran¨ªes protestaban contra el resultado de las elecciones. El Departamento de Estado aconsej¨® que anularan los trabajos para seguir recibiendo toda la informaci¨®n.
"Creo que aquello se exager¨® bastante. Cada vez que anunciamos un proceso de mantenimiento recibimos correos electr¨®nicos de todas partes. Si lo hicimos fue por el n¨²mero de peticiones que tuvimos, no porque viniera del Gobierno. Son como cualquier otro usuario", dice Stone.
Como en Ir¨¢n, j¨®venes, activistas y ciudadanos de T¨²nez, Egipto y hasta Costa de Marfil optaron por Twitter para difundir informaci¨®n sobre las revoluciones prodemocr¨¢ticas ocurridas a comienzos de a?o. Necesitaban saltar el filtro de los medios de comunicaci¨®n, la censura oficial y, en algunas ocasiones, hasta el apag¨®n de Internet.
Mientras miles de marfile?os narraban los episodios violentos que sucedieron tras las elecciones del pasado diciembre, una ciudadana espa?ola que acababa de abandonar el pa¨ªs encontr¨® en esta red el ¨²nico agujero por el que mirar a la actualidad de Costa de Marfil.
"Los medios oficiales contaban que las fuerzas gubernamentales se retiraban de las calles, pero hab¨ªa gente publicando fotograf¨ªas que mostraban lo contrario", comenta Elia Varela.
Twitter, al igual que otras redes sociales, como Facebook, fue de nuevo el aliado perfecto. "Hab¨ªa una alegr¨ªa en general porque en alg¨²n lugar del mundo hab¨ªa gente haciendo algo importante, y adem¨¢s estaban utilizando Twitter", recuerda Stone. Pero no quiere hablar de las llamadas twitterrevoluciones.
"Creo que tiene que ver con las personas, no con Twitter. Es solo una herramienta. Siempre hemos valorado el intercambio abierto de informaci¨®n y Twitter ayuda a hacer eso porque conecta a las personas. La gente es inteligente y si le das una herramienta que le ayude a demostrarlo, la utilizar¨¢n todos los d¨ªas".
En julio de 2006, el blog de tecnolog¨ªa TechCrunch publicaba una de las primeras noticias dedicadas a Twitter. El autor critic¨® que la mayor parte de los usuarios no querr¨ªan "que todos sus mensajes aparezcan en una p¨¢gina accesible a cualquiera".
"Ese era precisamente el secreto", recuerda Miguel R¨ªos. "Cuando Stone y Williams lanzaron Blogger -despu¨¦s lo comprar¨ªa Google- se les critic¨® diciendo que aquello no ir¨ªa a ninguna parte, pero todos empezamos a escribir blogs". Lo mismo ha sucedido con Twitter.
Es uno de los muchos empleados que parece estar disfrutando del trabajo de su vida. Admiraba a los fundadores por "su visi¨®n del futuro" antes de hacer unas pr¨¢cticas de verano en Twitter. Le ofrecieron un puesto de trabajo o terminar su tesis doctoral con el patrocinio de Twitter. Dej¨® el doctorado y se mud¨® a San Francisco.
Ahora lo mismo charla con Stone en la comida que se encuentra con el presidente ruso Dmitri Medv¨¦dev -visit¨® la sede para abrir su cuenta de usuario- o con Lady Gaga, que hace unas semanas pidi¨® hablar con los programadores. "Aqu¨ª nunca sabes lo que te va a pasar", dice R¨ªos.
Jenna Sampson abandon¨® Yahoo! por Twitter. Lleg¨® cuando apenas hab¨ªa una veintena de trabajadores. "?Biz Stone estaba en la entrevista!", recuerda. El crecimiento de Twitter sorprendi¨® a los fundadores, que no ten¨ªan departamento de recursos humanos. La juventud parece uno de los requisitos. Desde primera hora de la ma?ana desfilan treinta?eros con el uniforme de cualquier empresa de tecnolog¨ªa plantada en California: vaqueros, zapatillas y camiseta. Tampoco falta el port¨¢til a mano ni la bicicleta aparcada a la entrada.
?Hay alguna condici¨®n especial para trabajar en Twitter? Sampson recuerda que Stone habl¨® de que "el sentido del humor es la mejor forma de llegar a la verdad". El ambiente relajado parece sellado por contrato. Pueden trabajar en la cafeter¨ªa. La oficina es un espacio abierto y tranquilo, los ejecutivos no tienen despacho y no hay tel¨¦fonos ni papel.
"No quieren que nadie se tome este trabajo demasiado en serio", comenta. Durante la ma?ana en que se realiza este reportaje circulan rumores de que Twitter no tiene capacidad en sus servidores para alojar todos los mensajes sobre la boda real en Londres. La cuenta oficial de la compa?¨ªa publica una foto de Stone reservando un servidor. Otros tres ya est¨¢n ocupados por Justin Bieber y otro por Lady Gaga.
Bromas aparte, el ingeniero Abdur Chowdhury, que cre¨® el sistema de b¨²squedas de Twitter en otra empresa antes de que lo hicieran Stone, Williams o Dorsey, reconoce sin dejar de sonre¨ªr que sienten cierta intimidaci¨®n. "Tenemos mucha presi¨®n para construir lo que sabemos que es posible. Hay mucho ruido ah¨ª fuera, pero tienes que asumirlo y seguir adelante".
Parte de esa presi¨®n viene de los usuarios en Twitter, que han llegado a inventar facetas en las que no pensaron sus inventores y determinan la direcci¨®n que toma la red.
En agosto de 2007, Chris Messina sugiri¨® utilizar el s¨ªmbolo # -hashtag o etiqueta- para identificar palabras clave de un mensaje. Los creadores de Twitter decidieron incorporarlo. Lo mismo ocurri¨® con otros protocolos ya cl¨¢sicos: usar la @ para mencionar a otro usuario o las siglas RT, retweet, para indicar que reenv¨ªan el mensaje de otra persona.
Una de las facetas de Twitter que m¨¢s curiosidad ha despertado entre los usuarios son los trending topics, los temas m¨¢s calientes del momento, inventados tambi¨¦n por Chowdhury. "Estaba en un tren mirando datos en el ordenador e intentando averiguar de qu¨¦ hablaba la gente en Twitter. Empec¨¦ a ver las palabras Roma, Londres, Par¨ªs... y result¨® ser gente hablando del trayecto de la antorcha ol¨ªmpica por Europa. Es como ver el mundo a trav¨¦s de los ojos de los usuarios".
En noviembre de 2010, la web de filtraciones Wikileaks y cinco diarios -entre ellos, EL PA?S- publicaron documentos secretos del Departamento de Estado norteamericano. La palabra Wikileaks aparec¨ªa en miles de mensajes, pero no fue trending topic y algunos acusaron a Twitter de manipular las listas.
"Entran muchos factores en juego, no solo la repetici¨®n de una palabra", Chowdhury no quiere dar m¨¢s informaci¨®n sobre el algoritmo que determina los temas del momento. "La primera versi¨®n hizo que la palabra Christmas [Navidad] fuera trending topic durante seis semanas. Deber¨ªan haberme despedido por eso".
Los usuarios tambi¨¦n han contribuido con ideas que no hab¨ªan pasado por la cabeza de ninguno de los empleados de Twitter. Uno de ellos puso un sensor en el vientre de su mujer embarazada. Cada vez que el beb¨¦ da una patada, ¨¦l recibe un tuit. Universitarios de Ohio han logrado que las lavadoras de los dormitorios env¨ªen un mensaje cuando una queda libre. "Su creatividad les permite solucionar problemas. Nosotros solo proporcionamos la plataforma", dice Chowdhury.
Los ingenieros han mejorado durante el ¨²ltimo a?o los sistemas de b¨²squedas y recomendaciones. Cada vez vemos menos la fail whale, una ballena tan famosa como el parajillo del logo y protagonista cuando falla el sistema. El reto sigue siendo el mismo: la avalancha de informaci¨®n. Twitter produce a cada segundo el equivalente a dos iPods, unos 16 gigabytes, llenos de m¨²sica.
El mensaje n¨²mero mil millones tard¨® en llegar tres a?os, dos meses y un d¨ªa. Ahora tarda una semana. Cada texto es enviado a una media de 450 usuarios. Hay unos 155 millones de mensajes diarios. Durante el ¨²ltimo mes, casi medio mill¨®n de personas se registran cada d¨ªa. El ¨²ltimo r¨¦cord lo bati¨® Jap¨®n el pasado 11 de marzo, despu¨¦s del terremoto. Al d¨ªa siguiente se registraron 572.000 personas. Para Chowdhury, la respuesta es obvia: "?Necesitamos m¨¢s ingenieros!".
Stone coincide en que uno de los desaf¨ªos a partir de ahora es mejorar la experiencia de los usuarios. "El reto es mejorar en la entrega de informaci¨®n. Puede que un usuario siga a ciertas personas, pero nosotros sabemos que hay m¨¢s contenido ah¨ª fuera que puede interesarle. Queremos aprender a hacer esto mejor, pero llevar¨¢ tiempo".
De esa visi¨®n depende tambi¨¦n la financiaci¨®n de la empresa. Hasta hoy viven de inversiones de capital privado que han llegado a valorar Twitter en 4.700 millones de euros. Stone no comenta cifras. Pero da pistas.
En 2010 lanzaron los "tuits promocionados", mensajes-anuncio en 140 caracteres por los que pagan las empresas. "Creemos que tienen la oportunidad de escuchar lo que piensan sus clientes. Nuestro modelo de financiaci¨®n se basa en esto: las marcas est¨¢n obteniendo un valor de Twitter de forma que despu¨¦s puedan servir mejor a sus clientes".
Cuando Jack Dorsey pens¨® en Twitter hace cinco a?os, el prototipo ten¨ªa como finalidad compartir mensajes en grupo y a trav¨¦s de tel¨¦fonos m¨®viles. Los 140 caracteres responden al protocolo internacional para SMS: 160 caracteres, menos 20 que reservaron para el nombre del usuario.
Twitter acab¨® despegando en la Red y solo ahora, con la proliferaci¨®n de tel¨¦fonos m¨®viles conectados a Internet en todo el mundo, imaginan un futuro en el que vuelvan a ser su principal soporte. "Hay 6.000 millones de personas, 5.000 millones de tel¨¦fonos m¨®viles, casi 1.000 millones tienen acceso a Internet. Podemos construir una red que los conecte a todos. El ¨¦xito de Twitter depender¨¢ de que forme parte de tu vida".
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