?Qui¨¦n es el nazi?
Le ha ca¨ªdo a Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, el exportavoz del Gobierno de Aznar, una multa de 30.000 euros por llamar nazi en un programa de televisi¨®n al doctor Montes. El insulto, vino a decir el ahora condenado, lo profiri¨® por el bien del espect¨¢culo.
As¨ª de ligero y absurdo resulta el mundo de hoy. Pero el hecho de que le calificara con ese apelativo no es tonter¨ªa, sino toda una traici¨®n del inconsciente. M¨¢s que en Mengele o en Himmler, Rodr¨ªguez quiz¨¢s pensaba en Goebbels. Los nazis no solo pasaron a la historia por su crueldad y sus masacres, tambi¨¦n han sido bien conocidos por sus m¨¦todos de comunicaci¨®n. Y de eso sabe mucho Rodr¨ªguez. Tambi¨¦n el Gobierno de quien fue miembro y el partido pol¨ªtico en que milita, muy entregado a la m¨¢xima nacionalsocialista implantada precisamente en materia de propaganda por ese siniestro hitleriano. La consigna ven¨ªa a decir: una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.
Repicar infundios hasta que cuajen es la estrategia innoble de un partido parapetado en la mentira
En esto, el PP, con Rodr¨ªguez en sus tiempos de ni?o bonito de Aznar y ahora, con sus huestes, su martillo medi¨¢tico, su exl¨ªder echando mierda encima cuando sale al extranjero y su secretaria general denunciando la manipulaci¨®n actual de RTVE -quien no recuerda a Urdaci-, o sus halcones insistiendo en equiparar al Gobierno con ETA, no tienen medida ni parang¨®n. Como tampoco lo han tenido todos estos a?os atr¨¢s. Primero con un exmandatario, incapaz de rectificar su error despu¨¦s ni pedir perd¨®n, que nos envi¨® a la guerra de Irak convenci¨¦ndonos de que hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva.
Una mentira urdida por sus compinches Bush, Blair y no nos olvidemos del magnate Rupert Murdoch, que le ha sentado como consejero en su grupo, uno de cuyos medios, The Wall Street Journal, lanz¨® el bulo para confundir a la opini¨®n p¨²blica. Lo han contado de maravilla en Hollywood con pel¨ªculas como Green Zone o Caza a la esp¨ªa. ?Cu¨¢ndo un cineasta espa?ol agarrar¨¢ por los cuernos con el mismo ¨¢nimo de denuncia el 11-M y rodar¨¢ algo similar? Falta mucho en este pa¨ªs todav¨ªa para estar a la altura de las circunstancias en ese sentido, tanto que cacarea el mundo del cine para otras chorradas.
Todav¨ªa hoy es el d¨ªa en que viajas por el mundo y gente poco sospechosa de poder votar al PP te suelta que el atentado de Atocha fue obra de ETA. Es decir, que la t¨¦cnica de Goebbels les ha resultado beneficiosa incluso en el extranjero despu¨¦s de que se haya probado una y otra vez que fue obra de los islamistas. Repicar infundios hasta que cuajen es la estrategia torticera e innoble de un partido parapetado en la mentira y la bronca como m¨¦todo enfermizo y est¨¦ril. Y uno se pregunta, como Mou, por qu¨¦. M¨¢s cuando los resultados no les secundan como esperan.
Pero siguen. No hay m¨¢s que escuchar, por ejemplo, a Esperanza Aguirre fardando de limpieza en sus listas electorales. Por mucho que presuma de ello, la realidad es que se le han colado algunos imputados en la trama G¨¹rtel, aunque ella diga que lo est¨¢n por tonter¨ªas. Tampoco nadie en su sano juicio puede creer a pies juntillas que los m¨¦todos de alcaldes ac¨®litos y consejeros de su Gobierno con barra libre para hacer y deshacer, como en su d¨ªa L¨®pez Viejo, actuaran a espaldas de la todopoderosa presidenta del partido en la Comunidad de Madrid. Lo que s¨ª tiene m¨¦rito es la rapidez con la que ha fulminado a los m¨¢s notables una vez se ha descubierto su hipot¨¦tico pringue. Pero mientras no salt¨® el esc¨¢ndalo, bien que les proteg¨ªa. Sospechoso, ?o no?
Al PP no debe confundirle que su ceguera en esos asuntos, con una estrategia de la que solo participan sus votantes m¨¢s fan¨¢ticos pero no aquellos potenciales m¨¢s centrados que son quienes al final les hacen ganar en las urnas, le vaya a salir a cuenta. El ejemplo de lo contrario lo tienen dentro.
Uno no acierta a comprender que no prefieran seguir la l¨ªnea m¨¢s moderada de Gallard¨®n. El alcalde no se mete jam¨¢s en esos berenjenales y entre otras cosas, precisamente por eso, es el l¨ªder del partido m¨¢s valorado en todas las encuestas. ?Cu¨¢ndo lo entender¨¢n? Es cuesti¨®n de cifras. Con echarlas un vistazo enmendar¨ªan sus torpes patinazos y sus escasas luces. Por mucho que algunos les jaleen desde esas trincheras medi¨¢ticas en las que cada d¨ªa el fantasma de Goebbels inspira mensajes delirantes sin importarles la cada vez m¨¢s ligera credibilidad que les inspira la simple y llana realidad.
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