Los trabajadores entran por primera vez en la nuclear de Fukushima
La instalaci¨®n de un sistema de ventilaci¨®n facilita los trabajos en la central
El edificio del reactor de Fukushima dej¨® ayer de estar vedado a los ingenieros. Al menos durante 40 minutos. Trece expertos (dos de la el¨¦ctrica Tepco y 11 subcontratados) entraron equipados contra la radiaci¨®n para instalar un sistema de ventilaci¨®n que permita renovar el aire y reducir la contaminaci¨®n en el interior. La intenci¨®n de la el¨¦ctrica es mantener la extracci¨®n de aire durante unos tres d¨ªas para luego comenzar a instalar un nuevo sistema de refrigeraci¨®n del reactor, cuyo n¨²cleo est¨¢ fundido en un 55%.
Desde que el pasado 12 de marzo una explosi¨®n de hidr¨®geno revent¨® el edificio del reactor n¨²mero uno, nadie hab¨ªa podido acceder a los edificios de la nuclear y las tareas se realizaban desde el exterior. El 17 de abril, dos robots de EE UU entraron en los edificios y midieron una radiactividad de entre 10 y los 49 milisievert a la hora. Pero desde entonces la dosis en la central ha ido bajando y eso ha permitido la entrada.
Si todo va bien, en 2012 se lograr¨¢ enfriar los reactores de la planta
Durante una hora y media, en grupos peque?os conectaron ocho tubos de 30 cent¨ªmetros de di¨¢metro para succionar el aire contaminado y filtrarlo hacia el exterior. La el¨¦ctrica que opera la central, Tepco, asegura que en tres d¨ªas espera filtrar el 95% del aire.
Seg¨²n la empresa, los trabajadores recibieron una dosis de unos 2,8 milisievert durante la operaci¨®n, una dosis equivalente a recibir 280 radiograf¨ªas de t¨®rax. El m¨¢ximo anual para un trabajador nuclear en circunstancias normales es de 20 milisievert al a?o (o 50 si los a?os siguientes recibe menos dosis de forma que la media en cinco a?os no supere los 20 milisievert). Pero Jap¨®n ha elevado ese l¨ªmite hasta los 250 milisievert debido a la emergencia nuclear de Fukushima.
De los empleados, 11 han recibido entre 100 y 150; ocho entre 150 y 200 y dos entre 200 y 250, cifra a partir de la cual se prev¨¦n efectos sobre la salud.
La entrada en el reactor es un paso adelante en el largo camino hasta llevar la central a parada fr¨ªa, en la que la temperatura en el reactor est¨¢ por debajo de 100 grados y el agua no hierve. Para eso, Tepco ha anunciado que necesitar¨¢ trabajar hasta 2012. "Las cosas avanzan de forma constante, una a una, y este es un primer paso", declar¨® en rueda de prensa el portavoz de Tepco, Junichi Matsumoto. Este insisti¨® en que ya conoc¨ªan la situaci¨®n en el interior y que los que entraron "no eran suicidas".
La elevaci¨®n de dosis para los trabajadores de la nuclear gener¨® pocas cr¨ªticas cuando la anunci¨® el Gobierno de Tokio. Con un l¨ªmite m¨¢s estricto apenas habr¨ªan podido ni acercarse a la central.
No ha ocurrido lo mismo con la decisi¨®n del Ejecutivo de elevar desde 1 milisievert al a?o hasta 20 la dosis para el p¨²blico, incluidos los ni?os, en la prefectura de Fukushima. Con ese cambio, los ni?os podr¨¢n recibir la misma dosis que un trabajador nuclear europeo.
La medida fue inicialmente criticada por Greenpeace. Aunque el Gobierno de Jap¨®n esgrime el apoyo de la Comisi¨®n Internacional de Protecci¨®n Radiol¨®gica, el pasado 29 de abril, el primer ministro, Naoto Kan, recibi¨® un severo rev¨¦s por esa pol¨ªtica. Uno de sus asesores, Toshiso Kosako, experto en medidas antiradiaci¨®n de la Universidad de Tokio, dimiti¨® con un portazo y, entre otras cosas, critic¨® el nivel de radiaci¨®n admisible en las escuelas. Ese l¨ªmite, dijo, "no es coherente con los datos internacionales y lo fij¨® la Administraci¨®n en funci¨®n de sus intereses", declar¨®, seg¨²n la agencia oficial Kyodo.
La radiaci¨®n ha ido principalmente hacia el noroeste y Tokio ha extendido la evacuaci¨®n a pueblos de esa zona incluso a 40 kil¨®metros de la nuclear de Fukushima. Fuera de esa zona quedan ciudades, como Koriyama, Iwaki y Fukushima, de m¨¢s de 300.000 habitantes cada una.
En ese ¨¢rea, fuera de la zona de exclusi¨®n pero con dosis hasta 20 veces superiores a los niveles normales, los colegios han restringido -a veces incluso prohibido- la salida de los alumnos al patio. Muchos padres han mandado a sus hijos lejos, con familiares al sur del pa¨ªs. En Koriyama, al noroeste de la central, los colegios han comenzado a retirar la primera capa de tierra del patio de los colegios para reducir la exposici¨®n radiactiva.
El Gobierno inicialmente apunt¨® que limitar¨ªa la dosis a 10 milisievert al a?o, "pero result¨® que si lo hac¨ªa as¨ª buena parte de las escuelas de Koriyama y Fukushima tendr¨ªan que cerrar", seg¨²n un profesor de Tokio experto en radiaci¨®n.
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