Amazon se enfrenta al absurdo
Una de las grandes bazas de la principal tienda online, Amazon, son las matem¨¢ticas. Gracias a sus ecuaciones, pueden recomendar a usuarios productos que ni sab¨ªa que exist¨ªan o fijar autom¨¢ticamente el precio de un producto de segunda mano en su mercadillo electr¨®nico. Esta ¨²ltima fue la que provoc¨® que, la semana pasada, un libro de 1992 sobre la evoluci¨®n de la mosca valiera los mismos 16 millones de euros que cuesta, por ejemplo, una mansi¨®n en el centro de Manhattan.
La ecuaci¨®n parte del precio del producto en otras tiendas y ajusta su valor en Amazon. Pero tambi¨¦n a?ade un porcentaje de beneficio para el comprador. Con esa simple premisa, dos due?os de The making of a fly -un tratado descatalogado desde hace a?os, pero preciado Grial entre los estudiosos del di¨®ptero- lo pusieron en entredicho: uno pidi¨® 0,998 veces m¨¢s que su principal rival. El otro, 1,127. El precio de uno sub¨ªa el del otro autom¨¢ticamente. Mill¨®n y medio de d¨®lares al d¨ªa.
"Amazon sigue pensando que el m¨¢ximo beneficio est¨¢ en los n¨²meros"
Este es solo otro ejemplo de los problemas de Amazon para adaptarse al nuevo comercio electr¨®nico. Otrora pionera en la compra online, vivi¨® en abril un mes negro para sus nuevas iniciativas. A principios de mes se incorporaba al bullente mercado de las aplicaciones para smartphones con una tienda de aplicaciones para Android. A las dos semanas, la Asociaci¨®n Internacional de Creadores de Videojuegos (IGDA por sus siglas en ingl¨¦s) les castigaba por reservarse el derecho a cambiar a su antojo (l¨¦ase, a la baja) el precio de programas que son propiedad de los creadores. "Ninguna otra tienda hace esto a quienes la nutren de contenido", se lamenta la IGDA en un comunicado. "Si sienta precedente, los problemas que nos puede suponer son incalculables".
Tambi¨¦n hace dos semanas, Publishers Weekly denunciaba una situaci¨®n parecida en su tienda de libros electr¨®nicos para Kindle, la ni?a bonita del cat¨¢logo. "Cobra lo que otras no cobran: una tarifa de 15 c¨¦ntimos por megabit a la hora de descargar un libro", explica Todd Allen, editor de c¨®mics electr¨®nicos y profesor de e-commerce en la Universidad de Columbia. "Lo cual no ata?e a novelas, que no son m¨¢s que texto en blanco. Eso suma unos dos o tres megas. Pero en cuanto se intenta descargar un c¨®mic, lleno de im¨¢genes en color, multiplica el precio. Los creadores tienen que modificar el contenido de sus obras para abaratarlas"
"El rol del e-commerce est¨¢ cambiando", sentencia Michael Geist, profesor de la materia en la Universidad de Ottawa. "Antes la tienda prove¨ªa. Ahora ha de albergar lo que ofrecen due?os de rarezas, autores o m¨²sicos sin editorial y programadores de aplicaciones... Ah¨ª est¨¢ el potencial del comercio electr¨®nico. Y Amazon sigue pensando que el m¨¢ximo beneficio est¨¢ en los n¨²meros, no en mimar a los vendedores".
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