Entre dos aguas

Narrativa. El t¨ªtulo en la ¨²ltima novela del escritor colombiano Plinio Apuleyo Mendoza (1932, Tunja, Bocay¨¢) apunta a la condici¨®n de su narrador, Mart¨ªn Ferreiras, un poeta y periodista latinoamericano que vino a Europa siendo joven y donde ha terminado pasando m¨¢s tiempo que en su Am¨¦rica natal. Tambi¨¦n se encuentra entre dos aguas la novela que escribe cuando, a ra¨ªz de la muerte de su hermano, regresa a Colombia y se reencuentra con su pasado. En un primer momento la historia navega por las aguas de la autobiograf¨ªa. El Mart¨ªn que vuelve es un hombre maduro, melanc¨®lico y aquejado de nostalgia. Posiblemente sea ese tono vital bajo el que contagia la narraci¨®n de cierta morosidad, hasta el punto de que ¨¦l mismo llega a afirmar: "No quiero ahora dejar que de nuevo el periodista, que pese a todo nunca he dejado de ser, se entrometa en estas p¨¢ginas". Pero pese a conjurarlo, la presencia de ese periodista abatido se detecta en que prefiere narrar los sucesos -la di¨¦gesis- a mostr¨¢rnoslos -la m¨ªmesis-, y tambi¨¦n en que soslaya la importancia de seleccionar los materiales biogr¨¢ficos que convienen al relato. La cuesti¨®n te¨®rica de fondo ser¨ªa la de si cabe poner un l¨ªmite a los materiales en el g¨¦nero de las memorias. Tal vez no. En Entre dos aguas, el l¨ªmite lo impone la presencia de un relato paralelo casi policiaco, en donde a Mart¨ªn le toca el papel de detective que investiga el posible suicidio de su hermano. Un hermano coronel sobre el que pesa la acusaci¨®n, por parte de una ONG, de dar muerte a doscientos campesinos. Esta historia desmonta viejos clich¨¦s maniqueos, como el del buen guerrillero y el p¨¦rfido militar, sin renunciar a la presencia de un antagonista astuto (el padre Garrido) ni a la de un tr¨¢gico judas (Jacinto Le¨®n Jim¨¦nez). Parece como si ante tanta muerte y tanta intriga, la vida de un poeta latinoamericano arraigado en Europa no resultase de mucho fuste. Una vez m¨¢s, en el eterno debate de las armas y las letras ganan las primeras. O al menos eso podr¨ªa parecer hasta que el narrador se decide a ofrecernos el hermoso relato de su enamoramiento de Irene, la que fue su esposa, y entonces s¨ª, el amor todo lo vence. En este caso adem¨¢s lo equilibra, y las dos historias se sincronizan para alcanzar un final vibrante y poderoso, emocionante y conmovedor.