Problemas que son oportunidades
Para saber si seguimos anclados en el victimismo o, por el contrario, estamos entrenando el m¨²sculo de la responsabilidad, basta con verificar c¨®mo estamos mirando e interpretando nuestras circunstancias: como "problemas" o como "oportunidades". El hecho de que percibamos la realidad de una manera u otra es determinante para comprender por qu¨¦ nuestras vidas son como son, y por qu¨¦ a nivel emocional estamos obteniendo unos determinados resultados.
Frente a esta dicotom¨ªa, es interesante se?alar que un problema es cualquier cosa, situaci¨®n o persona que provoca que nos perturbemos a nosotros mismos. Empecemos con un caso sencillo y cotidiano: imaginemos que tenemos un amigo muy impuntual, que suele llegar 15 minutos tarde cada vez que quedamos con ¨¦l. Como cualquier otra acci¨®n, la impuntualidad no es buena ni mala; eso s¨ª, tiene consecuencias. De ah¨ª que estos juicios morales dependan de nuestra forma de verla e interpretarla. En funci¨®n de qu¨¦ opini¨®n tengamos acerca de la impuntualidad -y de c¨®mo esta nos haga sentir- puede que consideremos este hecho como un problema.
"Problema es todo aquello que hace que nos perturbemos a nosotros mismos porque no lo aceptamos como tal y en ese momento"
Curiosamente, hay quienes ven esta situaci¨®n con otros ojos y no se molestan ni se enfadan cuando esta persona se retrasa nuevamente. Aceptan y respetan la conducta de su amigo. El verdadero problema jam¨¢s se encuentra en nuestras circunstancias, sino en nuestra mente. La ra¨ªz de nuestras perturbaciones reside en nuestros pensamientos. Y estos, en nuestras creencias limitadoras y err¨®neas de c¨®mo deber¨ªan ser las cosas.
LA VIDA COMO APRENDIZAJE
"Aquello que no eres capaz de aceptar es la ¨²nica causa de tu sufrimiento" (Gerardo Schmedling)
Cada vez que nos topemos con un problema, podemos empezar a verlo como lo que en realidad es: una oportunidad de aprendizaje. Lo cierto es que este enfoque m¨¢s constructivo nos permite cuestionar las limitaciones internas que nos llevan a interpretar lo que sucede de forma subjetiva y egoc¨¦ntrica. As¨ª, la pr¨®xima vez que nuestro amigo llegue tarde a su cita -por seguir con este ejemplo- podemos recordarnos que no es su acci¨®n, sino nuestra propia manera de interpretarla, la causa de nuestro malestar.
As¨ª es como tarde o temprano verificamos que en realidad no hay problemas. Sin embargo, lo que s¨ª existen son los procesos. Es decir, que todo lo que forma parte de la vida -incluy¨¦ndonos a nosotros mismos- est¨¢ en su propio proceso de desarrollo y evoluci¨®n. El problema simplemente lo creamos en nuestra mente cuando luchamos y entramos en conflicto con personas y situaciones con las que no estamos de acuerdo. En este sentido, el hecho de que nos perturbe que nuestro amigo sea impuntual es nuestro problema.
Adem¨¢s, esta revelaci¨®n nos har¨¢ comprender que no se trata de cambiar lo externo (el hecho), sino de modificar lo interno. Es decir, nuestra actitud frente al hecho. En vez de criticar duramente a nuestro amigo para que haga lo que nosotros consideramos correcto, para que haga lo que nosotros creemos que debe hacer, podemos simplemente aprovechar esta situaci¨®n para aprender a cultivar nuestra felicidad (por medio de la responsabilidad), a preservar nuestra paz interior (por medio de la aceptaci¨®n) y a dar lo mejor de nosotros mismos por medio del servicio. Si lo hacemos, seguramente seremos m¨¢s felices y no nos haremos mala sangre por la acci¨®n del otro.
Si partimos de la premisa de que tiene derecho a llegar tarde -lo cual no quiere decir que nos guste que lo haga, que estemos de acuerdo ni que lo apoyemos-, lo m¨¢s eficaz es tomar una actitud respetuosa. Y sin necesidad de perturbarnos, hacer uso de la imaginaci¨®n y la creatividad para cosechar otro tipo de resultados a nivel emocional. En primer lugar, somos libres para decidir no volver a quedar con ¨¦l, del mismo modo que ¨¦l es libre para seguir llegando tarde. En el caso de que optemos por mantener el v¨ªnculo, podemos quedar con ¨¦l 15 minutos antes de lo previsto, de manera que a pesar de retrasarse llegue a la hora. ?l seguir¨¢ actuando como siempre, y nosotros habremos resuelto un problema que nos afectaba.
FLUIR CON LA VIDA
"Si un problema tiene soluci¨®n, ?para qu¨¦ perturbarse? Y si no la tiene, ?para qu¨¦ perturbarse?" (proverbio chino)
En una aldea viv¨ªa un granjero muy sabio que compart¨ªa una peque?a casa con su hijo. Un buen d¨ªa, al ir al establo a dar de comer al ¨²nico caballo que ten¨ªan, el chico descubri¨® que se hab¨ªa escapado. La noticia corri¨® por todo el pueblo. Tanto es as¨ª, que los habitantes enseguida acudieron a ver al granjero. Y con el rostro triste y apenado, le dijeron: "?Qu¨¦ mala suerte hab¨¦is tenido, para un caballo que pose¨ªais y se os ha marchado!". Y el hombre, sin perder la compostura, simplemente respondi¨®: "Mala suerte, buena suerte, ?qui¨¦n sabe?".
Unos d¨ªas despu¨¦s, el hijo del granjero se qued¨® sorprendido al ver a dos caballos pastando enfrente de la puerta del establo. Por lo visto, el animal hab¨ªa regresado en compa?¨ªa de otro, de aspecto fiero y salvaje. Cuando los vecinos se enteraron de lo que hab¨ªa sucedido, no tardaron demasiado en volver a la casa del granjero. Sonrientes y contentos, le comentaron: "?Qu¨¦ buena suerte hab¨¦is tenido. No solo hab¨¦is recuperado a vuestro caballo, sino que ahora, adem¨¢s, pose¨¦is uno nuevo!". Y el hombre, tranquilo y sereno, les contest¨®: "Buena suerte, mala suerte, ?qui¨¦n sabe?".
Solo veinticuatro horas m¨¢s tarde, padre e hijo salieron a cabalgar juntos. De pronto, el caballo de aspecto fiero y salvaje empez¨® a dar saltos, provocando que el chaval se cayera al suelo. Y lo hizo de tal manera que se rompi¨® las dos piernas. Al enterarse del incidente, la gente del pueblo fue corriendo a visitar al granjero. Y una vez en su casa, de nuevo con el rostro triste y apenado, le dijeron: "?Qu¨¦ mala suerte hab¨¦is tenido. El nuevo caballo est¨¢ gafado y maldito. Pobrecillo tu hijo, que no va a poder caminar durante unos cuantos meses!". Y el hombre, sin perder la compostura, volvi¨® a responderles: "Mala suerte, buena suerte, ?qui¨¦n sabe?".
Tres semanas despu¨¦s, el pa¨ªs entr¨® en guerra. Y todos los j¨®venes de la aldea fueron obligados a alistarse. Todos, salvo el hijo del granjero, que al haberse roto las dos piernas deb¨ªa permanecer reposando en cama. Por este motivo, los habitantes del pueblo acudieron en masa a casa del granjero. Y una vez m¨¢s le dijeron: "?Qu¨¦ buena suerte hab¨¦is tenido. Si no se os hubiera escapado vuestro caballo, no habr¨ªais encontrado al otro caballo salvaje. Y si no fuera por este, tu hijo ahora no estar¨ªa herido. Es incre¨ªble lo afortunados que sois. Al haberse roto las dos piernas, tu muchacho se ha librado de ir a la guerra!". Y el hombre, completamente tranquilo y sereno, les contest¨®: "Buena suerte, mala suerte, ?qui¨¦n sabe?".
LOS PROCESOS VITALES
"La vida nos manda regalos envueltos en problemas" (Juan Carlos de Pedro)
Cada vez m¨¢s seres humanos estamos descubriendo que lo mejor que podemos hacer por la sociedad es estar en paz con nosotros mismos. Porque cuando cultivamos la serenidad en nuestro interior desarrollamos la ecuanimidad, una cualidad muy ¨²til para dejar de sufrir, luchar y entrar en conflicto con los dem¨¢s y nuestras circunstancias. En esencia, la ecuanimidad consiste en ver la realidad como es, y no como nos gustar¨ªa que fuese. As¨ª es como poco a poco dejamos de etiquetar las cosas como blancas o negras, y empezamos a mirarlas con m¨¢s objetividad y neutralidad, percibiendo la infinidad de matices grises que existen entre uno y otro extremo.
En este sentido, que nuestro amigo sea impuntual no es un problema. Es solo un proceso. Que nos despidan del trabajo tampoco es un problema. Es un proceso. Y lo mismo ocurre cuando nos deja nuestro compa?ero sentimental. Tambi¨¦n es un proceso. Ni siquiera el hecho de que muera un ser querido es un problema. Por m¨¢s que nos victimicemos y suframos al afrontar este tipo de situaciones, ninguna de ellas es un problema. Todas son procesos. Y estos no tienen soluci¨®n, solo un comienzo y un final.
?Qu¨¦ sabemos acerca de las cosas que nos pasan? Lo que hoy determinamos que es malo, ma?ana puede convertirse en algo bueno. Y viceversa: lo que hoy valoramos como bueno, ma?ana puede derivar en algo malo. Quiz¨¢ nuestro amigo ha de llegar tarde muchas veces para comprobar por s¨ª mismo que esta conducta acarrea consecuencias perjudiciales en su red de relaciones. Y en base a esta comprensi¨®n decidir disciplinarse, entrenando as¨ª el respeto para con los dem¨¢s. Quiz¨¢ hemos de pasar por la experiencia del paro para reflexionar acerca del rumbo que hab¨ªa tomado nuestra vida laboral. Quiz¨¢ hemos de vivir una ruptura sentimental para verificar que somos excesivamente dependientes. Y por consiguiente, aprender a amarnos m¨¢s a nosotros mismos para ser m¨¢s independientes emocionalmente.
Por m¨¢s doloroso que resulte, la muerte de un ser querido nos hace despertar, llev¨¢ndonos a valorar m¨¢s la vida y todo lo que en ella acontece. Hasta que no nos sucede alguna experiencia verdaderamente adversa y desfavorable, en general no abandonamos nuestra zona de comodidad. Esta es la esencia de la resiliencia, la capacidad de aprovechar circunstancias adversas para madurar.
De ah¨ª que haya seres humanos que -al haberse responsabilizado en descubrir el aprendizaje oculto e inherente a cualquier experiencia- miren hacia atr¨¢s y solo tengan palabras y sentimientos de agradecimiento. Porque, qui¨¦n sabe, quiz¨¢ han sido precisamente estas situaciones complicadas y desfavorables las que nos han llevado a adentrarnos en un proceso existencial que nos ha permitido convertirnos en quienes est¨¢bamos destinados a ser.
PARA VER LAS OPORTUNIDADES
1. LIBRO
- 'El mundo sobre ruedas', de Albert Casals (Mart¨ªnez Roca Ediciones). Este libro autobiogr¨¢fico narra las experiencias del autor, un joven paral¨ªtico de 18 a?os que viaja solo y sin dinero por todo el mundo. En sus p¨¢ginas se muestra de forma contundente c¨®mo nuestra manera de mirar y de afrontar lo que nos sucede es lo que determina nuestro bienestar o nuestro malestar.
2. DOCUMENTAL
- 'Redescubrir la vida', de Anthony de Mello. En esta conferencia p¨®stuma, este sabio hind¨² explica de forma amena y sencilla c¨®mo entrenar el discernimiento y la comprensi¨®n para dejar de hacer interpretaciones egoc¨¦ntricas de la realidad. Puede verse de forma gratuita y con subt¨ªtulos en castellano en la web http://www.taringa.net/posts/videos/7973740/Redescubrir-la-vida_-Anthony-de-Mello.html.
3. M?SICA
Cualquier disco del grupo island¨¦s Sigur R¨®s. Sus canciones instrumentales son una invitaci¨®n para detenernos unos instantes, relajarnos y aprender a relativizar las cosas que nos pasan, adquiriendo una nueva perspectiva m¨¢s sabia y comprensiva.
?QUI?NES SON NUESTROS MAESTROS?
Si decidimos ver la vida como un continuo proceso de aprendizaje, empezamos, casi sin darnos cuenta, a mirar e interpretar a las personas que nos rodean de una manera m¨¢s sabia y constructiva. Ya no juzgamos ni criticamos lo que nos molesta de los dem¨¢s, sino que tratamos de comprender qu¨¦ tiene que ver con nosotros. Un "maestro" es "cualquier persona cuya presencia, actitud y comportamiento provocan que nos perturbemos a nosotros mismos". En vez de adoptar la postura victimista de tratar de cambiar a los dem¨¢s, verlos como maestros es una invitaci¨®n para cambiarnos a nosotros mismos, un aprendizaje.
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