Emoci¨®n compartida
Ya han pasado m¨¢s de 24 horas desde el desgraciado accidente en el que nos ha dejado para siempre Wouter Weylandt, pero las emociones a¨²n siguen fluyendo lentamente. Y pausadamente se van acumulando en lo m¨¢s profundo, por lo que tendremos que hacernos a la idea de que durante las tres semanas que quedan de carrera ser¨¢n muchos los posos que saldr¨¢n a relucir.
En el pelot¨®n, si anteayer fue un d¨ªa duro por el golpe recibido con la noticia, ayer lo fue igualmente por la emoci¨®n compartida. El grupo se someti¨® a una catarsis colectiva, purificando p¨²blicamente la pena compartida por la p¨¦rdida de un amigo, un compa?ero o un conocido, lo mismo da. Pero un miembro m¨¢s de la familia ciclista entendida en el ¨¢mbito m¨¢s emotivo. Ayer todos eran Wouter y su dolor estaba con ¨¦l, pues todos sab¨ªan que le pod¨ªa haber sucedido lo mismo a cualquiera de ellos.
Tambi¨¦n para m¨ª, al igual que para todos los amigos que tengo en ese pelot¨®n, fue un d¨ªa dif¨ªcil. Yo pensaba en Tom Stamsnijer, compa?ero m¨ªo en el Rabobank en el Giro de hace dos a?os, compa?ero ahora de Weylandt en el Leopard en este Giro. Una no fue suficiente Tom, te ha tocado ahora sufrir todav¨ªa otra m¨¢s y a¨²n m¨¢s dura. O en Luca Guercilena, mi exdirector en Quick Step y ahora director del Leopard, equipo al que hab¨ªa llegado junto a Wouter. Luca, todo mi coraz¨®n esta hoy con vosotros, le dije aunque ¨¦l ya lo sab¨ªa.
Y me acordaba mucho de Ardila, Menchov y Kozonchuk, compa?eros m¨ªos de equipo en esta carrera hace ahora dos a?os. Tambi¨¦n ellos estaban pasando por mi mismo trance, el de verte obligado por las circunstancias a retrotraerte y revivir de ese modo unos recuerdos deliberadamente olvidados.
Yo, personalmente, hoy lo comentaba con varios amigos, me he visto cayendo en un bache que ni siquiera me imaginaba que exist¨ªa en mi camino. Y aqu¨ª estoy ahora, tratando de salir de ¨¦l. Siempre mir¨¦ hacia adelante, las circunstancias y mi situaci¨®n as¨ª lo exig¨ªan, y nunca quise volver la vista atr¨¢s. En los momentos m¨¢s complicados, no pod¨ªa dejar que me abandonase ese optimismo vital que siempre me hab¨ªa acompa?ado. Y en ello concentr¨¦ toda mi energ¨ªa, haciendo todo lo mejor que pudiese. Pero lo ocurrido en torno a este fat¨ªdico accidente ha hecho que inevitablemente mi cabeza se haya vuelto y haya tenido que mirar a los ojos a ciertos recuerdos que ni sab¨ªa que exist¨ªan. Ah¨ª estaban ellos con el diente afilado esperando un momento como este. Por eso que hoy, en mi ¨ªntimo sufrimiento, he decidido aislarme del mundo y dejar que mi tel¨¦fono echase humo. No quer¨ªa la m¨¢s m¨ªnima dosis de protagonismo, no me lo merec¨ªa. Wouter no est¨¢ entre nosotros y hoy se merece todos nuestros pensamientos. Y yo sufro y eso es se?al de que estoy aqu¨ª, vivo. Pero Wouter, no; Wouter ya ni sufre ni sufrir¨¢. Y eso es triste, muy triste. Descansa en paz, amigo, tal y como ayer te dec¨ªa.
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