Naranjas y sabidur¨ªa
Una de las —saludables— rutinas que tiene un ciclista es la de tomarse un zumo de naranja, a ser posible reci¨¦n exprimido, cada ma?ana. La vitamina C es antioxidante, fortalece las defensas y facilita la absorci¨®n de otras vitaminas y minerales, como el hierro, pensamos ya en un automatismo por tantas y tantas veces que nos lo han repetido.
Y ayer, viendo a los corredores rodando por Sicilia, supongo yo que por la acci¨®n de esas neuronas que almacenan informaci¨®n de olores y sabores y los relacionan con ciertas partes del mundo, me ven¨ªa en todo momento al paladar el sabor de un zumo de esas naranjas rojas sicilianas.
Yo descubr¨ª la naranja roja de Sicilia —las sanguinas— en uno de mis primeros viajes ciclistas al extranjero, precisamente a Italia, el pa¨ªs del Giro. Ser¨ªa 1996 o 1997 cuando fui a correr el Giro de las Regiones formando parte de la selecci¨®n amateur espa?ola. Hasta entonces, para m¨ª, las naranjas siempre hab¨ªan sido naranjas. Me refiero al color. Pero en Italia descubr¨ª que tambi¨¦n hab¨ªa naranjas que por dentro eran rojas y que daban un zumo con un color parecido al de la sangre licuada. Y un sabor peculiar, diferente al que yo estaba acostumbrado, con tonos m¨¢s fuertes y un gusto m¨¢s ¨¢cido.
Ayer, el Giro lleg¨® a Sicilia, subi¨® en dos ocasiones por las faldas del Etna y Alberto Contador hizo que llegase la sangre al r¨ªo. Obviamente, desde un punto de vista deportivo, que bastante tragedia hemos tenido ya en esta carrera y espero que no haya que volver a hablar de sangre en el sentido literal.
As¨ª que no s¨¦ si es el subconsciente quien me traiciona, puede ser. Entre lo ocurrido esta semana y los r¨ªos de tinta que han corrido este invierno con Contador y su sangre, m¨¢s la sangr¨ªa que ha provocado en sus rivales en la etapa siciliana, parece que me est¨¢ saliendo una columna hematol¨®gica. Pero no. Yo solo pretend¨ªa hablar de dos cosas: de mis recuerdos y de lo que ayer he visto sobre la carretera.
De mis recuerdos ya lo he hecho. As¨ª que lo que vi fue que Contador fue el primero en reventar la carrera con un golpe ganador. Un ataque duro y seco, sorprendentemente lejos de la meta —a casi 7 kil¨®metros— y, al parecer, con un fuerte viento soplando. Scarponi y Nibali, despu¨¦s de las declaraciones previas, en las que ambos se animaban a dar un gran golpe de efecto en el Etna, fueron, precisamente por eso, los grandes derrotados de la jornada. Scarponi intent¨® seguirle y revent¨® en el intento. Nibali ni siquiera tuvo fuerzas para intentarlo. Y al cruzar la meta comenz¨® la sangr¨ªa: un primer grupo con Garzelli, Nibali, Kreuziger, Arroyo y Sivtsov, a 50 segundos. Anton, unos segundos m¨¢s tarde. Scarponi, otros pocos m¨¢s, a 1m 7s. Y m¨¢s de 2m a partir del 20? puesto, con Menchov, a 2m 16s, de entre los m¨¢s destacados. Eso m¨¢s los 20 segundos de bonificaci¨®n a favor de Contador.
No s¨¦ si Contador se dio cuenta del detalle, pero su primera victoria en el Giro —la primera, pues en el anterior Giro que gan¨® no consigui¨® ninguna etapa— ha llegado en un lugar llamado Rifugio Sapienza, refugio sabidur¨ªa. Veremos si el nombre resulta prof¨¦tico, pues a¨²n quedan dos semanas de carrera y el juego t¨¢ctico de los equipos italianos promete ser vibrante —Nibali ya lo va anunciando—. Aunque ayer —por si quedaba alguna duda— ha quedado claro el corredor a batir en esta edici¨®n, veremos si es inteligente la decisi¨®n de coger la maglia rosa quedando tanto terreno para las emboscadas. Veremos hasta qu¨¦ punto es cierta la sabidur¨ªa de Riis, patr¨®n de Contador, pues ¨¦l mejor que nadie conoce las fuerzas de su equipo. Y ellos son quienes ahora tienen que defender —m¨¢s a¨²n— a su l¨ªder. En dos semanas saldremos de dudas.
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