Cantinflear
Todas las elecciones municipales llevan unas elecciones generales dentro. La mayor¨ªa de las veces, tambi¨¦n incluyen unas auton¨®micas. Es inevitable en democracia. En cada cita electoral, los partidos pol¨ªticos no se juegan ¨²nicamente el presente. Se disputan, sobre todo, el futuro. Estas elecciones municipales est¨¢n siendo las elecciones menos municipales de la historia. Si uno est¨¢ atento a la campa?a, pareciera que con mi voto voy a hacer alcalde el pr¨®ximo domingo al presidente del Gobierno.
Los comicios los ha planteado en estos t¨¦rminos el principal partido de la oposici¨®n en Espa?a, el PP. Y hay que reconocer que lo est¨¢ consiguiendo. El asunto se ha puesto de tal manera, que el 22 de mayo, en vez de votar al mandatario que tiene que mantener limpia mi calle, todo indica que tengo que elegir al presidente que va a acabar con la crisis econ¨®mica en el mundo, cerrar las fronteras a los inmigrantes en Europa y disolver a Bildu en Euskadi.
El PP ha planteado las municipales como un plebiscito a los ocho a?os de gobierno de Zapatero, y en Andaluc¨ªa, a las tres d¨¦cadas de predominio del PSOE en la Junta. Para los l¨ªderes del PP, todo lo dem¨¢s es accesorio. Con la crisis econ¨®mica y tres frases hechas, Rajoy se ha montado una campa?a electoral sin compromiso de interrupci¨®n. A la petici¨®n de elecciones anticipadas le sigue las municipales, las auton¨®micas y la petici¨®n de nuevo de elecciones anticipadas, con lo que resulta dif¨ªcil conocer en qu¨¦ momento del proceso estamos. Con pocos argumentos m¨¢s, est¨¢ repartiendo consejer¨ªas Javier Arenas. El discurso del PP en Andaluc¨ªa se sustenta en tres propuestas y media, de las que adem¨¢s ofrece escasas explicaciones. El n¨²cleo argumental se resume en una frase: "El fraude de las ayudas p¨²blicas, los ERE, es el mayor esc¨¢ndalo de la democracia". Nunca, con tan poco discurso, se est¨¢ a punto de conseguir tanto.
Cantinflear es un verbo que figura en el diccionario. Y cantinflada es un sustantivo reconocido por la Real Academia de la Lengua, que tambi¨¦n admite otros dos adjetivos con ese mismo origen: cantinflesco y cantinfl¨¦rico. Cantinflear significa hablar de una manera disparatada e incongruente. Y hacerlo de forma que no se dice nada. Como es obvio, el origen viene de Cantinflas, un personaje de pel¨ªcula que populariz¨® una curiosa forma de expresarse.
Las elecciones municipales est¨¢n siendo una cantinflada. Se habla mucho, pero se dice poco. Y se hace, adem¨¢s, en demasiados casos de una manera disparatada e incongruente. Me podr¨¢n reprochar ustedes que tambi¨¦n estoy escribiendo yo mucho para no decir nada nuevo. Puede que sea verdad, pero admitir¨¢n que, en esta ocasi¨®n, se est¨¢n diciendo menos cosas que nunca. La crisis est¨¢ afectando a todo: a la econom¨ªa, a las ideas y a los programas electorales, cuyas promesas parecen de saldo.
La tiesura de los Ayuntamientos ha llevado a los candidatos a realizar menos ofertas que nunca. Los programas son un compendio de ideas sobrantes de comicios anteriores que fueron quedando en el caj¨®n del olvido. La campa?a afronta la recta final sin que tan siquiera haya empezado. Son las municipales en las que menos se ha hablado de la crisis econ¨®mica de los Ayuntamientos, y de la soluci¨®n a unas instituciones que corren el riesgo de quebrar. Tampoco se est¨¢ hablando de las ciudades, cuando discutir el modelo urban¨ªstico que plantea cada opci¨®n pol¨ªtica resulta indispensable para conocer el futuro econ¨®mico que lleva aparejado.
Winston Churchill dec¨ªa que un pol¨ªtico se convierte en estadista cuando empieza a pensar en las siguientes generaciones y no en las siguientes elecciones. Esta frase, que lograr¨ªa la unanimidad de cualquier persona razonable, es lo m¨¢s alejado que existe de la actualidad pol¨ªtica en Espa?a. Aqu¨ª, en vez de estadistas, tenemos pol¨ªticos resultadistas. Y, si me apuran, oportunistas.
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