Roc¨ªo Molina deconstruye el flamenco
La bailaora malague?a estrena 'Vin¨¢tica' en el Teatro Lope de Vega de Sevilla
"Cada uno somos o podr¨ªamos llegar a ser muchos personajes a la vez. A medida que vas creciendo, algunas de esas posibilidades se quedan por el camino. Con el tiempo, ganas conocimiento pero pierdes inocencia", reflexiona Roc¨ªo Molina para intentar explicar la idea central de Vin¨¢tica, el espect¨¢culo que estrenar¨¢ esta noche en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. Con tan solo 26 a?os y una larga lista de premios, entre ellos el Nacional de Danza en 2010, esta creadora, que empez¨® a bailar con tres a?os, ha decidido recuperar las sensaciones de su infancia.
La bailaora y core¨®grafa malague?a confes¨® ayer que se trata del proyecto "m¨¢s duro" al que se ha enfrentado "a todos los niveles".
"Decid¨ª trabajar sobre la deformaci¨®n, la deconstrucci¨®n del movimiento y de la t¨¦cnica. En definitiva, ha sido un acercamiento al error y el trabajo comenzaba corrigiendo ese error. Puede que, por eso, durante los seis meses que hemos estado ensayando ha habido errores continuamente. Mucha gente que ha participado en el montaje, por distintos motivos, no ha podido continuar", explicaba ayer la autora de Cuando las piedras vuelan y Oro viejo.
Vin¨¢tica, el octavo espect¨¢culo que Roc¨ªo Molina realiza con su propia compa?¨ªa y en el que ha colaborado Artegesti¨®n, cuenta con la dramaturgia del escritor italiano Roberto Fratini y est¨¢ inspirado en el vino. "Aunque no existe un argumento, en Vin¨¢tica s¨ª hay una presencia po¨¦tica del vino. Las personas somos, a veces, como el vino: nos avinagramos con el tiempo. Pero el t¨ªtulo tambi¨¦n suena a lun¨¢tica, a g¨®tica...", comenta Roc¨ªo Molina, una de las j¨®venes bailaoras que m¨¢s arriesga en escena y en la que est¨¢n puestas todas las miradas en el mundo del flamenco.
Sobre el escenario desnudo y acompa?ada por la guitarra de Eduardo Trassierra, el cante de Jos¨¦ Angel Carmona y el comp¨¢s de El Oruco, Roc¨ªo Molina interpretar¨¢ canti?as, zambras, seguiriyas, buler¨ªas o livianas; aunque a veces lo haga a ritmo de Chopin.
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