Siria y la responsabilidad de proteger
La adopci¨®n el pasado marzo por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de su resoluci¨®n 1973 persegu¨ªa poner coto a las atrocidades perpetradas por el r¨¦gimen de Gadafi contra su propio pueblo. Signific¨® la aplicaci¨®n pr¨¢ctica del principio de la "responsabilidad de proteger", propiciado desde finales de los a?os noventa por la Asamblea General y por dos secretarios generales de la Organizaci¨®n, el actual Ban ki Moon y su predecesor, Kofi Annan.
El impulso onusiano lo inici¨® Annan en 1998, empe?ado en calificar la protecci¨®n de los civiles como "imperativo humanitario". Eran los a?os inmediatamente posteriores a aquellos en que 800.000 ruandeses fueron masacrados en apenas 100 d¨ªas y en que 5.000.000 de personas perdieron la vida en el Congo, Burundi, Sud¨¢n y ?frica Occidental. Y tambi¨¦n aquellos en que la disoluci¨®n de Yugoslavia caus¨® casi 300.000 muertos y gener¨® un nuevo y siniestro concepto: limpieza ¨¦tnica.
La brutalidad contra civiles sirios ya ha alcanzado niveles superiores al caso libio
Ante un panorama tal, no es de extra?ar que el secretario general y su equipo -esc¨¦pticos sobre los buenos deseos institucionales de la Carta de San Francisco- se movilizaran para procurar evitar que las guerras y los conflictos de ¨ªndole diversa contin¨²en infligiendo a la humanidad sufrimientos indecibles. De ah¨ª que en 2000, Annan proclamara que "si la intervenci¨®n humanitaria es, en efecto, un inaceptable asalto a la soberan¨ªa, ?c¨®mo debemos responder a Ruanda, a Srebrenica, a las graves y sistem¨¢ticas violaciones de los derechos humanos que ofenden a nuestra com¨²n humanidad?".
La doctrina de la responsabilidad de proteger fue asumida por la Asamblea General y, lo que es m¨¢s importante, por el Consejo de Seguridad en su Resoluci¨®n 1674 (2006). Todo ello ha hecho posible la intervenci¨®n en Libia. Ahora bien, ?por qu¨¦ Libia s¨ª y Siria no? ?Acaso hab¨ªa masacres en Libia y no las hay en Siria? Al contrario. La agresi¨®n cruel, despiadada e indiscriminada contra civiles sirios (que ni siquiera disponen de armas, a diferencia de los rebeldes libios) ha alcanzado ya en Siria niveles superiores a los de Libia. Reinan el terror y la crueldad. ?Acaso no hay raz¨®n para invocar y poner en pr¨¢ctica la responsabilidad de proteger, como en Libia?
El cinismo del Gobierno sirio es insultante. Su embajador en la ONU dice que "las autoridades han demostrado m¨¢xima contenci¨®n" y que la violencia, agitada por "fuerzas extranjeras", est¨¢ causada por "grupos extremistas que quieren derribar al Gobierno". Estos d¨ªas se acusa a Occidente de doble moral, de doble rasero: s¨ª en Libia, no en Siria.
Da la impresi¨®n de que Europa y Estados Unidos recelan de una Siria sin la familia Asad. Que Israel prefiere a esta -con la que mantiene desde hace d¨¦cadas una relaci¨®n de ¨²til enemistad contenida- a un impreciso futuro. No obstante, el fracaso de la reuni¨®n sobre Siria del Consejo de Seguridad (29-04-2011) no se debi¨® a "Occidente" sino a "Oriente". En concreto, a China y Rusia, pero sobre todo a esta ¨²ltima, aliada estrat¨¦gica de Siria. Empero, hay que destacar que ambas estuvieron arropadas, entre otros, por Brasil o L¨ªbano, quienes esgrimieron el argumento de la necesaria estabilidad de la zona.
La Resoluci¨®n 1296 (2000) del Consejo de Seguridad estableci¨® que "la deliberada selecci¨®n de poblaciones civiles como objetivo y la comisi¨®n de violaciones sistem¨¢ticas y flagrantes del derecho internacional humanitario (...) pueden constituir una amenaza a la paz y la seguridad internacionales". Pues bien, en la reuni¨®n del Consejo del 29 de abril, el embajador ruso argument¨® que "la actual situaci¨®n en Siria, a pesar del aumento de la tensi¨®n, no representa una amenaza para la paz y seguridad internacionales. La verdadera amenaza para la seguridad regional podr¨ªa producirse como consecuencia de una injerencia externa en Siria".
La reafirmaci¨®n de la responsabilidad de proteger que ha supuesto la resoluci¨®n 1973 no debe ser socavada por la inacci¨®n del Consejo a prop¨®sito de Siria. El papel de la Liga ?rabe fue clave para lograr el consenso en el caso libio. Europa y Estados Unidos deben convencer a los dirigentes ¨¢rabes de que la complicidad o el silencio con un r¨¦gimen que act¨²a como lo hace el de Damasco acabar¨¢ perjudic¨¢ndoles a ellos. No es necesario ser una democracia para desmarcarse de la masacre que est¨¢ cometiendo la familia Asad. Una actuaci¨®n decidida de los Estados ¨¢rabes obligar¨ªa a Rusia y China a reconsiderar su actual postura.
No cabe duda de que tanto la defensa de la humanidad como la de la soberan¨ªa son principios rectores de las Naciones Unidas y que la dificultad estriba en c¨®mo discernir cu¨¢l de ellos debe prevalecer cuando colisionan entre s¨ª. En cualquier caso, los Estados que est¨¢n impidiendo la actuaci¨®n del Consejo de Seguridad en Siria -en especial Rusia- deben explicar por qu¨¦ los sirios -a diferencia de los libios- no merecen ser protegidos por el Consejo. Asimismo, aquellos que alegan el temor a la inestabilidad como causa para la inacci¨®n deben convencerse de que la estabilidad ser¨¢ genuina cuando las vidas y haciendas de los ciudadanos sirios est¨¦n garantizadas y los responsables de las matanzas sean llevados ante el Tribunal Penal Internacional.
Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador de Espa?a y eurodiputado socialista.
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