La reconstrucci¨®n del suelo p¨¦lvico no tiene edad
Las octogenarias se benefician de una operaci¨®n que aporta calidad de vida
A sus 88 a?os, Matilde Bard¨®n ha recuperado "la comodidad". Ella -"una se?ora de Le¨®n"- no habla de ¨²tero, recto o vejiga, pero dice gr¨¢ficamente que "ten¨ªa todo ca¨ªdo lo de abajo". "Me costaba caminar, estaba muy inc¨®moda, he pasado as¨ª 10 a?os". Se refiere Bard¨®n a lo que m¨¦dicamente se llama desprendimiento del suelo p¨¦lvico, un proceso que consiste en que los m¨²sculos que sujetan la parte m¨¢s baja del paquete abdominal se debilitan, y el aparato urinario, el genital y el final del digestivo se descuelgan.
En Espa?a no hay un registro de operaciones, pero "seguramente Matilde sea una de las pacientes de m¨¢s edad, si no la mayor, que se somete a esta operaci¨®n", dice el ur¨®logo Juan Ruiz de Burgos, de la cl¨ªnica USP San Camilo, que intervino a la mujer el pasado 12 de marzo. No es la ¨²nica octogenaria que ha pasado por la consulta de este m¨¦dico. "Tambi¨¦n hemos operado a otra de 82 a?os, una monjita que no pod¨ªa ni bajar a la capilla", dice.
"Me costaba caminar", dice Matilde. "Estaba muy inc¨®moda"
"Es como tensar los vientos de una tienda", explica un ur¨®logo
Cuando hay desprendimiento son frecuentes las p¨¦rdidas de orina
La cirug¨ªa se realiza con anestesia epidural, lo que reduce los riesgos
Aunque no hay registros sobre afectadas, el m¨¦dico recuerda que solo en lo que respecta a la p¨¦rdida de orina (una de las manifestaciones m¨¢s frecuentes de este problema), aproximadamente entre el 15% y el 30% de las mujeres mayores lo sufren, un porcentaje que aumenta al 50% entre las que est¨¢n en residencias.
La intervenci¨®n consiste en sujetar los ¨®rganos internos de la regi¨®n p¨¦lvica (vejiga, ¨²tero, recto) mediante unas mallas biocompatibles "parecidas a las que se usan para las hernias" que se fijan a los ligamentos. "Es como si se tensaran los vientos de una tienda de campa?a", explica gr¨¢ficamente el m¨¦dico. "Las de la parte delantera recolocan la vejiga urinaria, y las de la parte posterior el recto. En medio queda la vagina", a?ade.
Puede hacer falta el proceso completo, o solo una parte. En el caso de Bard¨®n el prolapso (la ca¨ªda) era completo. Pero al menos ella, por c¨®mo hab¨ªa quedado colocada la vejiga, no ten¨ªa p¨¦rdidas de orina. "Como la ten¨ªa ca¨ªda el problema era el contrario: acumulaba la orina y le costaba expulsarla. Ten¨ªa lo que se denomina un cuadro obstructivo. El resultado era que iba con un bulto entre las piernas que menguaba mucho su calidad de vida. Tanto que lo que nos dec¨ªa era que estaba tan inc¨®moda que se quer¨ªa morir", cuenta el m¨¦dico.
Y no son solo molestias. "Las mujeres sufren por su imagen, las relaciones sexuales se resienten", afirma.
"Lo que queremos con estas t¨¦cnicas es llamar la atenci¨®n para que las mujeres sepan que hay alternativas que cada vez son m¨¢s seguras y menos inc¨®modas", afirma el ur¨®logo. Eso no quiere decir, aclara, que haya que operar a la primera. "Hay otras opciones, empezando por los ejercicios para reforzar el suelo p¨¦lvico, pero en el momento en que los tratamientos m¨¢s conservadores no dan resultado, lo mejor es operar", sostiene.
El avance en las cirug¨ªas m¨ªnimamente invasivas -con lo que implican de menos tiempo en quir¨®fano y de una recuperaci¨®n mejor- es lo que ha permitido que esta t¨¦cnica se extienda a cada vez m¨¢s mujeres. "Se utiliza anestesia epidural, y en un d¨ªa las mujeres pueden estar en su casa", afirma. En el caso de Matilde el postoperatorio fue un poco m¨¢s largo. "Pas¨¦ cuatro d¨ªas en el hospital, pero me fui a casa como nueva", dice la paciente.
"En verdad, si descontamos que ingres¨® un d¨ªa antes para el preoperatorio, y que se fue al mediod¨ªa, estuvo poco m¨¢s de 48 horas ingresada despu¨¦s de la operaci¨®n", matiza el m¨¦dico. "Hay que tener en cuenta adem¨¢s que con su edad tuvimos especial cuidado", a?ade. Como prueba de que la intervenci¨®n no es complicada, da un dato: "La ma?ana que operamos a Matilde hicimos seis operaciones. Claro que no estaba solo. Colabor¨® con nosotros el ginec¨®logo Francesc Pla i Claver, del hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Solo en esta cl¨ªnica realizamos unas cien intervenciones al a?o", dice.
En lo que m¨¦dico y paciente est¨¢n de acuerdo es en la causa del prolapso. "Me cas¨¦ muy jovencita, y tuve mi primer hijo con 20 a?os. Como entonces el parto era con comadrona, tard¨¦ dos d¨ªas con sus dos noches en dar a luz", cuenta la mujer. "Mi siguiente hijo naci¨® al a?o siguiente, y ya no pude tener m¨¢s porque no me qued¨¦ bien", cuenta.
"Esta es una causa t¨ªpica de este proceso", confirma el m¨¦dico: "Mujeres que tienen partos vaginales traum¨¢ticos y con ni?os muy grandes". Adem¨¢s, son un factor de riesgo "los oficios ocupacionales, los trabajos en los que hay que estar mucho tiempo de pie o agachada, como el de la huerta de la monja que coment¨¦ antes", dice. El m¨¦dico comenta otra de las ventajas de la operaci¨®n. "La mujer no necesita ni someterse a revisiones. Como el material es biocompatible se integra en el organismo". Ella no puede ocultar su satisfacci¨®n. "Si hubiera quien me quitara la artrosis igual que me han quitado lo otro, no podr¨ªa pedir m¨¢s".
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