Sarkozy considera que el Partido Socialista franc¨¦s ya ha perdido el combate moral
La plana mayor del PS analiza el devastador impacto de la detenci¨®n de DSK
Nicolas Sarkozy, como todos los martes, desayun¨® ayer con diputados de su partido y les solt¨® algunas de sus habituales p¨ªldoras sobre la actualidad francesa que luego los parlamentarios distribuyen aqu¨ª o all¨¢ para que hagan su efecto. Cuando toda Francia (y medio mundo) comenta la suerte de Dominique Strauss-Kahn, encarcelado en una prisi¨®n de Nueva York, Sarkozy, en ese desayuno, se dio el lujo de no citarle. Acorde con la consigna de silencio ordenada por ¨¦l mismo desde el El¨ªseo a los miembros de su Gobierno y de su partido, el jefe del Estado franc¨¦s habl¨® en voz alta ante sus diputados de mantener entre sus filas la "dignidad, la sangre fr¨ªa y el trabajo". Lo que piensa y dice en privado es otra cosa. Ayer, el peri¨®dico Le Monde revel¨® que Sarkozy considera que el Partido Socialista franc¨¦s (PS), a¨²n estupefacto y noqueado por la ca¨ªda de su dirigente mejor colocado para alcanzar la presidencia de la Rep¨²blica, ha perdido, adem¨¢s, la batalla de la moral. Y esto, a juicio del actual jefe del Estado franc¨¦s, buen estratega a la hora de abordar campa?as electorales y dar en el clavo con un tema, constituye un desastre para sus adversarios.
Martine Aubry: "Hay una v¨ªctima: o la mujer que denuncia o Strauss-Kahn"
Pocas horas despu¨¦s de este desayuno-costumbre, la plana mayor del socialismo franc¨¦s se reun¨ªa en Par¨ªs en una suerte de gabinete de crisis o de gabinete psicol¨®gico con algo de exorcismo a fin de evaluar en privado y entre todos el devastador impacto de la detenci¨®n de Strauss-Kahn. No se tom¨® ninguna decisi¨®n clave. Se confirm¨®, eso s¨ª, que el calendario de las elecciones primarias, cuya presentaci¨®n de candidaturas se cierra el 13 julio, sigue igual. Y en un intento de mantener cierta inercia institucional y de dar la sensaci¨®n de que la vida (y el partido) sigue a pesar de la brutalidad del golpe recibido, Martine Aubry, primera secretaria del PS, mantuvo su agenda y se desplaz¨® despu¨¦s a Toulouse a hablar de ense?anza superior. Antes, Aubry asegur¨® que en este episodio "hay una v¨ªctima, y esta es o la mujer que denuncia o Strauss-Kahn". "Ellos solos saben, hoy por hoy, lo que ha pasado". Despu¨¦s, su discurso vers¨® sobre el compromiso del PS con los franceses, tratando de marcar el territorio minado, que pertenece exclusivamente a DSK, y el del resto.
No hubo tampoco revelaciones trascendentales. Aubry, por ejemplo, no anunci¨® su candidatura a las primarias. Tras la ca¨ªda de Strauss-Kahn, que hab¨ªa llegado a una suerte de pacto no escrito con Aubry por el cual se presentar¨ªa el que estuviera mejor situado de los dos, la primera secretaria del PS recibe presiones de todos lados para que d¨¦ el paso adelante y decida embarcarse en la lucha.
Mientras, el exprimer secretario, Fran?ois Hollande, que hace un mes s¨ª que decidi¨® anunciar su candidatura, seg¨²n una encuesta aparecida en Le Parisien aparece ya como el gran beneficiario de la muerte pol¨ªtica de Strauss-Kahn y el receptor de sus votos.
Entre las filas de Sarkozy no todo es optimismo por ver c¨®mo se esfuma un rival poderoso. Es cierto que Strauss-Kahn aparec¨ªa como el l¨ªder pol¨ªtico franc¨¦s m¨¢s valorado por los franceses para convertirse en el presidente de la Rep¨²blica. Pero tambi¨¦n lo es que Sarkozy, que se crece en las campa?as electorales, le ten¨ªa tomada la medida y que sab¨ªa por d¨®nde y c¨®mo atacarle: el ostentoso tren de vida de DSK, su pertenencia a esa clase de izquierda "amiga del caviar" de la que tanto se mofa la derecha francesa, su falta de sinton¨ªa con el hombre de la calle, sus ¨²ltimos a?os encerrado en un despacho de Washington, sin conocer los problemas del franc¨¦s com¨²n...
As¨ª que no solo el Partido Socialista franc¨¦s deber¨¢ cambiar de estrategia. Tambi¨¦n Sarkozy, que deber¨¢ arrojar a la basura toda esa retah¨ªla especialmente preparada para DSK. Hollande, m¨¢s inasible, que ha adoptado el personaje de pol¨ªtico normal amigo de las clases medias, con propuestas coherentes y muy pegado al terreno, requerir¨¢ otra t¨¢ctica.
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