Iguales ante la ley
El 'caso Strauss-Kahn', ?escarnio p¨²blico o justicia ejemplar? - Un delito nunca es cuesti¨®n privada
"Se le ha arrastrado deliberadamente como a un camello vendedor de droga, con la diferencia de que al camello nadie le conoce y a ¨¦l le conoce todo el mundo. Es una destrucci¨®n deliberada". As¨ª se expresaba el exministro franc¨¦s de Justicia Jack Lang al contemplar las im¨¢genes -repetidas hasta la saciedad en la televisi¨®n francesa- de Dominique Strauss-Kahn (DSK), derrotado y esposado, declarando ante la juez de Nueva York en su proceso por los cargos de agresi¨®n sexual, secuestro e intento de violaci¨®n de una camarera del hotel donde el patr¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI) y favorito para presidir la Rep¨²blica de Francia en 2012 se hosped¨® hasta el s¨¢bado. El lamento de Lang se suma al de altos dirigentes del Partido Socialista (PS) franc¨¦s, que asisten estupefactos a la reducci¨®n a cenizas de su principal valor pol¨ªtico.
Savary: "En EE UU se toleran esc¨¢ndalos del dinero y no los placeres carnales"
A¨ªdo: "No estamos ante un asunto de faldas sino ante una mujer agredida"
La pol¨¦mica en torno a la detenci¨®n de Strauss-Kahn est¨¢ abriendo distintos debates relacionados entre s¨ª: si es l¨ªcito destruir la imagen de un l¨ªder mundial cuando a¨²n no ha sido declarado culpable; si era necesario exhibirlo esposado; si los abusos a la camarera guardan relaci¨®n con un clima de silencio en torno a los excesos del poder; si debieron saltar antes las alarmas. Se debate entre modelos judiciales -el franc¨¦s, de mayor discreci¨®n, y el estadounidense, que quiere ser ejemplarizante- y sobre los l¨ªmites de la protecci¨®n de la privacidad, muy respetada en Europa.
?Se trata simplemente de la aplicaci¨®n democr¨¢tica de la justicia entendida como igualdad de todos ante la ley? ?Deb¨ªa, en efecto, ser tratado como cualquier presunto delincuente en Nueva York? ?Habr¨ªa sido la justicia de la tolerante y vieja Europa m¨¢s prudente a la hora de hacer a?icos la imagen de una personalidad con rango de jefe de Estado?
Puritanos ha sido un adjetivo aplicado por algunos a la ejemplarizante reacci¨®n en EE UU. "Todo el mundo sabe que Strauss-Kahn es un libertino, que se distingue por su propensi¨®n a no ocultarlo. En la puritana Am¨¦rica, impregnada de riguroso protestantismo, los esc¨¢ndalos de dinero son infinitamente m¨¢s tolerados que los placeres de la carne", ha escrito el eurodiputado socialista franc¨¦s Gilles Savary en su blog.
El exministro de Justicia Robert Badinter ha dicho: "Hemos presenciado un asesinato medi¨¢tico, una exhibici¨®n organizada por parte de la polic¨ªa americana de Strauss-Kahn como si fuera no s¨¦ qu¨¦ tipo de enemigo p¨²blico n¨²mero uno". En similar sentido se han pronunciado correligionarios de partido como Jean-Christophe Cambadelis, Pierre Moscovici, Jean Marie Le Guen y el tambi¨¦n el ministro de Cooperaci¨®n, Henri de Raincourt. Martine Aubry, la primera secretaria del PS, se ha preguntado tras criticar una exposici¨®n medi¨¢tica que arruina la carrera pol¨ªtica de DSK: "?Qui¨¦n es aqu¨ª m¨¢s v¨ªctima, la mujer o Strauss-Kahn?".
El director gerente del FMI, detenido a bordo de un avi¨®n de Air France con el que pensaba abandonar EE UU, se ha declarado inocente de los cargos de violaci¨®n. El pasado martes, y ante la nueva vista que tendr¨¢ lugar ma?ana, sus abogados alegaron que la camarera del hotel Sofitel, de 32 a?os, origen africano y madre soltera de una adolescente, consinti¨®, seg¨²n The New York Post. Los ara?azos en el cuerpo del financiero, los restos de ADN en las u?as de la mujer y el parte forense de lesiones centrar¨¢n la r¨¦plica de la fiscal¨ªa.
En Espa?a, ni los juristas ni los pol¨ªticos parecen albergar las dudas de los franceses. ?ngela Cerrillos, presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Themis, se?ala: "Me solidarizo con esa mujer que ha sido capaz de denunciar a un hombre que presuntamente ha cometido una violaci¨®n y sobre todo si es poderoso". Cerrillos cree que la justicia de Estados Unidos "ha actuado de forma impecable, con celeridad y haciendo abstracci¨®n de qui¨¦n es la persona que ha cometido la agresi¨®n".
A la vicepresidenta espa?ola Elena Salgado le sacaron de contexto una frase en que destacaba "el car¨¢cter fuerte" de DSK y no tard¨® en dejar claro que "los delitos son de una extraordinaria gravedad", al tiempo que se solidarizaba con la mujer agredida.
La secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana A¨ªdo, es tajante: "Estamos siempre del lado de las v¨ªctimas y comprometidos contra todo tipo de violencia de g¨¦nero: f¨ªsica, sexual o verbal. Estamos ante un presunto delito, grav¨ªsimo". Para la ex ministra, "la justicia aplica la misma vara de medir, sea quien sea el presunto delincuente o la presunta v¨ªctima".
En el PP, el caso DSK tampoco genera desencuentros. Seg¨²n su portavoz, Esteban Gonz¨¢lez Pons, este tipo de delitos no se tratan de manera distinta en EE UU y en Europa. "La reacci¨®n es id¨¦ntica. No somos m¨¢s tolerantes contra los agresores sexuales. Somos igual de intolerantes". Pons tambi¨¦n ve en este proceso la demostraci¨®n de que "todos somos iguales ante la ley, y los delitos se persiguen con el mismo grado de perseverancia, independientemente de quien los cometa".
Su compa?ero de partido Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz considera que, al margen de cual sea el veredicto final, el director gerente del FMI tiene que dimitir, aunque lamenta el tono "inquisitorial" de la justicia norteamericana frente a la "tolerancia" europea. Sin embargo, a t¨ªtulo personal, dice estar convencido de la veracidad de la acusaci¨®n. "Una juez no prorroga la c¨¢rcel y desestima una fianza de un mill¨®n de d¨®lares sin estar segura de lo que hace".
El n¨²mero dos de los socialistas franceses, Harlem D¨¦sir, ha salido al paso alegando que el asunto Strauss-Kahn "es un asunto privado, no es un asunto pol¨ªtico". Ni los pol¨ªticos ni los juristas espa?oles consultados aceptan este diagn¨®stico. Todos coinciden en que "las relaciones sexuales son privadas y los delitos son p¨²blicos".
El catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad de M¨¢laga y director del Grupo de Estudios de Pol¨ªtica Criminal Jos¨¦ Luis D¨ªaz Ripoll¨¦s cree que en los asuntos de alcoba, "con independencia del ¨¢mbito en que se realicen", lo importante es si se atenta contra la libertad de las personas. Las consideraciones de moralidad religiosa sobre las pr¨¢cticas sexuales son resquicios del pasado. "Ahora cualquier delito sexual se entiende como un atentado a la libertad individual. Por eso, cada vez hay menos tolerancia social hacia ellos". En este contexto se inscribe la normalidad con que la opini¨®n p¨²blica francesa acept¨® a las dos esposas de Fran?ois Mitterrand. "No se juzga la moralidad, que es privada, se juzga el delito", resume D¨ªaz Ripoll¨¦s.
Los pol¨ªticos comparten esta percepci¨®n. "No se trata de un l¨ªo amoroso, sino de algo relacionado con un delito sexual", se?ala A¨ªdo. "No hay que confundir. No se trata de juzgar a alguien por ser promiscuo. No estamos ante un asunto de faldas, un cotilleo o un esc¨¢ndalo amoroso sino ante por un presunto delito sexual y ante una mujer que ha sufrido -desde la cautela y la prudencia- graves agresiones".
Gonz¨¢lez Pons considera "una equivocaci¨®n" relacionar estos actos con la privacidad. "Ser¨ªa intentar exculparlo. Una agresi¨®n sexual es un delito p¨²blico, no privado. Perseguido de oficio y de los m¨¢s graves que se pueden cometer. Es abominable que alguien se intente escudar en la vida privada ante un intento de violaci¨®n. La ¨²nica privacidad que debe preservarse es la identidad de la mujer".
El caso DSK no solo plantea interrogantes sobre la naturaleza del delito sino tambi¨¦n c¨®mo puede haberse labrado un intachable prestigio durante d¨¦cadas. Este tipo de pulsiones sexuales no suelen aparecer de repente y cesar como por ensalmo. As¨ª lo cree Manuel Lucas, presidente de la Sociedad Espa?ola de Intervenci¨®n en Sexolog¨ªa, quien califica la conducta DSK como "patolog¨ªa de tipo compulsiva". Un caso "especialmente llamativo", a?ade, al tratarse de "una persona con fama y dinero que tiene muchas oportunidades de resolver sus necesidades sexuales", y sin embargo "es capaz de poner en riesgo su carrera pol¨ªtica".
El FMI ya investig¨® una denuncia interna contra Strauss-Kahn por abuso de poder en la relaci¨®n sexual con su subordinada Piroska Nagy en 2008. El organismo calific¨® como de " error" la aventura de su director con la empleada. El a?o anterior, la periodista Trsitane Banon fue supuestamente agredida por el pol¨ªtico cuando pretend¨ªa entrevistarle. La joven narr¨® su desagradable forcejeo sexual en un programa de la televisi¨®n francesa, con pelos y se?ales. El nombre del pol¨ªtico se ocult¨® con un pitido. Su comparecencia no tuvo el menor eco. Banon tampoco acudi¨® al juez porque su madre, una destacada pol¨ªtica socialista, se lo desaconsej¨®. Ambas dicen ahora estar arrepentidas y aseguran que activar¨¢n la v¨ªa penal. El delito a¨²n no habr¨ªa prescrito y, de admitirse a tr¨¢mite, supondr¨ªa una triste bienvenida cuando Strauss-Khan regrese a casa tras saldar sus cuentas con la justicia estadounidense.
El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, brome¨® sobre la personalidad de Strauss-Kahn mucho antes de los sucesos de Nueva York. En septiembre de 2007, a ra¨ªz del nombramiento, le dijo: "Ten cuidado. Ah¨ª en Estados Unidos no se bromea. Evita coger el ascensor t¨² solo con una becaria, ya sabes a qu¨¦ me refiero. Francia no puede permitirse un esc¨¢ndalo". La conversaci¨®n aparece en un libro que una excolaboradora de Strauss-Kahn public¨® en 2010. Sarkozy, en conversaciones de pasillo, ha llegado a decirles a los periodistas: "Cuando vuelva ser¨¢ un problema para vosotras".
El financiero tal vez deber¨ªa haber escuchado los consejos de su adversario pol¨ªtico. El catedr¨¢tico D¨ªaz Ripoll¨¦s recuerda que el endurecimiento penal de los delitos sexuales es una tendencia creciente en el mundo occidental. Precisamente la mayor conciencia de los derechos individuales, y por lo tanto el rechazo total a cualquier violaci¨®n de la integridad personal, ha llevado a los sucesivos Gobiernos a penalizar cada vez con mayor dureza las agresiones sexuales.
Cerrillos abre otro interrogante: ?se habr¨ªa atrevido en Espa?a la autoridad a detener a una persona con rango de jefe de Estado acusada de violaci¨®n por una limpiadora de hotel?
Con informaci¨®n de Antonio Jim¨¦nez Barca (Par¨ªs).
El temor del fiscal
- En septiembre de 2009, el cineasta franc¨¦s de origen polaco Roman Polanski fue detenido cuando acud¨ªa a un homenaje en Z¨²rich. Las autoridades suizas hac¨ªan efectiva la orden dictada por un tribunal de EE UU que le conden¨® a 32 a?os en un proceso abierto por la violaci¨®n a una menor de 13 a?os. El fiscal que interviene en el proceso contra Dominique Strauss-Kahn cit¨® expresamente a Polanski cuando aconsej¨® a la juez negar la libertad condicional al patr¨®n del FMI. "Tememos que el caso se repita", dijo a los periodistas.
- En Francia, el caso Polanski levant¨® tambi¨¦n una gran indignaci¨®n entre una parte de la clase pol¨ªtica y una parte del mundo del cine. El ministro de Cultura, Fr¨¦d¨¦ric Mitterrand, calific¨® la pretensi¨®n de EE UU de saldar definitivamente sus cuentas con el cineasta como "intolerables". A Mitterrand sus adversarios le recordaron sus viajes como turista sexual de menores en Tailandia, narrados por ¨¦l en un libro autobiogr¨¢fico.
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