Somos

De la indignaci¨®n a la reacci¨®n. De unos cientos a unos miles. De unos miles a muchos miles. Espera y ver¨¢s. El Roto, como siempre, fue quien mejor resumi¨® la nueva situaci¨®n. ?Basta con observarla? ?Con tachar de manipulado al movimiento 15-M, que pide democracia real porque la que tenemos no solo no llena sus necesidades, sino que se ha vaciado de valores?

Pocos d¨ªas antes de las elecciones, y los candidatos con estos pelos. Me alegro de que la sacudida se produzca. Claro que el domingo, si el resultado sit¨²a a la derecha al mando, como anuncian las encuestas, y a las puertas del Gobierno de la naci¨®n, claro que en ese caso, repito, la culpa ser¨¢ de estos Indignados con Causa y a menudo sin casa, como reza uno de los inteligentes carteles que han esgrimido. De fabricaci¨®n casera: ?eso no sugiere nada? Por todos los demonios, qu¨¦ alivio.

?La culpa ser¨¢ suya, por plantear ahora sus problemas? ?Ninguna responsabilidad para un sistema en el que se distingue al bueno del malo contando cu¨¢l de los dos partidos que cortan el bacalao lleva m¨¢s corruptos en las listas?

?Ni para los medios que tambi¨¦n hemos partido el pa¨ªs en dos? ?Ni para los ciudadanos que tragan con lo que les echen, y los que hacen trampas para no estar en las mesas electorales?

?Ning¨²n castigo para los indiferentes?

El movimiento 15-M puede crecer, tiene que crecer. Motivos no le faltan, objetivos los encontrar¨¢. Canalizar¨¢ su rabia, como dijo que est¨¢n haciendo uno de los manifestantes, al que escuch¨¦ por la radio.

Adelante, a por los sue?os, tal como explic¨® Cristina en la Radio P¨²blica, d¨¢ndonos a todos la lecci¨®n de su dignidad, la que aprendi¨® de sus abuelos y sus padres.

Ellos somos nosotros.

Si no entendemos eso, es que no entendemos nada.