Keiko Fujimori promete mano dura contra el crimen en Per¨²

En medio del fragor creciente de la campa?a electoral peruana, Keiko Fujimori sorprendi¨® la semana pasada con un fichaje imprevisto: Rudolph Giuliani, exalcalde de Nueva York, reconocido por haber logrado una importante reducci¨®n de los cr¨ªmenes en la Gran Manzana durante su gesti¨®n, apareci¨® con ella en un mitin en Trujillo, la ciudad con mayor ¨ªndice de homicidios del pa¨ªs.

Aun sin ser un rostro reconocible para el peruano medio, la presencia del exalcalde neoyorquino, que pas¨® varios d¨ªas en el pa¨ªs, volvi¨® a fijar el foco de la campa?a pol¨ªtica en la lucha contra la delincuencia, uno de los puntos m¨¢s fuertes de la propuesta fujimorista. Durante su visita a Per¨², Giuliani -que ahora tiene una empresa de consultor¨ªa en temas de seguridad- acompa?¨® a la candidata en recorridos callejeros, visit¨® varias dependencias policiales y concedi¨® amplias entrevistas. "Estamos haciendo unas recomendaciones sobre c¨®mo ser m¨¢s eficientes en la reducci¨®n del delito. Esta es nuestra ¨²nica misi¨®n y estamos muy complacidos de que Keiko Fujimori nos haya contactado", declar¨®.

La seguridad se ha vuelto un tema muy sensible para los peruanos en los ¨²ltimos a?os. Seg¨²n recientes encuestas, la delincuencia cada vez se acerca m¨¢s al desempleo y la pobreza en la lista de los principales problemas que afronta el pa¨ªs. Y aunque Per¨² no llega a los niveles de violencia de otros pa¨ªses de la regi¨®n, como Venezuela o Brasil, la sensaci¨®n de inseguridad ciudadana es creciente y dif¨ªcil de revertir. Una encuesta difundida el mi¨¦rcoles por la ONG Ciudad Nuestra evidencia que un 72% de los habitantes de Lima se siente inseguro, mientras que uno de cada cuatro asegura haber sido v¨ªctima de alg¨²n delito en el ¨²ltimo a?o. La situaci¨®n es peor en las ciudades del interior, donde en general la polic¨ªa tiene menos medios para combatir la delincuencia.

La apuesta de Fuerza 2011 por la lucha contra el crimen parece estar dando frutos. En las ¨²ltimas semanas Keiko Fujimori ha logrado remontar la ventaja que le llevaba Ollanta Humala en los sondeos previos a las elecciones del 5 de junio y ahora encabeza las preferencias. Una encuesta de la empresa Datum difundida ayer le otorga el 45,4% de la intenci¨®n de voto, contra el 41,8% de su adversario nacionalista, que no incide mucho en la lucha contra la delincuencia en su discurso de campa?a, enfocado m¨¢s en difundir la importancia de los programas de asistencia social y en mejorar la distribuci¨®n de la riqueza.

El t¨¦rmino clave de la propuesta fujimorista en la lucha contra el delito es "mano dura", casi una marca registrada del fujimorismo desde los tiempos del r¨¦gimen de Alberto Fujimori, el presidente que se compar¨® con Augusto Pinochet (se hizo llamar Chinochet), que tuvo como una de sus principales banderas la lucha contra el terrorismo y al que no le tembl¨® la mano para dar un golpe de Estado cerrando el Congreso el 5 de abril de 1992.

Ahora el enemigo no es Sendero Luminoso, sino las bandas de delincuentes comunes que prosperan en las principales ciudades. Para combatirlas, Keiko Fujimori propone en todos sus discursos (y, con m¨¢s ¨¦nfasis, en los m¨ªtines que realiza en los barrios pobres de las ciudades) la formaci¨®n de grupos de vigilantes en los barrios, mejorar la iluminaci¨®n en las calles, reformar la polic¨ªa nacional y endurecer las penas para los delincuentes, hasta el punto de volver a instaurar la pena de muerte para los violadores de menores de edad.

Otros miembros de su partido, como su hermano Kenji, a?aden ofertas como el regreso del servicio militar obligatorio, con la supuesta finalidad de reeducar a los delincuentes juveniles. En este caso concreto, no obstante, la candidata ha desestimado la propuesta.