Cuando los divos despejan a c¨®rner

Cuando entra Sean Penn en una sala de prensa, en un cine o en un restaurante, la gente aplaude o le mira en respetuoso silencio. En cambio, cuando se dirigen a ¨¦l, el californiano se refugia en un silencio... poco respetuoso. Tras no participar en la presentaci¨®n ante la prensa de El ¨¢rbol de la vida, de Terrence Malick, aunque s¨ª en su alfombra roja, ayer defendi¨® This must be the place, la pel¨ªcula de Paolo Sorrentino. Penn se borr¨® de la charla, farfullando frases cortas o directamente despejando a c¨®rner las cuestiones. El cineasta italiano confes¨® que se conocieron durante la foto final de Cannes de 2008, cuando Il divo obtuvo el premio del jurado (que presid¨ªa Penn). "Le dije que ten¨ªa muchas ganas de trabajar con ¨¦l". A su lado, el actor: "Respond¨ª que donde quisiera, cuando quisiera". Solo en esos momentos de halago a Sorrentino pareci¨® despertar: "Hay cierta extravagancia en sus filmes, con una percepci¨®n del mundo que no hab¨ªa visto articulado como ¨¦l lo hace. Dirige pel¨ªculas r¨¢pidas sobre gente lenta y pel¨ªculas divertidas sobre personas tristes. Tiene una humanidad que hace que merezca la pena ver sus largometrajes". Penn, en cambio, se escabull¨® no solo de cuestiones sobre Malick -"son pel¨ªculas diferentes, no quiero mezclarlas"- sino tambi¨¦n sobre Scarlett Johansson, su actual pareja. Finalmente aport¨® una reflexi¨®n sobre el rock (su personaje es una especie de Robert Smith, l¨ªder de The Cure, devenido en cazador de nazis): "Creo que el rock and roll tiene un lugar muy importante, se contrapone a lo que creo que se ha convertido en la enfermedad de la clase bien". Y tan a gusto.